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Abanicos, una opción que no pasa de moda

Por El Litoral

Martes, 29 de diciembre de 2009 a las 21:00
El abanico, una opción cada vez más usada para morigerar los efectos del calor.
El agobiante calor que supera las máximas previstas con históricos registros, obliga a la gente a buscar los más provechosos recursos a la hora de calmar el sofocón. El aire llega de todas partes según la disposición del bolsillo y, más allá de abrir las ventanas y disfrutar de la brisa que todavía es gratuita, las opciones se despliegan como la pantalla de un abanico.
Se cree que nació en la prehistoria, cuando el hombre lo usaba para avivar el fuego. Suposiciones aparte, se sabe que fueron empleados por egipcios, babilónicos, persas, griegos y romanos, gracias a la aparición de este instrumento en las representaciones artísticas de estos pueblos.
El abanico era también conocido por incas y aztecas, pues entre los presentes de Moctezuma a Hernán Cortés figuraban seis abanicos de plumas.
Resulta atrayente ahondar en el origen de este pequeño elemento que alguna vez fue indispensable como parte de la vestimenta de la época, allá por los siglos XIX y XX. Para entonces, su lenguaje era vínculo de comunicación entre las damitas que concurrían a reuniones sociales acompañadas por sus madres y en resguardo de su comportamiento inapropiado, debían mantener cierta distancia con los jóvenes pretendientes.
El abanico obraba como un “mensaje de texto” y decía lo que los labios obligatoriamente callaban.
Como regla común, la colocación del objeto en cuatro direcciones con cinco po-siciones distintas en cada una de las cuatro, representaba las letras del alfabeto. Sumado a eso, los “gestos” de sostener el abanico con la mano derecha delante del rostro significaba: sígame; sostenerlo con la mano izquierda delante del rostro: busco conocimiento; mantenerlo en la oreja izquierda: quiero que me dejes en paz; dejarlo deslizar sobre la frente: has cambiado; moverlo con la mano izquierda: nos observan; cambiarlo a la mano derecha: eres un osa-do; arrojarlo con la mano: te odio; moverlo con la mano derecha: quiero a otro; dejarlo deslizar sobre la mejilla: te quiero y así sucesivamente.
Realizados en maderas nobles, pintados a mano con diseños originales sobre finas telas, calados y sin calar, fueron integrando a su confección, los lógicos cambios de la era moderna, suplantando la madera por el plástico y la artesanía por el proceso industrial. Nada de ello quitó privilegio a su usanza y para nada su belleza fue opacada con la adecuación a estos métodos.
Los hay “pericones” (de gran tamaño en el país, como se llama a la tela), tradicionales y de bolso y aunque cueste aceptarlo en la cultura moderna, también hay abanicos para el caballero.
Caminando por la Peatonal Junín, la oferta se amplía y las variantes despliegan su color y forma ante el paso de los foráneos.

Elegancia ante el calor,
para todos los bolsillos
El agobiante calor en la ciudad hizo que muchos correntinos opten por la elegancia del abanico para superar el sofocón. Algunos negocios confirman la demanda actual de este pintoresco accesorio el cual puede ser encontrado a distintos precios, modelos y tamaños.
En Ibiza, local ubicado en Córdoba y Junín, los modelos más vendidos son de ma-dera artesanal y tela con figuras decorativas pintadas a mano a un costo de $59. También los hay a precios más económicos que van desde los $14 hasta $25 realizados en tela de encaje y plástico cuyo valor depende de los detalles que presentan, como ser los estampados.
Si bien son pocos los lugares donde se venden, existen opciones para sortear el calor con estilo. En “Carolina, la tejedora”, ubicado en Junín entre Santa Fe y España, hay distintos modelos que van desde los $6 (hechos de plástico y tela) hasta los de $15 (realizados con tela doble de encaje con detalles dorados), pasando por los abanicos bordados de $8. Pero los más requeridos son los abanicos grandes realizados en madera con diseños español y cubano, que cuestan $25, los cuales fueron muy buscados durante la Navidad, tanto para su uso como para regalos.
Aunque el calor apremie y se necesite amedrentarlo, los abanicos también son utilizados como adornos docorativos, y por lo cual su demanda se extiende a lo largo de todo el año, en su mayoría por el público femenino aunque algunos hombres no es-capan a esta tendencia.
Pero no solamente pueden conseguirse en negocios, porque a pesar de los controles que realiza la Municipalidad, hay vendedores ambulantes que ofrecen abanicos a $8, en plena calle.

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