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/Ellitoral.com.ar/ Derechos Humanos

Una escuela en el barrio Ongay promueve la transformación social a través de la educación

Fe y Alegría es un Movimiento Internacional de Educación Popular Integral y de Promoción Social de inspiración cristiana.

Por Roxana Feldman (@roxifeld)

El Centro Educativo de Fe y Alegría es una organización no gubernamental jesuita internacional con presencia en 20 países de América Latina, África y Europa que ofrece educación gratuita a distintas comunidades de bajos recursos. En Argentina trabajan en localidades con altos índices de pobreza y analfabetismo como ser Salta, Jujuy, Chaco, Corrientes y Gran Buenos Aires.

En la provincia tienen presencia en el Ongay “debido a las grandes necesidades educativas de la comunidad”. Con 19 años de trayectoria, suman esfuerzos con el objetivo de “atender a una población escolar en alto riesgo social”. Asisten niños y adolescentes del Paloma de la Paz y Serantes en su mayoría, aunque también hay alumnos del Loma Linda y el Villa Raquel, contenidos dentro del área conocida como “La Olla”.

Compromiso. Los docentes de Fe y Alegría dictaban clases a domicilio, antes de la construcción de su edificio.

Se definen por una metodología, al menos, diferente a la de las escuelas tradicionales. Teniendo como afán el “compartir con el otro” y el aprendizaje desde la enseñanza, dan orientación formal a chicos y chicas de diferentes barriadas del suroeste de la ciudad. 

El afán de la escuela es la integración; el juntar a “los docentes, los padres y madres e, incluso, los propios alumnos, y ver qué se puede hacer”. Ese encuentro y ese acompañamiento de toda la comunidad es la misión y la materia prima de la que se valen para presentar planes de estudios innovadores y basados en la experiencia.

La presencia de una institución educativa como espacio de contención, esparcimiento y aprendizaje no fue ajeno al crecimiento del deseo de chicos y grandes de salir adelante y dejar de lado tentaciones que no escapan a la realidad de todos los barrios periféricos como ser adicciones y robos.

El Centro Educativo cuenta actualmente con alrededor de 800 alumnas/os en Nivel Inicial, Primaria, Secundaria, Educación Técnica (IPROF) y Secundaria de Adultos (IPPA) donde se desempeña un equipo interdisciplinario institucional donde, además de docentes, hay psicólogxs y trabajadorxs sociales).

Con un equipo de docentes, psicólogxs y trabajadorxs sociales contienen a alrededor de 800 alumnos.

 Educación y obras: combo para combatir la vulnerabilidad social 

 

En este sentido Dorita Chifflets, directora de la escuela de Fe y Alegría y tracción de cambio continuo en la comunidad, nombra un factor relevante que acompañó la transformación: las obras que el Programa de Mejoramiento de Barrios (Promeba) lleva realizando hace alrededor de 5 años. Las mismas que fueron visitadas la semana anterior por el ministro del Interior de la Nación, Rogelio Frigerio. 

La aperturas de calles, la instalación de cloacas y el mejor acceso a los servicios significó un salto en la calidad de vida de los vecinos, siendo éste un principio básico de la arquitectura y su vinculación con la sociedad. 

En la barriada, trabaja el Programa de Mejoramiento Barrial para mejorar la calidad de vida de los vecinos.

La construcción de viviendas pero la falta de acceso a los derechos básicos como la educación y la salud, además de inexistentes espacios de recreación donde generar vida en comunidad, dificultan el desarrollo integral de los pobladores y significan una desvinculación con su entorno.

Al darse estas condiciones mínimas de habitabilidad, la población del barrio es ahora capaz de producir bases identitarias con el lugar donde viven y tener la posibilidad de construir contextos más amigables y sanos.

Dorita explica que, en el funcionamiento de la institución, el Estado provincial “se compromete a pagar los sueldos” y asiste con fondos “para construcciones o mejoras edilicias”, pero lo que se dificulta en muchas ocasiones es el “mantenimiento” porque, si bien reciben aportes de voluntarios, hay ocasiones en que no son suficientes.

En la actualidad, con el drama de las inundaciones y el anegamiento que provocaron las constantes lluvias, requieren asistencia para trabajos de zanjeo que permitan un mejor drenaje del agua para mejorar el acceso a la escuela. También necesitan manos solidarias que ayuden a pintar salones como el laboratorio y potenciar la instauración de programas “para perderle el miedo” a las ciencias.

 

Educar desde la experiencia 

Basándose en esta intención de traspasar los límites de la educación formal para instalar el aprendizaje en otras aristas de la vida social de las alumnas y los alumnos, en Fe y Alegría realizan un labor interinstitucional interesante. A través de la construcción de vínculos con entes culturales y artísticos de Corrientes, generan importantes espacios de recreación y esparcimiento, una de las demandas más recurrentes de los chicos.

En esta línea de acción con impronta horizontal y abierta, la institución genera interacción con otros establecimientos como la Escuela Especial Nº 26 Petrona Elida Ignatoff, el Instituto de Rehabilitación para Niños Especiales, padre Leopoldo Mandic y el saps 16 que funciona en ese distrito de la ciudad, todos conectados en una red solidaria y de sostén a los estudiantes.

La ocupación de cada día y el aprendizaje a prueba y error que supone la enseñanza desde una visión de la educación superadora de las estructuras y los límites formales, tiene sus frutos. 

Keila, alumna que forma parte de la institución desde chica, así lo refleja: “Lo más lindo que de formar parte de Fe y Alegría es la integración que fomentan los profes. Tratan a todos por igual y sin hacer diferencias. Se preocupan realmente por el chico. Nos forman como como buenas personas, salís con buenos valores, te vas todos los días con algo nuevo a tu casa”, enumera.

Por su parte, al ser consultada sobre lo que significa para ella Fé y Alegría, Dorita no duda: “Es una pasión hace 19 años. Es ver un sueño realizado. Es una enseñanza de los propios docentes, de ir aprendiendo del otro y de la comunidad. Es un regalo, un don que no tiene precio”.

Y cierra visiblemente emocionada: “Aprender de la sabiduría popular no se consigue por ningún lado, no se puede pagar. Yo sigo soñando y sigo inculcando de nunca poner techo a nada, trabajar valores, cultura del amor. Nacimos para ser felices, en respeto, en solidaridad y eso se construye al lado del otro”.

Dorita Chifflets. Directora de la escuela de Fe y Alegría y docente incansable.

 *Cómo postularse como voluntario: por FacebookFe y Alegría Ongay Corrientes

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