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Educación, símbolo de progreso

No hay salida más digna y más encomiable que estudiar para mejorar, para elevarse y para poder ejercer la libertad suprema del ser humano. 

Por Leticia Oraisón de Turpín

Orientadora Familiar.

Cada vez que escucho que necesitamos elevar el nivel de educación para mejorar la sociedad, el país, la Patria, coincido en que es prioridad fundamental y que debe fomentarse desde las familias y las escuelas, por ser necesidad  imprescindible.

Pero el esfuerzo ha de ser constante, permanente y actualizado. Hay que machacar que no hay salida más digna y más encomiable que estudiar para mejorar, para elevarse y para poder ejercer la libertad suprema del ser humano que es el de poder decidir cada acto, cada comportamiento y cada circunstancia propia, haciéndola desde el conocimiento, porque abre más posibilidades y bifurca los caminos que se pueden transitar.

El que no sabe, el que desconoce, ignora todas sus potencialidades y se embota y esclaviza a las determinaciones de los demás o de lo fortuito e inesperado por falta de previsión.

Los niños y jóvenes tienen que saber valorar ésta posibilidad y es nuestra obligación desplegar ante ellos una verdadera seducción que les haga entender que no hay salida humana más enaltecedora que hacerlo desde la cultura.

Continuamente también escuchamos, que el país tiene problemas de educación, que esta no es eficiente, ni llega a todos, quedando gente excluida y rezagada por falta de oportunidades.

Sin embargo, personalmente he comprobado que todavía en nuestro país, estas reglas no son estrictas, porque en general toda la población tiene la posibilidad de estudiar; se dan todo tipo de ayuda escolar y hasta se dan subsidios económicos para facilitar los elementos y el transporte. El problema radica en los destinatarios que se resisten al esfuerzo, se niegan a aprender y repiten y repiten de grado en primaria y si llegan finalmente al secundario reviven su obstinación a esforzarse. No adquieren ni siquiera el hábito de la lectura, hábito que no sólo les ayudaría a ampliar conocimientos en las distintas disciplinas, sino que les enseñaría a hablar con propiedad, aumentando su escasa terminología, evitando que se conformen con un vocabulario básico, mal pronunciado y peor empleado.

¡Hay un rechazo sistemático a todo lo que signifique esfuerzo, compromiso y dedicación! y esto es derivado del propio ambiente de vida, donde los padres no cultivan esmero ni afición por el trabajo, porque reciben, sin necesidad de prestación alguna, ayuda del Estado por tiempo indeterminado.

Reclaman y pretenden formación por ciencia infusa, que le den, que le presten, que le regalen, conocimientos y destrezas junto con las posibilidades y oportunidades de trabajo sin esfuerzo y remuneraciones sin ejercicio.

Coincidiendo que la educación debe ser reforzada y mejorada, entiendo que mientras se plantean e implementan mejores planes de estudio, bastaría que en el entretiempo se ajusten las exigencias de estudio y la cumplimentación de los reglamentos de convivencia de cada colegio o escuela y se jerarquice la profesionalidad del maestro, haciendo incuestionable por los padres las medidas y exigencias que la escuela y sus directivos implementen.

Los reclamos tendrán que hacerse administrativamente por donde corresponda, sin la intervención directa de los padres y tutores, que tendrán que tener ciertas restricciones para acceder hasta el aula, a fin de proteger  al maestro de las agresiones y desmanes a los que están expuestos.

Realmente y efectivamente, el niño y adolescente que quiere estudiar está amparado y protegido para poder participar en todos los ámbitos de enseñanza, sólo falta que se avengan y se dispongan a cumplir con las exigencias propias del aprendizaje, porque sin voluntad de estudio de parte de los interesados, nada puede hacerse desde los niveles directivos y dependencias educativas.

Porque ciertamente, hasta que no podamos convencer a esa población joven de la necesidad de aprender, no cambiaremos nada, aunque se implementen los mejores planes de estudio del universo.

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