Se celebró ayer la fiesta de San Juan Bautista en varias localidades, pero principalmente en las que lo tienen como patrono, tal es el caso de Garruchos e Ituzaingó, en la diócesis de Santo Tomé, y que este año tuvo como particularidad la visita, por primera vez, del nuevo obispo Gustavo Montini.
Las actividades centrales comenzaron en la noche del viernes con otras propuestas tradicionales, como la quema de muñecos y el paso por las brasas.
En Garruchos, este sábado, autoridades locales, el sacerdote local Javier Sánchez y vecinos se dirigieron hasta el ingreso a la localidad para recibir a Montini. Luego se hizo un saludo formal en cercanías de la Municipalidad por parte del intendente Alejandro Minigozi y la vice Sandra Dos Santos. Tal como se informó en ediciones recientes, también se aprovechó la celebración del patrono para bendecir e imponer el nombre al salón parroquial que lleva el nombre “Padre Gustavo Rébora”.
Luego, Montini presidió la misa junto con feligreses locales, así como de otros llegados de Colonia Liebig’s, San Carlos y otras localidades. A continuación y como es costumbre, se realizó el almuerzo comunitario en la plaza central.
Mensajes
En Ituzaingó también se desarrolló una intensa agenda de actividades de las que participó una delegación de Ayolas (Paraguay). Previo a la misa, en la parroquia en honor a San Juan, Montini recibió el saludo de autoridades locales, como el intendente Oscar Piñón, miembros de su gabinete y el Concejo Deliberante, así como de la Entidad Binacional Yacyretá.
En la oportunidad, además, se leyó un mensaje de la comunidad local que decía: “Bienvenido a nuestra casa, ciertamente hay luces y sombras” y auguran que “esas oscuridades con su presencia de padre y pastor, sean para nosotros testigo de la luz”. Agregaron que “queremos que sus palabras nos ayuden a crecer y madurar como cristianos. Gracias por venir, gracias por rezar y alimentarnos en la fe y esperanza para darnos ánimo para que nuestra vida contribuya a la construcción de una sociedad más justa”, destacaron.
Además, reconocieron que “vivimos tiempos difíciles para nuestra sociedad e iglesia”, en cuyo contexto pusieron de relieve “el testimonio abnegado de sacerdotes religiosos y laicos que han sabido entregarse a los hermanos; para ellos nuestra gratitud”.
Tras estas palabras, el obispo dijo: “Quiero agradecer de corazón la bienvenida, es así como me he sentido en toda la diócesis, recibido, acogido, con la certeza de que hay un corazón que es capaz de recibir al otro que viene, y en este caso en nombre de Dios, como cualquier sacerdote y ministro”. Aseguró que esto “demuestra el corazón, la madera con la que están hechos los que reciben y acogen”.
Para finalizar, el prelado dijo: “Que esta fiesta renueve nuestra fe, la haga más fuerte y vigorosa, y que con esta eucaristía se ponga de manifiesto en los hermanos”.
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