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¿Líder o seguidor?

El alfa no es mejor que el beta, ni viceversa. Son sólo dos maneras de funcionar y ambas son necesarias y complementarias. Cómo podemos pensar en liderazgos equilibrados.  

n Los seres humanos somos gregarios, es decir, que somos seres que necesitan socializar, armar grupos. De ahí la importancia de pertenecer a un equipo. Y todo equipo precisa un buen líder. La ausencia de liderazgose ve reflejada en el funcionamiento del equipo. 

Entre los animales el líder es conocido como “macho alfa” o “hembra alfa”. Alfa es el líder y beta es el seguidor. En todo grupo hay alfas y betas que conviven entre sí. Pero ya sea que tengamos temperamento alfa o beta, todos deberíamos aprender a caminar con una actitud segura para dar lo mejor de nosotros allí donde nos movemos.

Analicemos un poco más ambas características…

Alfa y beta

El alfa ama estar con otros alfas. Es la persona que suele ocupar un puesto de liderazgo y ve más allá que el resto. Por ejemplo, si vos pedís un café y el mozo te sirve solamente un café, esa persona es beta; pero si el mozo te ofrece algo para comer, esa persona es alfa porque hace un poco más. El alfa es el “ideólogo”, el que siempre hace sugerencias y propone cosas. El beta, en cambio, se limita a obedecer o seguir órdenes, es el “hacedor” o “ejecutor”. 

En la antigüedad el alfa era el que salía a cazar; mientras que el beta era el que se quedaba a preparar el fuego para cocinar. El alfa no es mejor que el beta, ni viceversa. Son sólo dos maneras de funcionar y ambas son necesarias y complementarias. El alfa necesita al beta porque come pero le cuesta disfrutar. Y el beta necesita al alfa porque alguien tiene que traer el alimento.

¿Qué sucede en la pareja?

En una pareja pueden existir distintas combinaciones. Una pareja de un alfa y un beta, por lo general, se lleva bien. Si el varón es el alfa, es él quien sale a cazar y ve más allá. 

Entonces le propone a ella progresar, avanzar. Si la mujer es beta, ella elegirá el espacio de su casa y no estará interesada en el poder sino que se limitará a hacer lo que hay que hacer. La mayoría de nosotros tuvimos padres que siguieron este modelo. Pero también puede ocurrir que ella sea alfa y él sea beta. Aquí ella será la que busque la forma de ir hacia adelante. Y él estará feliz de seguirla. No necesariamente el varón es pasivo. Es beta y prefiere recibir y cumplir instrucciones, antes que darlas. 

Otra combinación posible es que ambos sean alfas y ambos salgan a cazar. Compartirán proyectos y sueños pero, para llevarse bien, es esencial que estén dispuestos a ceder de vez en cuando. ¿La razón? Los dos tienen fuerza, seguridad y deseos de avanzar. Los dos son líderes innatos y disfrutan el poder, en un sentido sano. Y también puede suceder que ambos sean beta. Entonces serán los dos tranquilos y funcionarán bien porque sus temperamentos son iguales. 

Trabajar interiormente para construir una estima sana que nos brinde seguridad y confianza es la receta para el éxito en nuestras relaciones interpersonales. Seas alfa o seas beta, caminá con seguridad, con respeto, valorando al otro, sabiendo que cada uno tiene algo para dar y algo para compartir que seguramente sumará al proyecto que entre ambos tengan.

 

¿Buenos y malos?

Un tipo de liderazgo positivo puede mejorar el rendimiento de familias, empresas o instituciones. Por el contrario, un estilo negativo o perjudicial puede crear estrés o burnout en los subordinados, bajar su autoestima o provocar pérdidas para la empresa.

Han sido muchos los investigadores que han prestado atención a este fenómeno y son muchas las teorías que hablan sobre ello. A continuación, algunas de las tipologías más habituales. 

1. Liderazgo laissez-faire. También conocido como liderazgo delegativo, es un estilo de no intervención y falta de feedback regular. El nombre hace referencia a la palabra francesa “dejar pasar” o “dejarlo ser”. El líder laissez-faire interviene sólo cuando es necesario y con la menor cantidad de control posible. Es un estilo no autoritario, pero también falto de motivación. 

2. Liderazgo autocrático. El líder concentra todo el poder y nadie desafía sus decisiones. Es un ejercicio de liderazgo unidireccional, lo único que tienen que hacer los subordinados es obedecer las directrices que marca el líder.

3. Liderazgo democrático. Se caracteriza por crear entusiasmo entre los trabajadores al priorizar la participación de todo el grupo. El líder promueve el diálogo entre sus seguidores para tener en cuenta las opiniones del grupo, pero la decisión final la toma el superior.

4. Liderazgo transaccional. Se basa en transacciones, es decir, en procesos de intercambio entre los líderes y sus seguidores. Se reciben premios por el desempeño  y beneficios por el cumplimiento de tareas. 

5. Liderazgo transformacional. Los líderes que detentan este estilo emplean niveles altos de comunicación para conseguir los objetivos y aportan una visión de cambio que consiguen transmitir a los empleados. Apuestan por generar una visión compartida y transversal acerca de lo que debe ser la empresa en la que se trabaja.

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RESULTADO VS MOTIVACION

El liderazgo es la clave para que una empresa, proyecto u organización de cualquier ámbito funcione. Sin embargo, encontrar a personas que desarrollen su liderazgo de forma acertada en un equipo no es una tarea fácil. Muchos de los problemas derivan del desconocimiento o distintos puntos de vista sobre la definición del liderazgo. Por poner un ejemplo, ¿un buen líder se basa en la motivación o en los resultados?