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/Ellitoral.com.ar/ Sociedad

Las lágrimas de madre y el dolor por las  cartas que nunca le llegaron a Guillermo

En aquel otoño del 82 el muchacho decidió sumarse a la convocatoria militar para evitar que su hermano más chico vaya al inminente conflicto en el Sur. Desde Malvinas envió un mensaje: “Nos decía que estaba bien, que pronto estaríamos todos juntos de nuevo”, recuerda la madre. La familia le respondió, pero las epístolas fueron devueltas. La semana pasada, frente a la tumba identificada en Darwin, homenajeó a su hijo. 

Gustavo Lescano

glescano@ellitoral.com.ar

Su figura encorvada está coronada por el cabello blanco revuelto por el viento malvinero, mientras una mano seca con el pañuelo de tela las lágrimas que esos ojos tristes derramaron sobre un rostro surcado por infinitas huellas de la vida. En su diestra reluce la alianza matrimonial que remite a la familia y el llanto -precisamente- es por su hijo, el mayor, Guillermo Raúl Ojeda. Esa imagen de la madre y las lágrimas frente a la cruz blanca, que por primera vez lleva una lápida con el nombre del soldado correntino caído en Malvinas, recorrió el mundo. Su historia simboliza el sentir de este 2 de abril, a 36 años del final de la guerra. 

“Siempre estoy pensando cómo sufrió mi hijo, con tantas cosas que habrá pasado allá”, dice doña Paula Francisca Borda, cinco días después de haber estado en las islas y ya desde su casa de Corrientes. La frase sobre Guillermo se corta en seco en medio de la entrevista con El Litoral y las lágrimas quieren volver a brotar en los ojos de Paula. “Lo recuerdo como un ángel, siempre alegre, inquieto, que trabajaba e iba a la escuela hasta que...”. Otra vez las palabras quedan inconclusas por la emoción. 

Luego, retomó la charla para rememorar lo sucedido en aquel otoño del 82, cuando su muchacho decidió sumarse a la convocatoria militar para evitar que su hermano más chico vaya al inminente conflicto en el Sur. “Estaba nervioso en esos días, y yo también”, relata la madre transportándose a esos días de incertidumbre. Cuando el hijo se alistaba para ir a trabajar, la radio dio la noticia del inicio de los tiempos de guerra y de inmediato reaccionó con la idea fija de reemplazar a su hermano Gerardo en la incursión bélica. 

“Cuando Guillermo estuvo en Malvinas yo vivía desesperada por el peligro grande que tenía que pasar”, recuerda Paula, y rápidamente hace mención a una carta que un día llegó a su casa desde Malvinas. Era del soldado. Seguramente él la escribió en una tregua que dictaron las bombas enemigas, tal vez acurrucado y tiritando en las trincheras o en el solitario pozo de zorro. 

“Nos decía que estaba bien, que no le iba a pasar nada y que pronto estaríamos todos juntos de nuevo”, señala y su voz se opaca. En particular cuando hace mención a las cartas que ellos le mandaron a Guillermo, porque “regresaron todas”, acota. “Era como que no le escribíamos, como que él no existía, pero siempre pensamos en él. Siempre...”, subraya antes de otro silencio eterno. 

Ese recuerdo le duele a esta madre de 83 años que siempre alumbraba la esperanza de que su hijo mayor aún esté vivo en alguna parte. “Siempre lo esperé, hasta ahora que me dijeron que estaba muerto. Entonces quise viajar a Malvinas, estar en el cementerio, encontrar su tumba y pensar en él...”. Con esa frase la mujer se despide desde su casa del barrio Quintana en la que pasaba la tarde del Sábado de Gloria junto con su hija Margarita, pensando en Guillermo, el hijo que fue a la guerra por su hermano. Aquel que cuando estaba en el sur apretando fuerte el fusil, nunca dejaba de pensar en su familia. Y, seguramente, aquel que siempre supo que Paula y su gente les escribieron esas cartas que nunca llegaron a Malvinas.

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Un especial
a 36 años de la guerra

Este aniversario de la recuperación de Malvinas llega en momentos especiales, porque en las más de 200 tumbas en el cementerio de Darwin con lápidas con la frase “Soldado sólo conocido por Dios”, se logró identificar a fines del año pasado a unos 90 caídos. De ellos, 11 eran correntinos. Cada uno de esos casos están reflejados en estas páginas de El Litoral, que -como lo viene haciendo desde hace años- presenta un especial sobre Malvinas. Contiene testimonios de profesionales locales que trabajaron con las familias de los caídos que quisieron identificarlos en Darwin. También se entrevistó a madres y hermanos de los héroes que quedaron en las islas. 
Además, la lucha de un ex combatiente goyano por preservar la memoria por Malvinas.