Cuando iniciaban las actividades áulicas de la Facultad de Medicina, en la oficina del Centro de Estudiantes recibieron un movilizador llamado telefónico que alertaba sobre la existencia de una bomba en el edificio situado por calle Moreno, entre Mendoza y Córdoba, de la ciudad de Corrientes.
La comunicación no pasó inadvertida ya que en cuestión de minutos se evacuó el lugar.
Personal administrativo, docentes y alumnos de la Universidad Nacional del Nordeste ganaron la calle, mientras se llamó de inmediato a la Policía.
La amenaza de bomba derivó en la labor de peritos especializados de la Gendarmería Nacional, quienes recorrieron cada rincón del amplio edificio, hasta descartar por completo la existencia de algún indicio sobre la presunta presencia de explosivos. Cuando se confirmó que la denuncia era falsa, las actividades volvieron a la normalidad.
Se vivieron momentos de mucha tensión y hasta de pánico entre el estudiantado que abandonó las aulas por temor a una explosión que hubiese significado un sangriento desenlace.
Además se abrió una investigación donde los efectivos buscarán rastrear la llamada telefónica para hallar el origen de la misma e iniciar una actuación judicial contra el autor del grave hecho.
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