Mediación juvenil: dos chicas chocaron y deberán dar charlas sobre educación vial

 La Justicia correntina logró resolver su primer conflicto mediante el protocolo de mediación penal juvenil, el cual había sido aprobado en junio. El caso correspondió a dos adolescentes de San Luis del Palmar quienes protagonizaron un accidente de tránsito, y ambas resultaron con heridas leves. Por decisión de la jueza de Menores Nº 3, Pierina Ramírez, la causa fue derivada a Mediación en lugar de tramitarla de modo convencional.

Las adolescentes concurrieron así al Centro Judicial de Mediación (ubicado en Casa Lagraña de la capital) donde su secretario, Miguel Benítez, intervino como mediador. “M.N.J. y D.E.T. se pidieron disculpas y se comprometieron a dar testimonio de lo ocurrido respecto del accidente de tránsito, utilizando el hecho como fundamento para una charla de concientización sobre educación vial”, informaron desde la Justicia.

En ese sentido, ambas partes acordaron que la actividad planificada deberán darla en forma conjunta, y los destinatarios serán los compañeros de las escuelas a las que concurren cada una: “Martín Miguel de Güemes” y “Colonia Llano-1° Sección”. De manera de corroborar que la medida se efectivice, la Justicia solicitó la intervención de la Dirección de Servicios Educativos de Prevención y Apoyo (Disepa), organismo dependiente del Ministerio de Educación provincial.

“Hay un gran logro: la voluntad de las jóvenes de haber querido mediar”, resaltó Benítez, y añadió que la medida se generó en el contexto de la “Justicia Restaurativa ensamblada con los principios de Subsidiariedad y Proporcionalidad, dentro del marco normativo de la Convención de los Derechos del Niño, las Reglas de Beijing y demás instrumentos internacionales relativos a la materia”.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        

A modo de balance, desde la Justicia aseguraron que “se cumplió el objetivo de que las adolescentes no quedaran circunscriptas al paradigma del menor en conflicto con la ley penal, sino que ambas -en el proceso de mediación- se vieran a sí mismas como sujetos de un conflicto de convivencia al que podían darle un final no adversarial”.