Familias evacuadas del Itatí resisten el avance del agua pero esperan volver pronto a sus casas

La crecida del río Paraná está, desde hace un tiempo castigando a los barrios y asentamientos de zonas costeras de nuestra ciudad. Entre los inconvenientes más importantes están el agua que llega e ingresa a las casas y como consecuencia del fenómeno brotan las pérdidas económicas de muchas familias y la delicada situación con respecto a la salubridad.

Como suele ocurrir en estos casos, las personas que tienen sus viviendas afectadas por el agua son evacuadas con la ayuda de organismos oficiales o autoevacuadas por sus propios medios a la casa de algún pariente o conocido. En Corrientes, esta situación se extendió en el tiempo y hay casos de familias fuera de sus hogares desde hace tres meses aproximadamente.

Al alto nivel que presenta el Paraná y las consecuencias que esto provoca, se suman casos positivos de dengue en aumento y que generan una mayor preocupación que se generaliza en ciertos barrios.

Con respecto a la crecida, las zonas más afectadas son el Quinta Ferré, el Itatí, la Tosquera, Caridi y Sol de Mayo.

Alerta máxima

El barrio Itatí es uno de los más complicados pensando en la vuelta a casa de los evacuados. Aunque existe cierto alivio por un leve descenso del río experimentado en los últimos días, aún debe bajar varios metros para que el agua abandone las viviendas costeras. 

Más allá de esto, la ayuda continúa y las familias evacuadas resisten a la espera de la normalización total.

En la mayoría de los casos se trata de familias numerosas y con niños de corta edad, lo que representa una complicación e incomodidad extra a la hora de reacomodarse en los diferentes centros de evacuados.

Desde el Municipio se vienen llevando a cabo algunas acciones para socorrer a las personas afectadas por la crecida del río. La ayuda directa consta de agua mineral, un módulo alimentario y productos de limpieza e higiene. El combo de mercadería incluye 10 productos alimenticios básicos como leche, azúcar, yerba, arroz, fideos y harina, entre otros.

En cuanto a la cantidad y frecuencia con la que se brinda esta ayuda, la directora general de acciones directas y compensatorias, Celeste Lazzarini contó a El Litoral que “se están entregando de dos a tres veces por semana y dependiendo del grupo familiar” y agregó que “si se trata de una familia con muchos integrantes y con un módulo no alcanza, se entregan dos”.

La situación es compleja en el Itatí y existen personas que no se encuentran evacuadas a pesar de tener agua dentro de sus casas.

Por diferentes motivos están quienes se niegan a abandonar sus hogares para ser trasladados a un lugar más alto donde el río no pueda llegar. Además, al no encontrarse evacuados o autoevacuados, se les hace más difícil acceder a la ayuda brindada por organismos estatales y algunas organizaciones sociales.

Teniendo en cuenta esta situación, El Litoral dialogó con una mujer que, a pesar de que ha bajado un poco el nivel de agua, aún tiene inundada parte de su casa. María Mercedes Alarcón contó que “tengo a mi mamá discapacitada y el agua entró hasta la pieza de ella”. Además, con respecto a la ayuda alimentaria que se entrega dijo que “hace dos semanas me dieron una bolsa con un pan dulce, un budín, un fideo y una lata de arvejas, nada más”.

Asimismo, aseguró que “no me fui de mi casa porque tengo miedo de que me roben y perder mis cosas, mi marido es mallonero y esto nos costó mucho sacrificio”, expresó.

Por su parte, hay quienes están evacuados en el centro de pescadores que funciona en el barrio. En el lugar se encuentran unas 12 familias cuyas casas están inhabitables por la crecida. Allí, uno de los evacuados, Juan Ramón Benítez dijo a este diario que “estoy con mi familia desde hace tres meses más o menos, las fiestas pasamos acá porque teníamos agua hasta la mitad de la pieza”. 

Con respecto a la ayuda alimenticia que reciben, Benítez dijo que “alcanza bastante bien, lo único que tenemos que comprar nosotros es la carne”. 

Más allá de cualquier ayuda, la situación no es cómoda y genera ansiedad para volver a sus domicilios. Sobre esto, Benítez expresó que “queremos que baje ya el agua para volver y acomodarnos de nuevo”.

Desde los organismos estatales son optimistas en relación al nivel del río en los próximos días. Al respecto, el intendente Fabián Ríos dijo a este diario que “creemos que este fue el pico y la situación se va a normalizar”, expresó. 

Por su parte, Lazzarini contó que “la entrega de módulos alimentarios a los afectados por la crecida seguirá hasta que salgamos del nivel de alerta que es 6,50 metros” y aclaró que “la mercadería es tanto para los evacuados como también para los autoevacuados que están en la casa de algún familiar”.

Así, la asistencia que reciben las personas que debieron abandonar sus casas por el agua será hasta que la situación de los barrios costeros se normalice completamente.

La cifra

12

Es la cantidad de familias evacuadas en la zona de los barrios Itatí y Quinta Ferré. En la ciudad son más de 40 las afectadas.