Estar en sintonía

Resulta difícil hoy día con las miles de opciones poder hacer una elección, que posea un estándar de elección coincidente, de radio y programa. Es igual que lograr que dos personas se pongan de acuerdo, en fútbol o en política.

Sí bien es cierto, las “promociones” prometen una y muchas cosas a la vez, pero resulta imposible lograr un término medio. Tal vez haya una coincidencia que no es totalizadora, la elección de emisoras tradicionales con noticias en horarios que son una característica que van marcando el día.

También es muy cierto y se cumple de alguna manera con el texto, que utilizó el periodista Carlos Ullanovsky, en el epílogo de su libro “Siempre los escucho.”

“Como los programas de radio, los libros también tienen un final. Este es tierno. Evocativo y mágico, con la idea de que la radio cambia permanentemente y se reinventa a sí misma cada nuevo día.”

La reinvención alimenta el espíritu de la Radio, siempre cambiante con el espíritu renovado pero idéntica a sí misma.

Eso sería la realidad de elección que hoy se presenta como formato coincidiendo con Mario Pegolini, la misma voz y conducción de “Caiga quien caiga,”cuando de visita en el programa de Diego Sehinkman, “Solo una vuelta más,” le pregunta sobre la radiofonía en general, cómo está ahora.

Sabedor de medios, responde: que hoy las opciones son muchas porque  a las radios, radios, se le sumaron redes y plataformas diversas que le aportaron nuevos contenidos, pero la radio siempre tiene más alma.

Pero, en cuanto a mí, arriesgo que “para novedad prefiero los clásicos”, es decir “clavarme en el dial” que me resulta más hospitalario de una radio clásica, que son las que permiten mayor proyección de las palabras, donde la voz es vital, y todavía hay ideas para imaginarnos lo que nos proponen, sin acceder a las antípodas en que se rompe el sortilegio.

Tampoco arrobado por la magia en que el carruaje real de Cenicienta se vuelve a convertir en calabaza. Sino aprovechando su gran capacidad de mirada, sintonizar la cordura de pensamientos bien hilvanados, inteligente, imaginativo pero jugando con la realidad concreta.

En esa cuerda de formas primigenias, comenzó la Radiofonía Argentina un 27 de agosto de 1920, con la primera transmisión de “Los locos de la Azotea” (Enríque Susini, César Gerrico, Luis Romero Carranza, y Miguel Mujica), en vivo y desde el “Teatro Coliseo” de Buenos Aires.

Muchas fueron las emisoras que la imitaron precariamente al principio: Radio Argentina, Radio Prieto, Radio Sudamericana, Radio Cultura posteriormente Radio Brusa. Radio Excelsior, Radio Splendid, Radio Nacional, Radio Estación Flores, Radio Bernotti, Radio Municipal, Radio Fénix, Radio Antártida, Radio La Razón, etc.

En la radio primaria, hubo acontecimientos relevantes. Se transmitieron la Asunción del Presidente Marcelo Torcuato de Alvear. En 1923, tuvo lugar la pelea Firpo-Dempsey desde los Estados Unidos. 

En esa cuerda de formas primigenias, comenzó la Radiofonía Argentina un 27 de agosto de 1920.

A fines de la década del 20´, comienza el furor de los Radioteatros. La introducción de los parlantes suprimiendo los auriculares como en el principio, convocó a la familia antera alrededor del receptor.

La primera Radio Universitaria fue de La Plata, el 5 de abril de 1924. La suma de Radio Splendid, Radio Belgrano, El Mundo y Mitre, aportó modernismo en formato y programación.

El pionero, don Jaime Yankelevich creó cadenas de emisoras que le permitían cubrir todo el país, y dar la posibilidad de elección conformando lo que el oyente se permitía sintonizar. Las redes fueron: Cadena Gigante, Red de Emisoras Splendid, y Cadena Azul y Blanca de Emisoras Argentinas.

Los autores de Radioteatros, con gran calidad de libretos, eran Abel Santa Cruz, Nené Cascallar, María del Carmen Martínez Paiva, sumándose una joven promesa que fue suceso: Alberto Migré.

Podemos recordar a los más famosos actores de radioteatros: Oscar Casco, Hilda Bernard, Susy Kent. Jorge Salcedo, Julia Sandoval, Eduardo Rudy, Jun José Miguez, etc.

El humor se fortalecía con actores de fuste: Luis Sandrini, Pepe Arias, Niní Marshall, Tincho Zavala, El dúo Buono-Striano, “Pinocho” Mareco, Pepe Iglesias “El Zorro”, Los 5 Grandes del Buen Humor: “Pato” Carret, Jorge Luz, Juan Carlos Cambón, Zelmar Gueñol, y Guillermo Rico. “La Revista Dislocada”de Delfor y Aldo Camarotta. 

Y, en Deportes, podemos recordar a: Fioravanti, Lalo Pelliciari, Julio Elías Sojit, José María Muñoz, etc.

1983, abrió la amplitud para programas políticos con Magdalena Ruíz Guiñazú, Santo Biasatti, Neustand-Grondona, Nelson Castro, Alfredo Leuco, Román Lejtman, Eduardo Aliverti, etc.

Alejandro Dolina amplió el horizonte de la mente con “Demasiado tarde para lágrimas” (1985). Juan Alberto Badía con “Flecha juventud” y tantos otros encuentros a toda radio.

Hugo Tomás Tiburcio Adelmar de Avila Marthineitz, “El peruano parlanchín”, o Hugo Guerrero Marthineitz con “Splendid Show”, “El club de los discómanos”, “El Show del minuto”, “Reencuentro”. Junto a “Cacho” Fontana, Héctor Larrea, Carrizo, Carlos Rodari, fueron los más escuchados. 

La severidad de los nombres por ser numerosa hace imposible no mencionar a algunos, simplemente queremos denotar el gran auge que movió la radiofonía argentina, cuna de grandes voces, tremendo talento como para no estar junto al dial.