En 2018, no habrá ninguna incorporación de científicos al CONICET
Las convocatorias a ingresos al CONICET suelen hacerse cada fin de año, pero en 2017 no hubo llamado. El 19 de abril pasado se abrió la convocatoria, cuyo resultado se conocerá en abril de 2019, cuando comenzará el proceso de ingreso formal. En 2018 no habrá, pues, nuevos ingresos a la Carrera de Investigación del CONICET.
El llamado publicado prevé 300 cupos para la convocatoria general, la mitad que en 2017 y un 70% menos que en 2015. Sigue el recorte del número de ingresantes: 50% menos que el año pasado y se eliminan las áreas de vacancia geográfica. La mitad de tales cupos se asignan a temas estratégicos, con un alto grado de improvisación y de incertidumbre que afecta a los nuevos y anteriores ingresantes. Un cupo adicional de 150 ingresos está destinado a universidades nacionales “pequeñas” y “medianas” y otras instituciones.
El antecedente inmediato de una iniciativa similar data de 2016, cuando 410 científicos y científicas que habían pasado positivamente todas las evaluaciones en CONICET fueron derivados a universidades: al día de la fecha muchos de ellos llevan más de tres meses sin cobrar sus salarios, y las dinámicas de incorporación han sido conflictivas debido a la falta de claridad de reglas, presupuesto y responsabilidades.
La decisión de achicar el CONICET no se ha materializado sólo en la drástica reducción del número de ingresantes sino en la disminución del número de becas doctorales, en el congelamiento salarial y de la carrera del personal de apoyo, y en el retraso y reducción de los fondos para investigación. Desde que fue designado por el Poder Ejecutivo y tras haber declarado la “inviabilidad” del organismo, el presidente del CONICET Alejandro Cecatto, con el aval del Ministro Lino Barañao, impuso un plan de ajuste que ha sido rechazado por la comunidad científica en su conjunto, acompañada por gran parte de la sociedad.
Falta de recursos
La justificación del ajuste por parte de las autoridades es que el CONICET destinaba el 94% de su presupuesto para el pago de salarios y que no quedaban recursos para desarrollar proyectos de investigación de calidad. Casi tres años después y habiendo recortado los ingresos año a año, Cecatto sigue sosteniendo que el presupuesto para funcionamiento y proyectos de investigación continúa por debajo del 5%, lo que demuestra que la disminución en los ingresos no aseguró recursos a la investigación.
Las partidas asignadas en 2018 -recortadas un 20% en términos nominales- no alcanzan para el pago de los servicios e impiden ejecutar obras elementales de mantenimiento de edificios y equipos.
Una de las promesas de campaña electoral de Mauricio Macri era destinar el 1,5% del producto bruto interno a la ciencia y la tecnología. Sin embargo, debido a las medidas de su gobierno, la meta está cada vez más lejos: la inversión en Ciencia y Técnica bajó del 1,46 % del presupuesto nacional en 2015 al 1,27% en 2016 y al 1,22% en 2018, sin que se contemplen aumentos de partidas extraordinarios para compensar la inflación.
Los proyectos de ley presentados en el Congreso para aumentar el presupuesto no fueron acompañados por la presidencia del CONICET ni por el Ministerio, por lo cual no han podido ser discutidos seriamente en comisiones. La comunidad científica, de manera plural pero unánime, así como las y los legisladores involucrados en el área, exigen avanzar en una ley de financiamiento para el sector.
El viernes 27 de abril, gran número de investigadoras/es del CONICET han visto sus recibos de sueldo con “descuentos por ganancias” superiores al 50% del salario en mano (ya depreciado), incluso hay descuentos que llegan al 100%.
El maltrato no sólo afecta pues a las y los jóvenes que se formaron y aspiran a ingresar al organismo, sino a los investigadores e investigadoras activos y jubilados.Los discursos del presidente del CONICET y del propio Ministro Lino Barañao acerca de un redireccionamiento de recursos hacia la ciencia aplicada o “útil” chocan contra la realidad cuando se deciden 280 despidos en el INTI, 330 en agroindustria y se prevén nuevos en el INTA. Los organismos encargados de transferir desarrollos a la industria, al agro, a las actividades productivas, son vaciados cada vez más, lo cual deja a la producción desprovista de innovaciones científico-tecnológicas. La crisis del CONICET se inscribe en un ataque al sistema científico en su conjunto.
Desde el colectivo de investigadoras e investigadores de todo el país, exigen presupuesto, reglas claras, criterios de evaluación transparentes. Y un número/distribución de vacantes acordes con un plan de desarrollo científico y tecnológico que tenga en cuenta las heterogéneas realidades regionales del país.
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