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/Ellitoral.com.ar/ Sociedad

Asombroso caso de encuentro cercano

La tranquila localidad de Santa Ana de los Guácaras fue escenario en marzo de 1986 de un espectacular caso de contacto con extraterrestres, protagonizado por un habitante de ese lugar, Rito Melgarejo, quien se encontró con dos seres pequeños que habían descendido de una nave, en medio del campo.

Por Francisco Villagrán

Especial para El Litoral.

Un increíble caso de encuentro cercano del tercer tipo, como se lo llama en la jerga especializada, tuvo lugar el lunes 17 de marzo de 1986 en una zona cercana a Santa Ana, más precisamente en el Ingenio Primer Correntino. Allí, un poblador de esa zona, Rito Melgarejo, que en ese entonces tenía 42 años, fue testigo y protagonista de un hecho impactante: vio bien de cerca el descenso de una nave extraterrestre y se encontró cara a cara con dos de sus tripulantes, de pequeño tamaño, que intentaron un diálogo con él. El Litoral fue el primer medio que llegó a la zona y entrevistó a don Rito, quien contó con lujo de detalles su increíble experiencia. Melgarejo vivía en una zona llamada El Mangal, porque justamente allí había numerosas plantas de mango, que brindaban a la zona un frondoso muro vegetal, que dan sombra en el cálido verano, esa madrugada el hombre volvía de jugar a las cartas de la casa de un amigo, en medio del campo, cuando tuvo este inesperado encuentro que lo dejó shockeado y sorprendido, como es de esperar.

Rito Melgarejo, que hoy debe tener 73 años, es un hombre que relató firme y convencido lo que le pasó esa noche inolvidable para él, su vida eran el campo y su familia, trabajaba de sol a sol y no tenía la más mínima idea de lo que podría ser la vida extraterrestre, nunca había leído nada al respecto. Después de esta experiencia, comenzó a mirar más el cielo. Muchas veces leemos noticias que relatan casos como estos en Europa o Estados Unidos y nos parece lejano, pero acá cerca, a unos 15 kilómetros, en Santa Ana, se registró un caso verdaderamente increíble, difícil de aceptar para la razón. Pero realmente eso sucedió en Corrientes.

El relato de Rito

Ahora bien, veamos lo que comentó Melgarejo de lo que le sucedió ese 17 de marzo de 1986. Explicó  que “en esos días había llovido mucho y había mucha agua en toda la zona, se habían formado como lagunitas, yo volvía de jugar a las cartas en casa de unos amigos, a la 1.30 de la madrugada más o menos. De repente, vi una luz muy potente en medio del campo, que bajaba lentamente, hasta quedar cerca de mí, me iluminó totalmente, tanto que pude ver mi sombra en el piso. Ese aparato se me vino encima y se quedó a unos 10 o 15 metros de distancia, parado en el suelo. No sé qué era esa cosa, ese ‘avión lento’ (usando una forma curiosa de la gente de campo para referirse al fenómeno). Luego, me di cuenta de que de la nave bajaron dos seres pequeños, del tamaño de unos chicos de 6 o 7 años, tenían una especie de uniforme oscuro, ajustado al cuerpo y me hacían señas, como si quisieran que me acerque.

Me quedé paralizado y en ese momento sentí como una especie de calambre y hormigueo en todo el cuerpo. Quería salir a correr, pero no podía, ni siquiera moverme. Uno de ellos me hizo señas con la mano, como llamándome, me hablaban en un idioma que yo no entendía, no era castellano, hacían ruido como una radio descompuesta. Yo les dije que no entendía nada, ni quería saber nada. Yo no los veía bien por la luz tan fuerte, porque al principio me quedé como encandilado. No tenía mucho miedo, pero sí temor.

Estos seres hablaron entre ellos, dieron media vuelta y se metieron adentro de ese aparato y el objeto desapareció rápidamente en el cielo a gran velocidad, rumbo al Paraguay. Me quedé asombrado y temeroso, traté de volver a mi casa pero quedé como desconcertado, desorientado, anduve caminando en el campo hasta cerca de las 4 de la mañana, hora en la que pude llegar a mi casa, que no estaba muy lejos, a unos mil metros de donde había ocurrido esto. Después pensé que querían llevarme y ahí si tuve miedo. Ellos eran como nosotros, sólo que más chiquitos, yo les calculo un metro de altura más o menos. Cuando el objeto descendió sobre el agua hizo ruido como que alguien chapoteaba. Después de eso me quedó un fuerte dolor de cabeza que me duró varios días y no se me pasaba con nada”, concluyó.

Entonces, se puede catalogar a esto como un encuentro del  tercer tipo en la Ovnilogía, con intento de comunicación por parte de estos seres, que al parecer no eran agresivos, sino hubieran actuado de otra manera, como lo hicieron en el caso Meneses. Como testimonio irrefutable de los hechos, en el lugar quedaron huellas en el suelo, de 6 centímetros de diámetro por 10 centímetros de profundidad, tres en total, como si fueran las patas del  aparato. 

Además, quedó una zona totalmente quemada a pesar de que había agua, de unos 6 metros de diámetro por 4 de ancho. Alrededor el pasto estaba totalmente verde y como hecho curioso se puede decir que una anguila, que estaba en el agua, quedó totalmente como plastificada, momificada; ya habían pasado 5 días y la anguila no mostraba signos de descomposición ni mal olor. Tampoco se vieron huellas de pies de los seres, lo cual demuestra que eran muy livianos, ya que estaba mojado el suelo, o bien no tocaron el mismo, es decir que levitaban. Esta podría ser otra posibilidad a tener en cuenta. Todo esto fue comprobado por los cronistas de El Litoral in situ.

Cabe recordar que Melgarejo perdió la visión de un ojo meses después, lo cual podría atribuirse a su experiencia, pero no se puede afirmar con seguridad que sea así. Finalmente, don Rito comentó entre risas: “En el pueblo hoy todavía me conocen con el apodo ‘Ovni’, pero no me molesta, yo sé muy bien lo que me pasó, y hasta hoy me acuerdo como si fuera ayer. Al principio muchos no me creyeron, pero después, cuando vieron las huellas y vino mucha gente a investigar de todos lados, me dieron la razón. El primero que vio las huellas y me creyó todo fue mi vecino don Felipe Sosa, que ya falleció, él también vio luces que andaban por las noches en esos días”, recordó.

Un caso más de los muchos de contactos en el mundo, sólo que esta vez le tocó a Corrientes bien de cerca…

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