Preocupa a científicos los efectos del modelo productivo sobre la salud de la población

Por Juan Monzón Gramajo

Especial para El Litoral/Colaboración

Crisis de la agricultura familiar, coexistencia del hambre con la obesidad, la necesidad de un cambio progresivo en el modelo productivo, el alimento como un bien no como mercancía, fueron algunos de los temas abordados por la licenciada Miryam Kurganoff Gorban en la jornada “Soberanía Alimentaria, Ambiente y Salud Humana”. 

Denunció el modelo extractivista de producción basado en el monocultivo, con la utilización desmedida de agrotóxicos y el paquete tecnológico que lo acompaña, con el sistema de siembra directa y la transnacionalización de la industria alimentaria. 

Kurganoff Gorban es una profesional de dilatada trayectoria que desde el 2008 ejerce la vicepresidencia de Médicos del Mundo Argentina y fue coordinadora de la Comisión de Soberanía Alimentaria de la Cancillería Argentina. 

Planteó la crisis de la agricultura familiar y propuso hacer foco en esa forma de producción para atender en primer lugar el mercado interno, resaltando el concepto del “alimento como bien y no como mercancía”. Con estadísticas en la mano, señaló los avances registrados en los últimos años -en contraposición a lo que sucede en la actualidad- en la que los pequeños productores habían superado una economía de subsistencia sustentado en un modelo agroecológico, garantizando la provisión de alimentos frescos y saludables para la mesa familiar.

Con índices de desnutrición en descenso, América Latina enfrenta el desafío de erradicar la malnutrición. La alternativa más viable en ese sentido es vinculando el sistema productivo con un sistema sanitario y de nutrición. 

Se registra en toda América Latina un aumento marcado de la obesidad en todas las edades. En la Argentina el 24 % de los chicos en edad escolar son obesos, como consecuencia de una dieta con predominio de “comida chatarra”, industrializada, con excesos de azúcar, sal y grasas. 

La licenciada Gorban arrojó otro dato preocupante, “el 45 por ciento de las muertes en el país se registra en menores de 65 años”, como consecuencia del estilo de vida marcados por estos tiempos. Cifras similares se replican en otros países del mundo, lo que permite predecir que “las generaciones más jóvenes, por primera vez en la historia de la humanidad, tendrán una expectativa de vida menor que la de sus antecesores”. 

Finalmente consideró que la “inestabilidad alimentaria” obedece a una serie de factores, a saber: 

-La inestabilidad y/o volatilidad de los precios de los alimentos. 

l El régimen de tenencia de la tierra y su acapara-miento a escala mundial. 

l El cambio climático y sus efectos. 

l La producción de los llamados “biocombustibles”. 

Jornada 

La disertación de Kurganoff Gorban se realizó en el marco de la jornada “Soberanía Alimentaria, Ambiente y Salud Humana”, que fue organizada por el Instituto de Medicina Regional de la Unne; el Ministerio de Planificación, Ambiente e Innovación Tecnológica, y el Ministerio de Salud del Gobierno de la Provincia del Chaco.

Por primera vez se involucra el Estado provincial, a través de dos áreas claves, en el debate de un tema que hace foco en la salud humana en riesgo por el sistema productivo a gran escala. 

Entre los profesionales que expusieron en esta jornada se encontraron: Horacio Lucero (Instituto de Medicina Regional de la Unne), sobre Efectos de los plaguicidas en la salud humana; Fernando Cabaleiro sobre Agroquímicos en alimentos; Raúl Montenegro (biólogo) sobre Problemas Ambientales relacionados a la agricultura intensiva; Florencia Gómez, sobre Aplicación de Agroquímicos; y María del Carmen Seveso sobre el modelo agro tecnológico y sus efectos en el territorio desde la perspectiva de la salud y los derechos humanos. 

La calidad de los disertantes reconocidos nacional e internacionalmente junto con datos científicos publicados en revistas científicas presentados, no dejaron dudas acerca de que el problema presentado es de gravedad y debemos buscar alternativas de producción más sustentables como lo vienen haciendo en países donde la política ambiental y de salud está diseñada a favor de la sanidad de los suelos, del ambiente, de la biodiversidad de todas las especies y de la población humana actual y futura.