Carlos Gelmi nació el 25 de mayo de 1935 en Esquina. Hijo de padres inmigrantes italianos. Terminó la escuela secundaria en la Escuela Normal de su pueblo. Se recibió de maestro y vino a Corrientes Capital a estudiar Medicina. “No tenía convicción para ser médico, pero algo tenía que hacer”, reconoció en una entrevista años atrás con Carlos Raffo.
Cursó dos años de Medicina en el edificio de Sargento Cabral y Uruguay. Era la década de los 50. Luego vino el servicio militar obligatorio. Fueron dos años de conscripción.
“Terminó la conscripción y no tenía otra opción: trabajar o morir”, explicó en la misma nota con Raffo. Hizo una suplencia por dos meses en la Escuela Belgrano y por medio de un amigo de su pueblo ingresó al diario La Provincia. “Me envenenaron”, dijo y agregó: “Nunca más pude dejar el periodismo”. Tenía 22 años.
Ese amigo esquinense que lo catapultó al periodismo fue J. Cosentino. “Me enseñó mis primeros palotes. Le estoy profundamente agradecido”, expresó.
Ese mismo año va a Buenos Aires. “Me fui con la libreta de enrolamiento, la pava y el mate como equipamiento”, recordó.
Después de un mes de deambular por conventillos, Gelmi busca trabajo y otra vez lo sorprenderá la suerte. Se topa con ese mismo amigo esquinense, Cosentino, esta vez en Clarín. Lo ayuda a ingresar y retoma su carrera periodística. Participa de un concurso para ingresar el diario. Eran 400 los inscriptos para 25 puestos.
El 12 de septiembre de 1959 se convirtió en empleado de Roberto Noble y unos años después llegaría a dirigir ese gigante convertido hoy en multimedios.
Unos 15 años después, Gelmi decide volver, en el año 1974 para convertirse en el patriarca del diario El Litoral. Hasta ayer, fueron 44 años ininterrumpidos en el decano. Tenía 83 años y 61 de periodismo. Toda una vida.
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