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/Ellitoral.com.ar/ Cultura

Así es el patio de una casa en Río Negro donde se baila chamamé correntino

Grandes y chicos se suman atraídos por la música de las guitarras y el acordeón.
Fotos: Andrés Maripe.

Cada lunes y martes Katty Núñez comienza el patio chamamecero en una vivienda del barrio Nuevo de la ciudad de General Roca, Río Negro, donde enseña danzas criollas.

En el lugar se escuchan unas guitarras y un acordeón que invitan con su música campera a los vecinos a participar de la fiesta, contó este martes en su edición online el diario Río Negro. 

Niños, adolescentes y adultos llegan con ropas típicas a bailar en el piso de tierra que está recién regado para evitar que se levante el polvo.

“El chamamé te hace olvidar las penas, el que viene aunque esté roto se va renovado porque el chamamé te reinicia la vida”, expresó emocionada.

El taller que brinda lo empezó hace tres años en forma hogareña. La vecina viene de una familia criada en el campo. Su padre, Alfredo Núñez, tocaba el típico acordeón de ocho bajos y dos hileras. Las fiestas camperas eran una costumbre en su casa. Cuando llegaron a Roca continuaron con la tradición.

Sin embargo hace unos años empezó a deteriorarse la salud de este buen paisano y Katty para alegrarlo comenzó a organizar de nuevo las fiestas camperas.

Así surgieron otra vez los encuentros, primero en forma familiar y luego abiertos para los vecinos donde se sumaron los más chicos para aprender a bailar chamamé correntino.

Hoy hay un grupo formado entre parejas de niños y grandes que realiza presentaciones en eventos privados.

El patio donde da las clases tiene nueve metros por nueve y se lo presta su hermano en la calle El Colibrí. En el taller hay 12 parejas de adultos y 15 de niños.

“Acá ya no se baila el chamamé típico de uno y dos, se baila con zapateo y acompañamiento de escobilla de la mujer”,  explicó Katty.  Los ensayos son pura risa y la profe es detallista y muy entusiasta.

Primero realizan un precalentamiento con algo de zapateo qué consiste en cinco pasos básicos. Luego se forman las parejas. Usan equipo de música en los ensayos y también tres habilidosos músicos; dos guitarristas y un acordeonista participan de las presentaciones.

El sueño de Katty es poder realizar bailes en espacios públicos para compartir con toda la comunidad la pasión y la alegría de los integrantes del patio chamamecero.

En marzo van a participar en la fiesta campera del Puesto de La Alpargata ubicado en Ruta 6 donde se realizará baile campero, destrezas criollas y domada.

La profe está feliz con poder traer alegría al barrio y agradecida por el apoyo que recibe de sus hermanos y de vecinos.

Sus sobrinos fueron sus primeros bailarines y ahora participan en presentaciones en jardines y escuelas para días patrios.

“Lo que más me gusta es el paso cruzado. Hago también patín artístico pero quiero ser profesora de chamamé”, expresó con seguridad Zoe, sobrina de Katty que tiene 11 años.

La joven bailarina tiene muy buena destreza junto a su compañero Julián de 10 años que empezó a los 8 y disfruta mucho el zapateo.

También a Xiomara de seis años le fascina bailar con su pollera larga que fue confeccionada especialmente para el taller.

“Los chicos son hijos de los vecinos, es lindo compartir esto con toda la comunidad, motivarlos a través de este taller con valores para que puedan ser alguien el día de mañana”,  sostuvo Bryan Castillo un joven integrante.

Para Tiara de 16 años se vive un ambiente muy festivo y las edades no importan. “Me encanta bailar con los niños, nos divertimos todos, grandes y chicos”, expresó.

A las 21 el patio chamamecero está en punto más alto. Se escuchan los aplausos de los vecinos que sonríen felices al ver a los entusiastas bailarines.

“Vamos Jonás”, anima uno de los guitarristas entre risas.

Katty mira con sus ojos humedecidos a sus estudiantes y a los espectadores que aplauden emocionados.

Después de su jornada laboral como empleada doméstica, ella termina el día renovada porque eso se logra en el patio chamamecero, se reinicia la vida.

*Benjamín Ríos para el diario Río Negro

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