Para ganarle a la inflación, se adelantó la venta de trajes y vestidos de recepción

Las fiestas de egresados comenzarán a mediados de noviembre, pero las familias ya se adelantaron en la compra del tradicional vestuario para esa noche de gala por un sólo objetivo: ganarles a las posibles subas de los precios.

Es que, en medio de la incertidumbre económica de los últimos años, los consumidores empezaron a ajustar su ingenio y proyectan diversas estrategias de ahorro. Sobre todo ante gastos premeditados como son los de las recepciones. Así lo indicaron varios comerciantes del rubro, quienes afirmaron a El Litoral que las ventas de trajes y vestidos durante el 2018 arrancaron entre julio y agosto.  

Al respecto, la encargada de un negocio de telas, Virginia, expresó: “Este año tuvimos un movimiento comercial muy diferente al de otras temporadas porque, entre la devaluación y el temor a las subas de los precios, la venta comenzó en julio. Por suerte, en junio ingresaron 20 diseños y ya se vendió todo. En agosto tuvimos que renovar el pedido y tras el salto del dólar, en septiembre, el consumo se direccionó hacia lo más económico. Nosotros no  tuvimos descenso en las ventas, pero sí notamos una importante reducción en el nivel de gasto”, explicó Virginia la encargada de una tienda de telas.

En esa misma línea se expresó Sofía desde una casa de indumentaria de gala, ya que afirmó que años atrás “la elección del vestido siempre arrancaba en septiembre. Sin embargo, este año, en agosto ya vendimos los primeros. Ahora estamos en el momento de mayor demanda, pero nos encontramos con que la única forma de vender es a través de promociones. La mayoría de los clientes se miden mucho a la hora de gastar”.

En general, los comerciantes consultados por este medio coincidieron en afirmar que, pese a que las ventas en el rubro no descendieron, notan que sí se redujo el nivel de gasto.

“El año pasado vendimos una gran cantidad de diseños importados con abundante brillo y bordados únicos. Esas telas están mucho más caras, ahora no las trajimos porque se hace imposible pagarlas y además los padres ahora prefieren elegir algo lindo, pero económico. Tuvimos varios usuarios que se llevaron telas simples porque ellos mismos la bordarán para ahorrarse unos pesos. Nosotros tuvimos que adaptarnos a ese cambio esporádico de gustos”, explicó Rubén desde una sedería.

Por otro lado, destacan que el gran porcentaje de futuros egresados caminan varias cuadras buscando precios y, entre la variedad de propuestas, los trajes y vestidos más económicos son los que ganan la partida.

Economía vs. diseño

Las recepciones son uno de los momentos más esperados por los estudiantes que se alistan para celebrar a lo grande la culminación de sus estudios. Sin embargo,   hay un amplio margen entre las expectativas de los jóvenes y el bolsillo de sus padres. 

En este escenario, desde las casas de alta costura destacan que el gran porcentaje de ventas se concentra en las ofertas, mientras que desde las tiendas que ofrecen productos más económicos notan un mayor nivel de consumo.

“Ofrecemos el traje completo, con corbata o moño incluido, desde $4.000. Es un precio económico en comparación con otros negocios, y eso no benefició bastante. Estamos teniendo muchas más ventas que el año pasado. Los que antes por ahí buscaban un traje de marca para estrenarlo en su recepción, ahora eligen directamente por el precio”, señaló Alejandro, encargado de un local.

En tanto, una casa de una reconocida firma, en un sector, ofrece vestidos que rondan entre los $6.000 y $8.000, y en otro armó un perchero especial de promociones. Al respecto, Alejandra, una de las vendedoras, explicó: “Tenemos chicas que vienen a buscar directamente lo último, lo que está en tendencia, pero la gran mayoría opta por lo más económico. De hecho, muchos clientes ya vienen con un margen de cuánto pueden gastar. Incluso, a veces, tenemos que mediar entre lo que los padres pueden pagar y lo que los chicos quieren llevar”.

Importados

Luego de la corrida cambiaria, los precios de casi todos los productos sufrieron una importante remarcación y esta situación también repercutió en los negocios que trabajan en el rubro de fiestas de egresados. En este marco, pese a que los vestidos importados eran una tendencia en ascenso,  los comerciantes optaron por los productos de origen nacional o bien los internacionales económicos.

En esta línea, desde una casa de telas, Virginia manifestó: “El efecto de la economía se sintió porque, por ejemplo, el año pasado trajimos bordados exclusivos en cristal, pero ahora ese mismo diseño es imposible pagarlo ya que ronda los $15.000. Los egresados de este año buscan precios”.

Ahorro

La vestimenta de gala suele ser un tanto más costosa que la indumentaria cotidiana y, pese a los gastos, muchas familias optan por abonar en efectivo. 

En este sentido, Julia desde una casa de vestidos dijo: “Tenemos una promo de seis pagos sin interés, que es muy utilizada, pero también hay muchos clientes que vienen con el efectivo. Parece que vienen ahorrando para esa fecha porque tuvimos varias ventas iguales, sobre todo de personas que llegan desde el interior”.

Del mismo modo, varios comerciantes afirmaron que la búsqueda de ofertas es un denominador común en las familias y, por ese motivo, basta recorrer un poco el microcentro para encontrar promociones y artículos en liquidación.