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Alineados con la pobreza

Por Justo Estoup

Profesor de Sociología Cátedra “A” de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y Políticas de la Unne. Concejal PJ

Especial para El Litoral

Los resultados del último informe de pobreza del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) muestran una realidad que debe ser analizada y que es necesario cambiar, entendiendo que este es un escenario que se reproduce desde hace muchos años. Durante mucho tiempo existieron acciones del Estado Nacional, que de manera directa (a través de programas específicos) o indirecta (buscando un estado de bienestar general), intentaron paliar la situación de pobreza. En la actualidad las políticas nacionales impactan directamente en el incremento de la pobreza, además no se observan acciones contundentes del Gobierno de Corrientes en busca de bajar estos índices.

¿Qué es la pobreza? Es una pregunta que muchos se hacen. Según el Banco Mundial, “la pobreza es una pronunciada carencia de bienestar”.Y si nos centramos en el concepto podemos apreciar la vigencia y contundencia del concepto. En este sentido, debemos entender que la pobreza como falta de bienestar comprende diferentes aspectos, pero por sobre todas las cosas, se trata a la falta de cuestiones básicas para supervivencia del humano en una determinada sociedad.

Observando el resultado de las políticas que lleva adelante el Gobierno Nacional se puede ver que ha dejado de priorizar el bienestar de los ciudadanos, enfocándose pura y exclusivamente en el bienestar de mercado como política de Estado. Desde la Presidencia de la Nación y a través de sus socios políticos locales expresan una y otra vez que estas decisiones son para estabilizar el futuro de los argentinos, proporcionar certeza al mercado, y seguridad económica para las inversiones; con el objetivo final de proyectar un supuesto crecimiento. Ahora ¿esto se puede sin perturbar la paz social?

Al respecto, recientemente se ha dado a conocer el índice de la incidencia de la pobreza e indigencia en 31 aglomerados urbanos, durante el primer semestre de este año. Los datos proyectados en esta medición tienen gran repercusión debido al cambio de la tendencia hacia el sentido negativo: la pobreza en todo el territorio nacional, pasó del 25,7% del segundo semestre de 2017, al 27,3% en el primer semestre del año 2018. De la lectura de las cifras, se puede observar que las decisiones tomadas en los últimos tiempos no fueron las adecuadas. 

A esto se debe sumar que los fondos obtenidos por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), en gran porcentaje se han traspasado de las manos del Estado a manos privadas en pocos días, debido a las corridas generadas por el libertinaje cambiario que hoy se adueñó de la política financiera de la Argentina. A esto se de sumar la creciente inflación, que se evidencia en el aumento de tarifas, combustibles y alimentos; así como también las paritarias globales que dejaron a los salarios sin capacidad de afrontar las necesidades personales. Los grandes errores de lectura de la coyuntura, la falta previsibilidad y el espíritu triunfalista, es lo que dio como resultado un incremento en los índices de pobreza hasta la finalización del primer semestre de año 2019.

Hoy, el fastidio supera a la esperanza. Hoy, en los grandes conglomerados urbanos reina la imposibilidad de llegar a fin de mes, lo cual lleva a un estado de incertidumbre de los ciudadanos que no permite ver más allá del día a día y proyectar más allá del mes que se transita. Esta inseguridad, que gran parte de la ciudadanía tiene, y el malestar social imperante, se termina apreciando por cuanto medio de comunicación se escucha, ve o lee.

En este aspecto, es importante resaltar que la ciudad de Corrientes es uno de esos centros urbanos castigados por el acontecer económico, transformándose no sólo en la ciudad con mayor cantidad de personas pobres del Nordeste argentino con un índice del 36,8%, sino también en la segunda ciudad más pobre de la Argentina. Un título que no enorgullecería a ningún Gobierno Provincial, y menos a uno con diálogo abierto y fluido con el Gobierno Nacional.

No se trata solo de una consecuencia de políticas nacionales, entiendo que podemos estar ante una problemática a nivel provincial ¿por qué? Observando los números del Indec podemos ver que una gran parte de la región más pobre el país ha bajado sus índices de pobreza. Formosa con 24,9%, Posadas con un 28,5 y el Gran Resistencia con un 28,8, han logrado, a pesar de las adversidades nacionales, hacer descender los índices de pobreza expuestos en el segundo semestre del año 2017. Esto, nos deja una única reflexión: el Gobierno Provincial ¿toma en serio el nuevo título que la ciudad de Corrientes, lugar de mayor concentración poblacional de la Provincial? ¿entiende que esta nueva categoría sólo demuestra una falta de accionar ante las consecuencias creadas por realidades económicas y sostenidas discursivamente por el mismo Gobernador? ¿comprende que no todo está atado a la alineación, y buen diálogo, con el estructuras nacionales, sino que debe de buscar soluciones locales que logren sacarnos de esta triste coyuntura? Tengo dudas al respecto.

En las pasadas elecciones, como una forma de atacar al adversario, el oficialismo gobernante decía “el pavimento no se come”. Esta era una forma de desprestigiar las muchas obras de este tipo que se hacían en la ciudad de Corrientes. Esa mirada de corto alcance, la frase hecha sin sustento, en realidad demostraba la ignorancia de la situación. Está comprobado que la obra pública genera trabajo, salario dignos, estabilidad laboral y, por otro lado desarrolla la ciudad proyectándola hacia el bienestar de los vecinos y de los que trabajan en ella. Que importante sería tener hoy ese flujo de obra pública de los años pasados, quizás así no estaríamos en el nefasto podio de la pobreza que nos mostro el Indec. 

En la actualidad, el pueblo correntino vive en un estado de exclusión social constante. Todos los días se suman nuevas familias a este vaivén de la economía doméstica, lo que genera malestar social y crisis personales. Reconocer el problema es un avance, analizar que este es un problema que lleva un par de décadas y que no se ha hecho nada, sería lo más adecuado. El Gobierno Provincial debe asumir que si no se toman medidas serias y prolongadas en el tiempo, la pobreza va a seguir creciendo.    

Está bien comenzar por aceptar esta realidad, pero con eso no alcanza, es urgente avanzar hacia una solución posible, poniendo todas las energías necesarias en sacar a la Provincia de este miserable ranking al que nos ha llevado la desidia y la complicidad de los gobernantes que hoy tienen la responsabilidad de dar bienestar a los correntinos.

 

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