“Tiro a tiro”, recuerdos de correntinos en el pozo de zorro durante la guerra

El jueves 18, la excursión a San Carlos se canceló. El clima lluvioso de las últimas horas, transformó las carreteras y solo vehículos todo terreno pueden recorrer de forma segura el camino que lleva a zona en la desembarcaron las tropas enemigas en 1982.

Con una modificación en el destino se siguió el curso al Sur de las Islas, las costas de Ganso Verde y Darwin surgieron como alternativa para el contingente. Rubén René Roldán, Agustín Gutiérrez, Alberto Magno Alegre, Ponce de León guiaron al grupo y con mucha emoción alcanzaron los lugares donde el RI12 ubicó posiciones.

“Llegamos en helicópteros” recordó Agustín Gutiérrez “a un lado de la pista de los Pucará, a la noche con la alarma de ataque abandonamos todo y buscamos refugio en una zona donde ya habían abierto trincheras. El bombardeo a la pista dejo a muchos sin carpas, juntamos lo que encontramos y fuimos hasta las posiciones que ocupamos hasta el 28 de mayo cuando ya las armas no respondían o faltaban municiones.

El lugar fue escenario de un encarnizado combate, fuego naval, aéreo y unas cruentas 36 horas. “El pozo de zorro no tan profundo porque se brotaba y llenaba de agua, colocábamos una capa y encima la carpa, al frente con la tierra un parapeto”, relató Rubén Roldán de la sección de tiradores.

FAL CALIENTE

“Tiramos hasta que el FAL calentaba, entonces solo podíamos tirar tiro a tiro”, comentó Rubén Ponce de León. A unos 70 kilómetros de Puerto Argentino esta zona, junto a las posiciones en Puerto Yapeyú en la Isla Gran Malvina; sufrieron la falta de logística. Un mate cocido a modo de desayuno y almuerzo que llegaba frío hasta las posiciones. Una sopa con fideos, igual al cocido por lo fría y transparente; conjugaba la merienda y cena. El dominio aéreo impedía el movimiento de camiones u otros medios para transporte. Y los hombres en las posiciones lo sufrieron hasta el hueso.

ÚLTIMO ABRAZO

Saliendo de Darwin llegaron al lugar de un combate donde las fuerzas especiales del Regimiento de Paracaidistas, vieron caer a su jefe Teniente Coronel Herbes Jones; el cuerpo de ingenieros a sus jefes M. Mella, PK Gandhi. El camino a Darwin continuó hasta llegar al cementerio y dar un último abrazo desde la memoria a los 649 caídos.