Lactancia materna: una práctica que marca el trasfondo de la relación con los hijos

Por Melisa Vega

(@_melijota)

“La lactancia materna es un acto natural que se fue perdiendo con el tiempo”, afirmó el pediatra neonatólogo Avelindo Pablo López que ayer fue homenajeado en el Hospital Materno Neonatal “Eloísa Torrent de Vidal” por su lucha en pos de promover la práctica que otorga múltiples beneficios en los niños y niñas durante la primera edad.

En el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que se extiende hasta el 7 de agosto, Avelindo conversó con ellitoral.com.ar y explicó que el bebé alimentado por el pecho “es mucho más sano porque le proporciona defensas y le ayuda a evitar enfermedades que pueden aparecer en la etapa adulta, como la diabetes, la obesidad o la desnutrición”. Comentó, que la leche materna tiene enzimas que combaten a la anemia y proporciona un 49 por ciento de hierro a comparación de la leche líquida que sólo absorbe un 10 y la en polvo un 4  por ciento.

Además de los beneficios, López hizo énfasis en los afectos que se generan cuando una madre alimenta a su hijo o hija con el pecho y afirmó que de esa forma, se evitan problemas sociales como la drogadicción, el alcoholismo y el tabaquismo. Para él, se trata de una práctica que se debe recuperar para tener una sociedad “más sana e inteligente” y que no sólo es buena para los niños, sino también para las madres ya que las ayuda a bajar de peso y a superar alguna patología que padezca durante ese momento.

El tiempo recomendado es que la lactancia se de en forma exclusiva hasta los 6 meses, porque es la “única forma de que el bebé tenga defensas”. Luego de ese periodo, se podrá complementar con alimentos y así hasta los 2 años porque ya tendrá “el 49 por ciento del cerebro desarrollado”, expresó.

Por una práctica en unidad

“Construyendo alianzas para proteger la lactancia: por el bien común, sin conflictos de interés” es el lema de la semana que este año cumple su edición número 25.  “La lactancia lo podemos hacer entre todos”, explicó Rafaela Pescarolo Thomas, quien es doula y se dedica a acompañar a madres hace ya 14 años.  De su contacto y trabajo diario con las mujeres, apuntó a la importancia de que la misma no se sienta sola, de que pueda contar con el apoyo de su familia para que la conexión con el niño pueda darse de una manera óptima.

“Si la madre está cansada y tiene que ocuparse además de las cosas de la casa, empieza con los problemas de lactancia”, afirmó. Para ella es fundamental tejer una red de apoyo a la madre que puede materializarse con detalles mínimos como sostener al bebé o hacerle la comida.

Rafaela comentó que es importante que la mamá se conecte con su cuerpo y dimensione “el binomio” que se genera con su hijo, porque esa conexión será la que delimite el trasfondo del bienestar entre ambos.

La presión social a la que está sujeta la mujer, quien además de ser mamá, es trabajadora y no sólo de una forma rentable, explicó que para que disfrute la alimentación de su hijo  debe estar tranquila y verbalizar sus emociones. “La mujer lactante debe estar cuidada por al sociedad entera”, enfatizó.

La vuelta al trabajo

Para muchas madres, la vuelta al trabajo es un verdadero desafío. López explicó que se debe informar acerca de las formas de extracción y conservación de la leche, aunque afirmó que lo ideal es que el bebé “vaya donde se encuentra la madre y se alimente desde su propio envase”.

La reserva se puede conservar 2 horas a temperatura ambiente; 2 días en la heladera; 2 semanas en el congelador y de 2 a 6 meses en el freezer que luego debe ser calentado a baño maría para evitar la destrucción de las células vivas, detalló el doctor.

Rafaela aconseja que se tenga un stock de leche congelada para alimentar al bebé cuando éste lo desea. Apuntó al sistema de trabajo que en muchas ocasiones establecen el reintegro después de los 2 meses de parir donde aún el niño es muy chico para despegarse de la madre.

En cuanto a dar la leche en espacios públicos, López aseguró que se trata de algo “natural” y  manifestó la necesidad de concientizar desde el jardín de infantes donde “no deberían existir muñecas con chupete ni biberón”, sino que se debe enseñar que la teta es una forma de “alimentar al niño y de forma exclusiva hasta los seis meses”.