Crece el número de refugiados

Lo que hacen las grandes potencias con los inmigrantes es inhumano y no tienen perdón alguno. Y ni que hablar de la oleada de indignación generalizada por la aplicación de la nueva normativa administrativa de Estados Unidos, de separar a las familias de inmigrantes de sus hijos, que son mantenidos en un lugar separado y desconocido para los adultos.

El gobierno estadounidense ya separó 2.342 niños de sus familiares en la frontera con México a raíz de la política de “tolerancia cero” contra la inmigración clandestina. Este número, proporcionado por el Departamento de Seguridad Interna (DHS) al Senado estadounidense, corresponde al período entre el 5 de mayo y el 9 de junio. Anteriormente, el DHS había informado que entre mediados de abril y fin de mayo ese número ya había ascendido a 1.995 niños separados de sus familias. 

La senadora Jeanne Shaheen subrayó que estos números significan que Estados Unidos separa en promedio “unos 70 niños por día” en su campaña para disuadir la inmigración clandestina hacia territorio estadounidense. 

Los últimos datos dan escalofrío: el total de desplazados superó los 68 millones de personas en 2017, estableciéndose un nuevo récord en la materia. Así lo informó la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en su clásico informe al cumplirse hoy el Día Mundial del Refugiado.

Según el trabajo de la Agencia para los Refugiados de esa entidad, el número de personas desplazadas por la fuerza (hacia otros países o dentro de sus fronteras) ascendió a 68,5 millones. Es el quinto año consecutivo con un nuevo pico. Esa cantidad equivale prácticamente a la de habitantes de Tailandia (68.863.510, de acuerdo con el Banco Mundial), el 20° país en el ordenamiento por población.

Se trata de un aumento de 3,1 millones de individuos, muy superior al alza registrado entre 2015 y 2016 (entonces hubo una variación de 300 mil personas). El 53% de los desplazados son niños y niñas, muchos de ellos no acompañados o separados de sus familias.

Este cambio se debió al agravamiento en la situación de los refugiados: unos 25,4 millones de personas huyeron de sus países debido a la violencia o a la persecución, 2,9 millones más que en 2016. Es el mayor aumento histórico documentado por la Agencia.

Los conflictos en la República Democrática del Congo, Sudán del Sur, Myanmar, República Centroafricana, Irak, Siria, Sudán, Ucrania y Yemen son algunos de los motivos de estos números impactantes.

Más de una quinta parte de los refugiados (o sea, que debieron dejar su país) corresponde a palestinos bajo la protección de la Agencia. Dos tercios del resto proceden de Siria, Afganistán, Sudán del Sur, Myanmar y Somalia.

“Estamos ante un punto de inflexión y para que la gestión del desplazamiento en el mundo tenga éxito es necesario un nuevo enfoque mucho más integral, que no deje solos a los países y a las comunidades frente a estas situaciones”, indicó Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados.

Cómo es la situación de América latina: como en 2016, Colombia continúa siendo el principal afectado a nivel mundial por los desplazamientos internos, con 7.677.609 afectados según los datos gubernamentales.

En tanto, Venezuela es el cuarto país en cantidad de nuevas solicitudes de asilo que aún esperan una resolución. Desde el país presidido por Nicolás Maduro llegaron 111.600 pedidos (cifra reconstruida con los datos de los gobiernos de acogida), contra los 34.200 de 2016. El Salvador (59.400), Guatemala (36.300) y Honduras (34.900) representan otros casos alarmantes.

Los números publicados indican que la Argentina fue el tercer país de acogida para estos venezolanos a fines de 2017, con 56.600. Lo superan Chile (84.500) y Colombia (68.700).