México vive desde hace años una situación lamentable en su enfrentamiento con poderosísimos grupos narcos. La violencia y asesinatos son monedas corrientes.
La cantidad de asesinatos que se suceden en México ha desbordado las cupos de las morgues, y en la última semana provocó estupor el caso de un enorme camión con 273 cadáveres sin identificar a bordo, deambulando por distintos lugares de Jalisco ante el rechazo de vecinos, que cada vez que querían estacionarlo se quejaban de los olores insoportables que dejaba el contenedor con su macabra carga.
El enorme camión, una suerte de “morgue itinerante” estuvo deambulando en los últimos días por varios puntos de Guadalajara, la capital de Jalisco, en busca de un estacionamiento, pero apenas quedaba en algún lugar los lugareños se quejaban de los olores que despedía.
Inicialmente, las autoridades habían dicho que el camión estaba cargado con 157 cadáveres que no cupieron en las saturadas morgues, pero recientemente, el fiscal de Derechos Humanos, Dante Haro, admitió que contiene 273 cuerpos. Algunos medios mostraron imágenes de la caja del tráiler abierta en la que se ven montones de bolsas negras y un hombre con botas blancas caminando sobre esos bultos. Por el mismo caso, el lunes pasado fue despedido el director del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (Ijcf), Luis Octavio Cotero.
Aunque las autoridades no han revelado detalles sobre los cadáveres, Cotero dijo que están relacionados “con hechos violentos”, por lo que no podían ser inhumados. También hizo señalamientos directos contra la fiscalía. Esa institución, acusó, “dispone de los cuerpos (...) cuándo se entregan, a dónde, para qué, y cómo se llevan”, señaló Cotero.
El ahora ex director forense acusó a la fiscalía de simular investigaciones de personas desaparecidas, como en el caso de su hija Indira Cotero, de 38 años, que está desaparecida desde el pasado mes de julio. “Dicen que hacen, pero no hacen nada. Estoy (...) convencido de que la Fiscalía nomás dice que hace, el gobernador también”, sentenció. En lo que va del año se han registrado 1.600 homicidios en Jalisco de acuerdo con datos del Ijcf.
Los servicios forenses de otras regiones de México también han sufrido un sobrecupo de cadáveres, como en Guerrero, donde los trabajadores realizaron una huelga por los olores que emanaban de la morgue.
En los últimos meses, se han multiplicado los hallazgos de cuerpos en fosas clandestinas, una práctica común de narcotraficantes para deshacerse de sus víctimas, en algunos casos en complicidad con fuerzas de seguridad.
Los colectivos de familias de desaparecidos han expresado su indignación por el trato “denigrante” que las autoridades han dado a estos cuerpos. La Comisión Estatal de Derechos Humanos recomendó a la Fiscalía local y al Instituto de Ciencias Forenses local que establezcan un cementerio forense para las inhumaciones de los restos.
Los camiones refrigerados con cuerpos son una estampa que se suma a la cruenta galería que ha provocado la violencia en México y, en particular, en el Estado de Jalisco, epicentro del Cártel Jalisco Nueva Generación (Cjng), considerado el grupo criminal más poderoso del país.
Sólo en los primeros siete meses del año se han reportado, en esta entidad, 1.243 asesinatos, un 47% más en comparación a los homicidios dolosos del mismo período del 2017, de acuerdo con las cifras de la Secretaría de Gobernación.
Las autoridades estatales y locales tienen problemas para hacerse cargo del número sin precedente de cadáveres causado por la ola de violencia en México.
Los asesinatos asuelan en particular a Tlajomulco y Tlaquepaque, ambos municipios de la zona metropolitana de Guadalajara donde el camión con cadáveres estuvo estacionado. Los dos municipios han registrado este año un aumento en la tasa de homicidios que rebasa los 50 por cada 100.000 habitantes.
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