Transporte público y productos lácteos traccionaron la inflación en el Nordeste

En sólo un año, dos ítems de la canasta básica que no pueden dejar de consumirse fueron los que más aumentaron en el Nordeste argentino. Se trata de los alimentos y del transporte, y en este último caso, del público. Movilizarse en colectivo es hoy un 84 por ciento más caro que en 2018, y la comida, un 67,9 por ciento más costosa. El mayor impacto se registró en los lácteos, cuya variación interanual fue del 83 por ciento.

Esto significa que la vida de una familia, incluyendo la unifamiliar, ha acusado indefectiblemente la pérdida de su poder adquisitivo porque se trata de ítems que son de consumo obligatorio, difícil de recortar en la economía doméstica. Los datos se extraen de una publicación que realizó el Indec esta semana. Si bien hubo una desaceleración en el crecimiento de la inflación, que dio un leve respiro a la Casa Rosada, en abril continuó alta. En el Nordeste fue de 3,5 por ciento, la tercera más elevada del país y aun superior a la media nacional.

En abril los alimentos aumentaron 3,8 por ciento en relación con marzo pasado. Las prendas de vestir y calzados registraron una variación de 4,2 por ciento en la región; el equipamiento para el hogar, un 5,1 por ciento; la salud, 4,3 por ciento; el transporte, 3,1 puntos; educación, 4,9 por ciento; los restaurantes y hoteles subieron 6,1 por ciento.

Si se tiene en cuenta cada uno de los componentes que integran la canasta, lo que más aumentó en el Nordeste durante abril fueron los productos lácteos, leche y huevos. La variación mensual fue de 9,4 por ciento. En segundo lugar se ubican los bienes y servicios para la conservación del hogar, con un incremento de 6,3 puntos. En tercer término es posible mencionar a los restaurantes y hoteles, con una suba de 6,2 por ciento.

En abril solo hubo deflación, la cual fue de -0,6 por ciento, en verduras, tubérculos y legumbres. Posiblemente por razones estacionales, esta baja también se observó en casi todas las regiones del país, a excepción de la Patagonia.

Acumulado

En el acumulado anual, la inflación del NEA continuó  siendo la más alta del país. A nivel general, el IPC regional registró una variación de 17,7 por ciento desde diciembre de 2018 a abril de 2019. En este periodo, si se tienen en cuenta únicamente los ítems, educación fue el que más aumentó, con una variación de 34,5 por ciento. En segundo lugar, vivienda, agua, electricidad y otros combustibles, con un incremento del 25,3 por ciento. Este grupo incluye alquileres y servicios.

Los restaurantes y hoteles contabilizaron un aumento del 20,9 por ciento en su acumulado anual. En tanto, los alimentos y bebidas no alcohólicas registraron un incremento del 19,6 por ciento.

Nuevamente, si se tienen en cuenta únicamente los componentes de cada uno de los ítems de la canasta que se mide en el IPC, en su acumulado anual (de diciembre a abril) lo que más suba experimentó fueron los servicios, con el 39,7 por ciento. Esto, impulsado en gran medida por los tarifazos de principio de año. Desde el Gobierno esperan que estos números se mantengan equilibrados en función del congelamiento de tarifas de servicios públicos anunciado semanas atrás por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.

En segundo lugar se puede mencionar a los productos lácteos, leche y huevos, con un aumento de 31,6 por ciento. En tercer término, el transporte público, con 29,3 por ciento de alza; y en cuarto, las carnes y sus derivados, con un 26,6 por ciento. En el NEA, los alimentos en general subieron 20,3 por ciento en solo cinco meses.

Donde menos ha golpeado la inflación fue en las bebidas alcohólicas, donde la inflación fue de 4,7 por ciento. Esto conlleva a situaciones llamativas en algunos supermercados de Corrientes, donde un paquete de polenta se mantiene prácticamente en el mismo rango de precios que el de una botella de vino tinto.

Interanual

En términos interanuales, las comparaciones son aún más desconcertantes. El Nordeste, la región más pobre del país, tiene la inflación más alta. Entre abril de 2018 y de 2019, el índice de precios al consumidor aumentó 58,9 por ciento, casi un 60 por ciento. Lo siguen  Cuyo, con un 56,8 por ciento y el Noroeste, con un 56,7 por ciento. En las demás áreas geográficas, apenas superan el 55 por ciento.

El ítem medido por la canasta del IPC que más se encareció fue transporte, con un aumento del 70,5 por ciento. De este se desglosa un incremento del 84 por ciento en el servicio público. Cabe recordar que en la ciudad de Corrientes se registró un aumento importante la semana pasada en la tarifa del colectivo. A la clase media, la inflación golpeó en la adquisición de vehículos, porque este componente fue el segundo que más incremento sufrió, con un 81 por ciento interanual en el Nordeste.

En un año, los alimentos y bebidas no alcohólicas azotaron los bolsillos de las familias, que esta vez perjudica principalmente a los estratos medio y bajo. Entre abril de 2018 y de 2019 aumentaron 67 por ciento.

Si se desglosa este ítem, leche, lácteos y huevos fueron los más encarecidos con un alza del 83 por ciento. Lo cual es una situación preocupante porque implica modificaciones en hábitos de consumo fundamentales para el crecimiento sano de los niños y niñas. Desde el Gobierno provincial, no obstante, adujeron en actos de campaña que atienden a unos 300 mil niños en los comedores escolares. Los estudiantes de zonas vulnerables tendrían asegurada una ración de comida los días de clases.

En segundo lugar, lo que más incremento registró fueron pan y cereales. Estos se elevaron 72,9 por ciento, prácticamente como el café, te, yerba y cacao. Luego, aceites, grasas y manteca contabilizaron una suba interanual de 70 por ciento.