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/Ellitoral.com.ar/ Salud Ambiente

La pasión por la enfermería las marcó y hoy la transmiten con entrega y servicio

Contención. Maimará trabaja hace 15 años como enfermera. ARCHIVO/ NICOLAS ALONSO

n Brindan asistencia en los tratamientos médicos, promueven la salud en todos los órdenes, y acompañan a sus pacientes en los momentos más difíciles. Funciones propias de los enfermeros que el viernes celebraron su día internacional.

En homenaje a quienes de sempeñan esta profesión, El Litoral entrevistó a dos reconocidas enfermeras del Hospital J. R. Vidal que describieron su labor con una voz cargada de pasión por lo que hacen. Se trata de la jefa del sector de enfermería del Departamento de Oncología y docente en la Cruz Roja, Maimará Tossutti; y Zulma Villan jefa del sector de Clínica Médica, y Hematooncóloga en la Fundación para combatir la leucemia (Fundaleu).

Sus historias de vida coinciden en tres puntos: un enamoramiento inicial por la profesión; una labor diaria cargada de servicio; y la descripción del hospital como su segundo hogar.

Pasión

Como en todo relato de amor hubo un flechazo inicial que ligó a estas mujeres a su profesión. 

Por un lado, Maimará Tossutti oriunda de Las Breñas, Chaco llegó a Corrientes con la idea de estudiar inglés. “Gloriosamente llegué justo cuando se había cerrado el período de inscripción, así que volví a mi pueblo. Estando allá acompañé mi papá al hospital y tuve la oportunidad de ver a las enfermeras que corrían de un lado al otro, haciendo diversas actividades. Ese día entendí lo que quería ser”, comentó la licenciada Maimará.

En su primer intento, en 1996 logró ingresar a la carrera y desde entonces su formación se cargó de conocimientos. Hasta que un día volvió al lugar en el que se había enamorado de la enfermería: el hospital. 

“Creo que la enfermería me eligió a mi porque me enamoré de mi profesión desde el primer día”, describió. Transcurrieron 15 años de labor en el Hospital Vidal, bajo la premisa de trabajar, “para promover y cuidar la vida”. 

A  Zulma Villlan la pasión por esta vocación le llegó anticipadamente, precisamente en plena adolescencia. 

“Tenía 13 años, en ese entonces mi papá enfermó pero no quería internarse y tampoco teníamos enfermeros en el barrio, entonces me tocó cuidarlo”, recordó con una sonrisa.

Un médico de la zona le explicó las funciones básicas que pudo desempeñarlas a la perfección. Es experiencia quedó grabada en su memoria y cuando terminó con su ciclo escolar Zulma ya sabía lo que quería para su futuro. 

“Mi papá quería que sea médica, pero mi fuerte era estar al lado del paciente y yo quería ser enfermera. En diciembre el falleció y en febrero inicié la escuela de enfermería”. Desde que se recibió comenzó a trabajar en el Hospital Vidal, y ya suman 36 años de labor.

Desafíos 

El oficio se desempeña con gran responsabilidad ya que enfrentan el deber de cuidar la salud y aliviar los sufrimientos en los momentos más críticos. 

Escenarios en los cuales asisten con prudencia y afecto. Estos lineamientos fueron puntualizados por Zulma, que trabaja los 365 días del año sin descanso, ya que su labor es una parte inseparable de su vida. 

Tal es así que de lunes a viernes trabaja en el sector de Clínica Médica del Hospital Vidal, en tanto que fines de semana y feriados emprende viaje hasta Buenos Aires para desempeñarse en el sector de hemato-oncología de la Fundación para combatir la leucemia (Fundaleu). 

Diariamente se enfrenta al desafío de brindar contención (sanitaria y emocional) a sus pacientes y lo hace con una suma de recursos. “Como quimioterapista, al equipo nos toca pasar situaciones difíciles, pero para que nuestros pacientes se olviden de su condición personificamos héroes y actuamos como si estuviéramos en una comedia”, expresó entre risas. Recordando que más de una vez les dijo a sus pacientes que no estaban en un hospital sino en un teatro.

En este mismo sentido Maimará, que nació en un la calidez de un hogar donde siempre primó el cariño, describe que su principal herramienta de trabajo es el amor. “Tenemos el placer diario de cuidar las necesidades básicas de nuestros pacientes con detalles como: acomodarles la cama, curar las heridas, y una serie de labores que solo se realizan con amor. Eso es lo más importante, porque el afecto alivia el dolor interno que a veces es más fuerte”, describió la licenciada mientras comentaba que este mismo fervor se contagia a los pasantes que trabajan en el Vidal.

Pero también esta vocación la hizo enfrentar grandes desafíos y con un brillo en sus ojos Maimara recordó: “Siempre querés que tu paciente se vaya de alta, pero a veces eso no sucede. La muerte nos cuesta a todos,  pero nosotros que tenemos la gran virtud de trabajar brindando contención, debemos cargarnos de fortaleza”.

Segundo hogar

La entrega diaria es tan intensa, que el hospital se transformó en un segundo hogar para Zulma que lleva 3 décadas de servicio, camino seguido también por Maimará que cumplió 15 años de labor. 

“Aunque estemos en casa, con mi esposo (licenciado Marcelo Pared), estamos pendientes de las necesidades que puedan tener algunos pacientes, en ocasiones separamos ropa o bandejas de medicación por ejemplo. Esto es así porque  sentimos al hospital como nuestro segundo hogar”. En este mismo orden, Zulma comentó que sus seis hijos la acompañaron al hospital y crecieron en esos salones. 

Algo que tampoco cesa, son las súplicas a Dios por sus pacientes. “Una reconocida frase alega que en los pasillos de los hospitales se escuchan las plegarias más sinceras. Esto es así, más de una vez rezamos por aquellos que están en una situación complicada. Somos una gran familia”, indicó Maimará. 

La vocación es un don que se contagia. “Desde el director del hospital hasta los residentes nos hermanamos como una gran familia. Además tenemos un gran semillero de enfermeros que están trabajando incansablemente y codo a codo”, destacó Zulma. 

No caben dudas de que el trabajo se lleva adelante con pasión y vocación.

Tanto Zulma como Maimará destacaron la labor de sus colegas, y aprovecharon la oportunidad para brindar un cálido saludo a quienes comparten este oficio. 

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