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/Ellitoral.com.ar/ Ciudad

Un estudio del Conicet analizó una obra del carnaval barrial capitalino

La investigación se concentró en el vestuario de la comparsa Ñande Mbareté, usado en las seis noches de fiesta. Allí consideraron el vestir en general y el vestir de las personas transgénero en particular como “una de las marcas culturales que más preocupa al sistema cisheterosexual”.  

Iván Benítez

ibenitez@ellitoral.com.ar

Investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) publicaron un reciente análisis de una obra de carnaval barrial en la ciudad de Corrientes, en el que también detallaron las modalidades de trabajo no formal de Patricia Ramírez, quien protagonizó a Eva Duarte para la comparsa Ñande Mbareté.

El trabajo fue publicado en un boletín de arte de la Universidad Nacional de La Plata. “La figura de Eva, ser trabajadora sexual y costurera se alinean como historia política del cuerpo en la producción de Patricia Ramírez”, aseguraron allí la licenciada en Psicología, Agustina Gálligo Wetzel y el licenciado en Letras Modernas, Daniel Carmelo Scarcella. 

“Agustina hizo un seguimiento intenso sobre el desarrollo del personaje. Me acompañaba desde que salía camino a la peluquería, cuando llegaba al corsódromo barrial y hasta cuando volvía a mi casa”, dijo Patricia Ramírez en diálogo con El Litoral. 

La presentación del vestuario de carnaval se realizó en la categoría de comparsa barrial de la capital correntina. “En la performance de Patricia estamos frente a una Eva Perón correntina, que emerge de las militancias barriales travesti-trans. La Eva correntina diseña y borda su vestido presidencial junto a sus amigxs en el barrio La Vizcacha, contexto donde desarrolla su obra artística basada en la construcción y reparación de imaginería religiosa cristiana y pagana; y en la elaboración de diseños textiles, dibujos y bordados para distintas comparsas de los carnavales barriales y oficiales”, señalaron en referencia al oficio de bordadora. 

Gálligo Wetzel y Scarcella se concentraron en el estudio del vestuario usado en las seis noches del carnaval y en representación del barrio Juan XXIII: “El vestir en general y el vestir de las personas trans en particular es una de las marcas culturales de género que más preocupa al sistema cisheterosexual. La pregunta por el vestido, quién lo lleva, qué hay debajo, qué esconde, hacia dónde se dirige, parecen ser las preguntas que administran todo un aparato normativo donde los cuerpos trans son apartados de la norma como aquellos que transgreden, con su vestir, el orden cisheterosexual de la sociedad”.

Según esta investigación del Conicet, basta recordar las formas de punición que históricamente se han ejercido bajo la figura de los edictos policiales y los códigos contravencionales. “Estos códigos, aún no configurando la letra de la ley, son utilizados por la policía argentina hasta la actualidad —a pesar de las demandas que existen— como catálogos que dan vía libre a acciones racistas y trans-odiantes bajo señalamientos como exhibición pública de ropajes contrarios al sexo biológico, falta de decoro en la vía pública y/o conductas indiscretas en el espacio público que tienen el poder de determinar la sanción económica y/o la detención temporal de una persona en una comisaría contravencional”, denunciaron.

Casualidad

Ramírez prefiere evitar decirle Evita trans a su personaje. “Fue una casualidad que lo haga una persona trans. En el bloque Argentina, yo iba cerrando como Eva Perón para el tema de la comparsa que era mujeres mbareté (fuertes, en guaraní). Creo que una de las mujeres más icónicas de Argentina fue ella, sin dudas”, recordó sobre sus desfiles en carroza por las calles correntinas.

“Traté de representar a la Eva Perón que todos tenemos grabada en nuestra retina. Revisé fotos y archivos de ella con muchos vestidos, pero intenté hacer algo bien icónico”, agregó Ramírez a este diario. 

Coreopolítica

“La Eva trans de los carnavales correntinos aparece en el desfiladero con un vestido de raso blanco y una carroza que imita uno de los balcones de la Casa Rosada, hecha por lxs directorxs de la comparsa barrial Ñande Mbareté”, detallaron en el estudio del caso. 

También tuvieron en cuenta para el análisis que, en paralelo al carnaval oficial en el corsódromo Nolo Alías y distribuido demográficamente en seis ediciones, “los carnavales barriales toman la forma de un espacio temporal donde los cuerpos devienen campos de resistencia moviente, de potencia; de afectos y transformaciones que anteponen y defienden la insurgencia alegre y comunitaria. Algunas dinámicas que emergen durante el espacio-tiempo extraordinario del carnaval barrial, configuran, en conjunto, una ritualidad festiva que logra aglutinar lógicas, saberes, moveres y coreopolíticas. 

“Esto es lo que André Lepecki trabaja como una apuesta de circulación abierta y libre frente a la lógica coreográfica policial que se introyecta como forma de organizar coherentemente el movimiento corporal en el espacio urbano”, añadieron. 

“Sus modalidades  de  trabajo  no  formal  son  planteadas  por  la  artista  como  estrategias de sobrevivencia que ella produce en un contexto sociopolítico, donde el trabajo formal ha sido negado para las personas que se salen del canon cisheteronormativo mediante formas  implícitas  y  explícitas  de  discriminación, exclusión  y/u  omisión, como  es  el caso del incumplimiento, por  parte  de  esta  provincia, de  la Ley Nacional Nº 27.636 de Promoción del Acceso al Empleo Formal para personas Travestis, Transexuales y Transgénero Diana Sacayán-Lohana Berkins, sancionada el 24 de junio de 2021 en el territorio argentino”, concluyeron.

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