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/Ellitoral.com.ar/ Cultura

A mí (no) me callaron

Por Marta Toledo

Cantante/Especial para El Litoral

Pensé mucho antes de escribir esto. Pero después de mucho hacerlo, aquí estoy. Muchos saben que desde la infancia me dedico a cantar. Que la voz fue mi medio de vida y no estoy haciendo referencia a lo económico: creo que si no canto muero. De hecho, estuve muerta durante algunos años y un día me desperté (doy fe que existe la reencarnación en la propia vida) y volví a expresarme.

Como mujer, siempre pienso en nosotras. Siempre he buscado desde un lugar amoroso que estemos presentes y siempre me expresé con cuidado porque creo que todo ser humano merece respeto.

Son el lenguaje y la voz, entre otras pocas características, lo que nos hacen seres al decir de Galeano “senti-pensantes”. Son la voz y la palabra (el abrazo y la mirada) uno de los medios más bellos para decir, y hay una frase que versa “lo que sale de los labios, del corazón procede”. De allí que un chiste esconde algo muy bello o muy terrible y una palabra puede hacer mucho daño o cambiar una vida para para bien.

Yo decidí que mi voz iba a materializar cosas bellas y denunciar lo que mi corazón registra como injusto. Porque decirlo hace justicia a través del despertar de otros, porque las palabras son energía. 

Todo esto escribo como antesala para manifestar lo que hace unas semanas generó en mí un shock importante. Tuvimos varias cantantes la oportunidad de salir en un medio nacional. “Me dije: por fin seremos escuchadas”. La verdad es que me dio alegría que por una vez nos miren, nos escuchen. Que sin ser personas mediáticas, alguien se ocupe por fin de poner nuestra voz por fuera de los realities y de la exposición como producto (como si fuera que la música se puede empaquetar de manera estandarizada y poner un moño para que guste a todos). Pensé: “un oasis... bebamos, descansemos y sigamos juntando fuerzas para ser escuchadas vamos chicas... ¡cantemos!”.

Se acordó un horario de entrevista y como tengo por costumbre llegué de manera puntual. Pedí a mi compañero de proyecto musical que me acompañe (quién presenció ese momento) y muy feliz me dispuse a responder con la mayor sinceridad posible cada una de las preguntas. Valentina (periodista de Clarín) con mucha paciencia y amabilidad fue preguntando y hacia ella expreso todo mi agradecimiento porque claramente estaba en nuestro lugar y abrió sus oídos y su corazón. Quiero contar de qué hablé y para que sea más claro lo enumero y doy una breve reseña:

1. Me preguntó si consideraba que las mujeres no teníamos espacios para cantar. Asumí que se ven pocas en las grillas y que hay personas que están trabajando para el Gobierno y se autocontratan. Por otra parte, aclaré que veo muchas mujeres cantando solas sin proyectos fijos, atribuyendo a que ante la situación crítica que vivimos es difícil concentrarse. Que estamos muy condicionadas por la imagen y que tenemos que buscar la manera de focalizarnos. Las palabras durísimas que utilicé fueron “si las horas de peluquería superan a las de ensayos... algo está mal” e hice referencia a la opresión ante la que estamos y más aún en esta región.

2. A la pregunta de cómo enfocaba mi lucha dije: “Elijo canciones que no denigren a la mujer, que fueron escritas en otro tiempo en el que estaba naturalizada la violencia simbólica” (como si ahora no lo estuviera).

3. Cuando me preguntó acerca de mi carrera, conté que empecé a cantar desde muy chica y que toda una familia me acompañó. Que muchas veces la música de festivales meció mis sueños mientras esperaba para cantar.

4. Cuando me preguntaron acerca de los proyectos musicales en los que estaba, conté que tengo un dúo de guitarra y voz con Carlos Maciel en el que faltan pocos temas para terminar de grabar un disco. Que formo parte de Mauro Bonamino Grupo siendo la voz de esa formación. Que canto de manera solista. Que soy licenciada en Fonoaudiología y me dedico exclusivamente a la voz hablada y cantada y a la docencia.

5. Conté acerca del ciclo de mujeres cantoras que llevé adelante el año pasado y que se cortó a la mitad, porque se hicieron dos encuentros y después no hubo más fondos.

6. Conté que con Mauro Bonamino Grupo anduvimos por Europa y Brasil y que fuimos bien recibidos.

7. Conté de los prejuicios que subyacen acerca de la profesión de ser cantante y mujer. Puse la anécdota, que cuando estaba sola, sin pareja (por decisión) una amiga me dijo “bueno, con lo que vos hacés, puede que te quedes sola”.

En el país pasan muchas cosas y la información luego pasa por un cedazo. Quiero contarles, que de todo eso se publicaron tres cosas, y en dos se usaron palabras que no están en mi vocabulario. La nota (podés verla aquí: https://clar.in/2Qmwvvc) se limitó a decir que fui a Europa, y hubo otras dos afirmaciones con un modo de decir que no me pertenece, supongo que haciendo referencia a los puntos 2 y 7. Transcribo lo que dije y agrego que dice la nota:

  •  “Elijo canciones que no denigren a la mujer, que fueron escritas en otro tiempo en el que estaba naturalizada la violencia simbólica”. La nota traduce: Ante los obstáculos, Marta Toledo, por caso, decidió que sólo cantará chamamés que no estigmaticen a las mujeres como “hembritas”, cuyo fin poético es inspirar o romperle el corazón a los varones, en medio de un paisaje de llanura y río.

• Conté de los prejuicios que subyacen acerca de la profesión de ser cantante y mujer. Puse la anécdota, que cuando estaba sola, si pareja (por decisión) una amiga me dijo “bueno, con lo que vos hacés, puede que te quedes sola”, me pareció triste que “conseguir marido sea lo más importante”.

La nota traduce: “Mis propias amigas me advierten que por ser cantante nunca conseguiré marido; es lamentable ese discurso retrógrado viniendo de las propias mujeres”. Cuando leí la nota se me cortó la respiración. 

Minutos antes la persona que gentilmente hizo la entrevista me manda un mensaje contándome que la nota ya estaba en proceso de publicación a lo que le dije: “Espero que no nos hayan callado”. Que ironía...

¿Cuál es el criterio de priorización de información y por qué cambiar palabras? ¿Querían realmente conocernos y saber lo que teníamos para decir? O esto fue nuevamente un “Como si” para hacernos creer que nos dan cabida y después aparece el revés para mostrarnos “quién manda”. Literalmente sin palabras...

Al menos a mí, (no) me callaron.

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