Remiseros buscan mantener la legalidad y asegurar la actividad dentro de la crisis

La crisis económica por la que atraviesa el país golpea fuertemente al sector del transporte y sobre todo afecta de sobre manera la rentabilidad de los remiseros de la ciudad, que como cuentapropistas deben sortear la habitual suba de costos de insumos con una rentabilidad que cada vez se ve más reducida. Desde la Asociación de Remiseros de Corrientes señalaron que la próxima semana podrían definir si se aplica un incremento tarifario, pero también explicaron que en la actualidad se encuentran peleando por mantener la legalidad, ante el constante incremento de los valores de habilitaciones y requisitos para trabajar, y sostener las herramientas de trabajo ante la imposibilidad del pago de las cuotas de los vehículos por la merma en la ganancia.

Los remiseros de la ciudad decidieron no aplicar una actualización de tarifa hasta el momento, debido a que por la cantidad de feriados y fines de semana largo no pudieron analizar adecuadamente el comportamiento de la demanda y su impacto en la rentabilidad.

La remisería local se encuentra atravesando por una situación crítica y, si bien hasta el momento no hubo descenso en la cantidad de unidades que prestan el servicio, en el corto plazo podrían sufrir mayores impactos negativos por la situación económica. “Actualmente sabemos que hay una necesidad de corregir la tarifa pero debemos evaluar la conveniencia para que no repercuta negativamente en la demanda y por ende en la rentabilidad. Estamos en una situación complicada donde en el corto plazo podríamos ver afectada la legalidad que actualmente está en riesgo”, explicó en diálogo con El Litoral el titular de la Asociación de Remiseros de Corrientes, Juan Castillo. 

“Cada vez se incrementan más los costos operativos, como los precios de las habilitaciones, las revisiones técnicas, repuestos y cualquier gasto impredecible para el automóvil y se hace más difícil afrontar la situación. El gasto del combustible insume el 50% de la rentabilidad diaria aproximadamente y estamos peleando por mantener al sector sin caer en la precariedad del servicio”, añadió.

Uno de los principales problemas para los remiseros es poder afrontar los compromisos de la compra y renovación del parque automotor, que cada vez extiende más sus plazos debido a las dificultades económicas. “Vemos que a los remiseros cada vez les cuesta más poder pagar las cuotas de los planes de compra de autos para renovar el parque automotor, y eso significa el riesgo de quedarse sin herramienta de trabajo y de subsistencia, lo cual es muy grave. Estamos en la decisión de retocar o no la tarifa con el fin de mejorar la rentabilidad y que puedan seguir pagando los autos con el riesgo de que eso impacte negativamente en la demanda”, señaló Castillo.

“Actualmente no podemos cometer un error que afecte negativamente a la rentabilidad porque sería fatal para los trabajadores”, expresó.