Coraje y la misión de cada uno, basada en el servicio a los demás

El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Oscar Ojea, fue el encargado de brindar la homilía. 

Al comenzar su alocución, contó que el domingo cuando iba junto con el arzobispo de Corrientes, Andrés Stanovnik, pudo observar en el camino no sólo el coraje de los peregrinos que avanzaban pese al intenso calor sino también el “espíritu extraordinario de servicio” de los grupos de apoyo.

“Es la oración del cuerpo, el cuerpo también reza. No solamente reza la mente y reza el corazón, reza el cuerpo con nuestro cansancio, con nuestro ya no poder hablar más”, remarcó Ojea. 

Luego, invitó a rezar no sólo por los que quieren “hacer la voluntad de Dios como María, que es el lema de este año” sino también por “todos los jóvenes de la Patria, por todos nuestros jóvenes, por quienes no trabajan ni estudian. Por todos aquellos que se ven impedidos, sin posibilidades de crecer en una sociedad que se va cerrando”.

Ante esta circunstancia monseñor expresó “ponemos delante de la Virgen el corazón de todos los jóvenes de nuestra patria, aquí en Itatí. Y la miramos a ella, la miramos cómo cumple la voluntad de Dios. Pensemos en el coraje de la Virgen cuando recibe su misión, a través de la enunciación del ángel”.

“Qué tremendo problema para esa joven. Estaría pensando qué le iba a decir a José, mi prometido, acerca de este hijo que aparece, cómo le explico, qué le digo a mis padres, a mis vecinos,  en esta sociedad tremenda en la que la mujer era condenada a muerte por adulterio, apedreada”, planteó. Sin embargo, el coraje de la Virgen, consideró, le permitió superar las dificultades, para lo cual fue trascendental su fe en Dios.

Y continuando con el ejemplo de la Virgen, Ojea manifestó que cada uno posee una misión en esta tierra. 

“Qué maravilloso si nosotros en el camino de la peregrinación podemos ir descubriendo, con la luz de la Virgen, nuestra misión”, manifestó. Al mismo tiempo, indicó: “Pensando en tantos jóvenes que no pueden desarrollar su misión en esta tierra, porque están impedidos de hacerlo”.

“Qué riqueza tendríamos los argentinos si todos los jóvenes pudieran aportar todo el tesoro de su singularidad, de su vocación para construir la patria, qué bueno que es trabajar para que todos los jóvenes puedan vivir su vocación, descubrir su vocación y llevarla adelante porque es el único camino de la felicidad, gastar nuestra vida en el servicio, en el servicio de la misión, esa misión singular que cada uno ha venido a cumplir en este mundo y que es irremplazable”, exclamó el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina.

Luego, hizo referencia a las miradas de la Virgen que fueron expuestas por el Papa Francisco: la de ternura, la que teje para obtener la mejor versión de cada uno, la atenta y la que atraviesa nuestra historia 

 “Queridos hermanos, hermanas, queridos jóvenes, familias, vivamos con alegría nuestra vocación, descubramos nuestra misión en esta tierra y pongámonos bajo la mirada de la Virgen”, invitó monseñor. Asimismo, continuó “además de las intenciones que traemos, pidamos por los jóvenes de todo el mundo que no tienen salida  y que no pueden encontrar su camino en la sociedad que vivimos”.

“La madre sabe mirar, sabe comprometerse y sabe acompañar porque es nuestra madre”, concluyó el obispo Oscar Ojea.