Piñón Fijo presenta hoy su show “Payabuelo” en el Teatro Vera

El Teatro Vera se vestirá hoy de risas, humor, música y color con un nuevo desembarco en Corrientes del payaso más querido del país: Piñón Fijo.

Con su espectáculo “Payabuelo” estará desde las 16 en el coliseo mayor de la ciudad y se espera sala llena. “El personaje infantil más tierno de la Argentina llegará nuevamente a Corrientes junto a Sol y Jeremías, quienes ya son parte vital del espectáculo, e invitarán a todos a disfrutar de un domingo único lleno de música, alegría y con tus papis”, anticiparon los organizadores.

En la ocasión presentará nuevas canciones y las de siempre, que ya son parte de la memoria de muchos papás que alguna vez fueron su público. Trae un espectáculo de luces, canciones, animaciones en pantallas y coreografías, que arrancará las sonrisas del público.

En una entrevista con El Litoral, publicada el domingo 2 abril, anticipando su presentación en el Vera, Piñón Fijo resaltó: “Mi traje de payaso me conectó con la infancia, el estado más puro del ser humano”. En este sentido, el comediante con casi tres décadas de trayectoria, destacó que la familia ocupa primer lugar en su escala de vida. “Creo que es el núcleo de personas donde comenzamos a ejercer la vida en sociedad. La diferencia con la sociedad misma, es que en la familia la moneda de cambio es el amor, por lo tanto hay grandes chances de aprendizaje... hasta de los errores”. 

Asimismo señaló que trabajar en familia y ver a tus hijos, Sol y Jere, crecer no sólo en lo personal sino también como artistas, “es un placer, un desafío y un cuento sin final aún. Me entusiasma mucho el saber que es un cuento que aún estamos escribiendo”.

Cuando El Litoral le consultó: “Muchas veces se dice que la tristeza del payaso nunca se puede ver detrás del maquillaje de sonrisa eterna. ¿Cuándo estás triste los demás pueden percibirlo o es un estado muy íntimo?”, Piñón fijo respondió: “Me ha tocado transitar momentos muy difíciles en la vida, ni más ni menos que lo que le sucede a todo el mundo. Enfermedades, pérdidas de seres queridos, desencuentros, y mi traje de payaso, lejos de molestarme, cumplió la función de contenedor emocional. Será que me conectó con la infancia, el estado más puro del ser humano”.