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Las fases en el camino al éxito

¿Qué sucede cuando alcanzamos algunas metas para las cuales no estamos preparados? Hay muchas oportunidades buenas reservadas para nuestra vida, pero si nuestra mente no posee la capacidad de disfrutarlas, seremos desbordados y las terminaremos perdiendo. 

Por Bernardo Stamateas

Colaboración Especial

 Por lo general, cuando a una persona le roban o pasa por una situación límite, se produce un trauma. La palabra trauma quiere decir “marca”. Sufrimos un trauma porque nuestra cabeza es como un vaso que tiene una cierta capacidad de angustia. Cuando la angustia nos desborda, se produce una marca. 

Pero no solo las experiencias desagradables pueden generar un trauma, las buenas también. Si alguien gana un millón de dólares, eso puede resultar un trauma porque ahora tiene tanto dinero que no sabe cómo invertirlo, o no sabe qué hacer con todo eso. Lo mismo puede suceder si alguien, de pronto, es nombrado jefe en su trabajo. Dichas situaciones pueden ser traumáticas porque no estamos preparados para experimentarlas. 

Ahora si, por ejemplo, una persona multimillonaria quien ya tiene una fortuna recibe una suma determinada de dinero por un gran negocio que hizo, para él no sería un trauma porque ya tiene mucho dinero y sabe cómo administrarlo. La manera en que reaccionamos tiene que ver con nuestra forma de pensar. En ocasiones somos inflexibles por lo cual podemos sufrir desborde, pero si aprendemos a ser más flexibles no nos veremos afectados. 

Hay muchas oportunidades buenas reservadas para nuestra vida pero, si nuestra mente no posee la capacidad de disfrutarlas, seremos desbordados y las terminaremos perdiendo. Si anhelamos ser exitosos en la vida, tenemos que atravesar un “proceso de ensanchamiento” donde uno va pasando por etapas para expandir su mente y que esta se vuelva elástica. 

Fases 

Comparto cuatro fases que vamos a atravesar en este proceso:

Primera fase: ser fiel en lo poco 

¿Cómo arranca en la vida la mayoría de la gente exitosa? Con lo poco. Para ser capaces de recibir mucho, y de mantenerlo, tenemos que ser fieles en lo poco. Esto significa ser lo suficientemente humildes como para aprender todo lo que sea necesario, incluso de nuestros propios errores, sin importar el contexto o la actividad que llevemos a cabo. Algunas personas entran en un trabajo y ¡ya quieren convertirse en jefes! Pero el que es fiel en lo poco va a ser fiel en lo mucho, es decir, que cuidará lo que tiene aunque no sea todo lo que desea tener. 

Segunda fase: tener miedo

La segunda fase a atravesar es la etapa del miedo. Cuando uno quiere dar un paso más grande, sobreviene el miedo. Si sos empleado y te van a nombrar jefe de piso, vas a sentir miedo. Algunos huyen porque el miedo no nos permite ver las soluciones, pero eso es también parte del proceso. Todos, en algún momento, vamos a experimentar temor al avanzar. 

Tercera fase: sentir enojo

Luego de que uno atraviesa el miedo, aparece el enojo. Cuando uno lo intentó todo y nada funciona, surge la fase del enojo y, a veces, tenemos que tolerar que otro venga a contarnos lo bien que le va en la vida. “¡¿Cómo puede ser?!”, nos preguntamos. Pero en el enojo, aprendemos dos cosas: a confiar en nosotros mismos y no depender de los demás; y también que no podemos cambiar a nadie. 

Cuarta fase: alcanzar el éxito

Y finalmente llega el cumplimiento del sueño tan esperado donde uno es capaz de decir: “¡Valió la pena todo lo vivido!”. 

Independientemente de la fase en la que te encuentres, no te detengas, seguí adelante porque lo mejor siempre está por venir.

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Más Info

ENCONTRAR EL TIEMPO

Una de las recomendaciones para alcanzar las metas está vinculada a organizar el tiempo. Con la rutina y las diferentes ocupaciones del día a día y sin darse cuenta, se puede perder la oportunidad de actuar por el objetivo propuesto. Es indispensable cuantificar el tiempo que le dedicará al objetivo y ubicarlo en la agenda diaria.