El espíritu chamamecero apareció en la sexta noche de fiesta

Verónica Echezárraga

@laveroeche

Con su clásico atuendo gauchesco y el carisma que lo caracteriza, Juancito Güenaga se metió en el bolsillo el miércoles al auditorio incluso antes de que su acordeón comience a sonar. La sexta noche de la Fiesta Nacional del Chamamé fue la más poblada y fue también la que consiguió despertar el espíritu festivo del pueblo chamamecero. Muy elegantes, los integrantes de Amandayé volvieron a hacer de las suyas y conquistaron con una atractiva puesta en escena, mientras que Juan Pedro Sorribes se ganó los aplausos con gran profesionalismo y un repertorio homenaje a Pocho Roch. La localidad de Alvear dijo presente sobre el escenario Osvaldo Sosa Cordero con los Buera, y Franco Perroni se lució con un tema en lengua de señas. Chingoli Bofill brilló sin la necesidad de invitar a su padre “Marito” y Tupá divirtió con mucha música y buen humor.

Costó cinco noches, pero finalmente el espíritu chamamecero apareció el miércoles e inundó todos los rincones del anfiteatro que ya transita las últimas fechas de su “Experiencia Chamamé”. El Cocomarola por primera vez en lo que va de esta edición de la Fiesta Nacional estuvo repleto y el público notablemente entusiasmado por una grilla con muchos momentos altos. 

Es un clásico que en noches tan cargadas, los shows dejen al público con ganas de seguir escuchando a su artista favorito y esto fue justamente lo que pasó con Amandayé y Juancito Güenaga entre otros. Este último fue uno de los más ovacionados, incluso los aplausos y sapucays llegaron antes de que la música comience a sonar. Es que Juancito es sin dudas uno de los favoritos: “Nadie es profeta en su tierra dicen y yo tengo que decir lo contrario. Hace 50 años que mi pueblo me soporta. Yo no soy el mejor. Hay muchos buenos acordeonistas, pero yo tengo el cariño de la gente y con eso me basta y me sobra”, dijo durante una conferencia de prensa en la que agradeció el afecto de su gente.

El curuzucuateño cumple este año 5 décadas junto con la música y ya comenzó a idear los festejos que se realizarán tanto en su ciudad natal como en la capital correntina.

De gala

De solemne esmoquin se presentaron el miércoles sobre el escenario Osvaldo Sosa Cordero los integrantes de Amandayé, uno de los grupos más esperados de la sexta velada festiva. Pero lejos de dar un show formal y estructurado (como sugería su atuendo) presentaron un espectáculo interesante y muy descontracturado que hasta incluyó bailarinas y una comparsera. 

Desde el primer minuto el grupo se atrevió a esquivar los temas festivaleros que les asegurarían aplausos, y optó por un repertorio propio y nuevo. Fue una decisión arriesgada, pero bien lograda que se completó con una llamativa puesta en escena que incluyó dos bailarinas durante un homenaje realizado a Paraguay a través de una selección de polcas. 

Luego de realizar su típica demostración de destrezas con la guitarra, y antes de cerrar la presentación, Pedro del Prado se despachó con un irónico comentario, “vamos a tener que cantar algunas canciones menos porque Eduardito (Sívori) nos pidió que dejemos lugar al hijo de un gran chamamecero (Mario Bofill). Entonces nos vamos a ir antes para que Chingoli pueda entrar en la televisación”, dijo y comenzó a sonar “Comparsera” tema para el que invitaron al escenario a una bailarina de carnaval.

Diversión

Con la potencia que caracteriza al grupo, Tupá sugirió “Todo el mundo a Bailar” y comenzó así un show que alternó chistes y temas divertidos y bien correntinos. “Están todos detenidos”,  dijeron y luego propusieron una “Sobredosis de chamamé”. “Dejate”, “Puerto Tirol” y “Corrientes te va a ayudar”, también formaron parte de la partida que dejó al auditorio totalmente exaltado. 

Destacados

Juan Pedro Sorribes (hijo de Quique Sorribes) fue uno de los grandes artistas del miércoles. El joven, que supo acompañar a Pocho Roch, le cantó al recientemente fallecido poeta itateño y conmovió al Cocomarola con canciones como “Mi paraje lejos”, “De allá ité” y “Corrientes Soñadora”. “Este tema se lo quiero dedicar a Juan Vicente Leyes, que lo canta como nadie”, dijo. 

Esa misma noche se presentó sobre el escenario Osvaldo Sosa Cordero el hijo de otro de los grandes del chamamé. Chingoli, (hijo de Mario Bofill) estuvo acompañado por un talentoso grupo con el que brilló sin necesidad de tener a su padre como invitado.

Si de jóvenes talentos se habla, es imposible dejar fuera a Franco Perroni quien también estuvo en el Cocomarola durante la sexta luna chamamecera. Desde hace algunos años el artista hace especial hincapié en la importancia del lenguaje de señas y en ese marco interpretó una canción con señas y voz. 

Ballet

Una vez más el Ballet Oficial de la Fiesta dirigido por Luis Marinoni se destacó y no sólo sobre el escenario, sino también debajo. Es que con su obra “La bailanta”, los bailarines salieron a buscar compañeros entre el público. La propuesta es novedosa y divertida.

Pero, sin dudas, la mejor obra de la noche fue “Compuesto campiriño (chamamé correntino)”, un espectáculo maravilloso tanto en lo que hace a danzas como en puesta en escena y música. Las canciones de esta obra fueron interpretadas por Silvina Escalante y Pedro Antonio (voces), y los músicos Juan Pablo Delvalle, Rodrigo Galarza y Caio Rodríguez. 

Ayer al cierre de esta edición y con clima amenazante en el Cocomarola se anunciaba la presencia del Bocha Sheridan, Joselo Schuap y Diego Gutiérrez entre otros. Esta noche, en la séptima noche chamamecera estarán artistas de la talla de Las Hermanas Vera, Los Alonsitos, Vicho Echeverría y Americanta. 

Nadie es profeta en su tierra dicen y yo tengo que decir lo contrario. Hace 50 años que mi pueblo me soporta. Yo no soy el mejor. Hay muchos buenos acordeonistas, pero yo tengo el cariño de la gente y con eso me basta y me sobra”, dijo Juancito Güenaga el miércoles después de su actuación en la Fiesta Nacional del Chamamé.