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/Ellitoral.com.ar/ Barrios

El regreso a casa tras la inundación es el problema de siempre para los afectados

PERDIDA. Los evacuados manifestaron que perdieron todas sus pertenencias al salir de sus hogares.

Ante cada inundación o fuerte tormenta que se registra sobre la ciudad, los habitantes del asentamiento conocido como La Olla son algunos de los ciudadanos más golpeados y afectados: en los últimos años fueron reiteradas las veces que debieron salir de sus hogares con lo puesto, perdiendo todas sus pertenencias materiales, debiendo ser llevados a centros asistenciales para luego regresar a sus casas y empezar de cero con sus vidas. Con las lluvias de esta semana, cientos de vecinos de la zona fueron evacuados en el Hogar Escuela, donde manifestaron que a pesar del acostumbramiento de ser trasladados por las inclemencias climáticas, el principal problema y preocupación continúa siendo el regreso a sus hogares, con la presencia de alimañas como víboras, arañas y alacranes, así como también los problemas sanitarios en los niños.

Los evacuados manifestaron que en varias oportunidades sufrieron anegamientos, pero que en esta oportunidad hubo zonas donde el agua llegó hasta por encima de la cintura y debieron ser ayudados por vecinos y bomberos para poder salir de sus casas completamente inundadas.

“El martes a las 8 tuvimos que salir corriendo de nuestras casas con lo puesto. Alzamos a los chicos y tuvimos que pedir ayuda a los vecinos porque era impresionante la cantidad de agua que caía”, expresó a El Litoral, Andrea, una de las evacuadas en el Hogar Escuela que estaba con sus tres niños a la espera de volver a su casa en la zona más baja de La Olla. 

Ante la fuerte tormenta de más de 200 milímetros de lluvia caída en menos de dos días, las familias del asentamiento debieron pedir ayuda. “El agua llegaba hasta el pecho en algunas partes sobre la calle Finlandia, y tuvimos que pedir a los carreros que nos ayuden a salir con los chicos. Usaron una heladera vieja como canoa para que pudiéramos salir y después llegaron los bomberos”, explicó Griselda, otra de las afectadas que estaba con sus ocho hijos en el refugio.

“Perdimos todo, la ropa, los colchones, las frazadas y los útiles de los chicos que cuestan mucho y tienen que volver a la escuela. Nos quedamos con lo que nos dieron las asistentes nada más”, añadió Paulina, quien debió salir de su casa con una pequeña hija en brazos.

Para las familias de la zona más baja de La Olla, el proceso de evacuación y asistencia es una constante durante las tormentas e inundaciones, así como también ante cada episodio se renueva el temor sobre el panorama desolador del regreso a casa y la presencia de alimañas. “Siempre que llueve demasiado tenemos que salir de nuestras casas porque nos inundamos y tenemos que ser socorridos por otras personas. Es el problema de siempre y que hasta ahora no tiene solución. Desgraciadamente ya estamos acostumbradas”, manifestó Gladis, otra de las madres evacuadas.

“Tenemos miedo por lo que vamos a encontrar en nuestras casas cuando volvamos. Siempre hay arañas, víboras y alacranes que son peligrosos para los niños. También por el agua estancada a los chicos les salen erupciones y tienen problemas y eso nos pone muy mal”, agregó Paulina sobre el temor a la hora de volver a sus casas tras el retiro del agua.

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