La Pascua se celebró con un sello de inclusión y Stanovnik pidió no absolutizar las ideas

La Pascua de Resurrección se celebró en todas las parroquias y, como cada año, un centenar de laicos se acercó hasta la sede arzobispal para expresar su saludo pascual al arzobispo de Corrientes, Andrés Stanovnik. Un encuentro fraternal que se desarrolló con gestos de diversidad e inclusión.

En este contexto, el obispo agradeció la participación de la feligresía y brindó una recomendación a los presentes diciendo: “No absoluticemos ideas, no nos volvamos ideológicos porque esto nos lleva a creer que la idea que tenemos es más importante que la persona. Ahí empieza la guerra”.

El encuentro comenzó a las 10 con la entonación de cánticos alusivos y el rezo de la oración a la Cruz de los Milagros, luego el micrófono se preparó para que los laicos pudieran compartir su testimonio de fe.

“Que la alegría de Dios llegue a lo más profundo de nuestros corazones en este día de victoria definitiva porque Cristo venció la muerte”, manifestó Inés en un español perfecto, pero con la clásica entonación brasilera. Minutos después, los representantes de “Correntinos por la vida” agradecieron el apoyo recibido y Gabriel Orrego manifestó: “Dios nos permite tener un mismo sentir. Vinimos junto con Marisel y Leandro, ellos son de la comunidad evangélica y forman parte de nuestro grupo. Nos acompañan como signo de comunión y juntos queremos agradecer a nuestro pastor que siempre nos alienta a seguir y a trabajar la cultura del encuentro”.

Uno de los momentos más emotivos de la mañana fue la participación del ballet inclusivo “Divino Niño Jesús”, que ofreció una alegre coreografía protagonizada por chicos de diferentes edades y una danza en honor a la Virgen de Itatí -que fue representada por una pequeña niña-. “En este día de gran alegría queremos dejarles el mensaje de que con Cristo todo se puede. Con nuestro trabajo buscamos alcanzar la inclusión e integración sin dejar de lado la fe, y recibimos muchas bendiciones. Hace poco fuimos declarados el primer ballet inclusivo de la provincia. Eso nos da fuerzas para seguir”, expresó Leonardo, uno de los directores del ballet.

En este marco, el arzobispo se mostró agradecido ante los gestos de la comunidad y resaltó: “Siempre me llama la atención lo diversos que somos en todo (origen, instrucción, edad) y a todos nos une la fe cristiana. Mientras veía la conmovedora presentación del ballet, recordaba el misterio de la resurrección de Jesús. Un hecho que mostró un gran mundo (ballet) inclusivo porque no dejó a nadie afuera. Nosotros tenemos este mensaje, no como teoría, sino como experiencia vivida”. 

Inclusión

Stanovnik aprovechó la ocasión para recordar que la diversidad cultural forma parte de las raíces originarias de la provincia y que el mismo sentimiento de fe es compartido por las diferentes comunidades religiosas.

“Gracias a la Cruz y a la Virgen, somos un pueblo constituido desde hace cuatro siglos con procedencias muy diversas. Todavía nos falta camino por recorrer, pero tenemos mucho trayecto caminado y somos capaces de convivir con el diferente. Por eso la resurrección le trajo a la humanidad una vida nueva que incluye a todos”.

A la hora de hablar de los diferentes credos, indicó: “Jesús nos trajo libertad y vida. En estos dos sentidos coincidimos perfectamente con los hermanos evangélicos, con la comunidad judía, y la musulmana. Pero, siempre y cuando, entre nosotros o entre cualquier otro grupo no absoluticemos las ideas. No nos volvamos ideológicos porque esto nos lleva a creer que la idea que tenemos es más importante que la persona. Ahí empieza la guerra”.

Dicho esto destacó que la experiencia de “Jesús resucitado que tenemos en nuestro corazón es la certeza de nuestra fe. Una certeza que es avalada por testigos que, a lo largo de la historia, entregaron su vida”, sostuvo.

Puso como ejemplo la vida de los cuatro mártires riojanos que serán beatificados el próximo sábado (Enrique Angelelli, Gabriel Longeville, Carlos Murias y Wenceslao Pedernera). “Fueron mártires en 1976 como consecuencia del odio ideológico. Recordamos con pena porque tuvimos que pasar ese período y porque esa situación produjo heridas tan hondas que no logramos sanar”, señaló el obispo.

En contraposición, alentó a los presentes a cultivar el diálogo y a desarticular toda estructura de sometimiento. “Nos alegramos en esta jornada y Dios nos permita vivir como resucitados con la alegría que no termina”, sintetizó.