Emprendimiento barrial generó una salida laboral para 12 personas

En el barrio Irupé surgió hace un año y medio un emprendimiento textil que lleva el mismo nombre, y que por medio del esfuerzo de los vecinos, la capacitación y la asistencia estatal; se convirtió en una miniempresa autogestionada que brinda sustento laboral a 12 vecinos de la zona. La organización surgió con la asociación civil “GenerAr”, emplazada en la barriada ubicada en el sudeste de la ciudad, y que decidió generarse una rama productiva.

Sus integrantes comenzaron a investigar sobre fuentes de financiamiento hasta encontrarse con el programa nacional “Manos a la obra”, del Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación destinado a la adquisición de maquinarias y herramientas para cooperativas de trabajo. Presentaron su proyecto productivo y fueron aprobados, logrando la compra de máquinas de coser para la creación de un taller textil.

María Contrera, referente de Irupé, contó al Ministerio de Industria que una vez que obtuvieron las máquinas e insumos para iniciarse, se contactaron con el Instituto Superior “Carmen Molina de Llano” a fin de capacitar a los miembros del taller. “Nos brindaron tres años de extensión en la sede de la organización y en función de las personas que se iban capacitando, las fuimos incorporando al proyecto”, relató.

Actualmente son 12 las personas que trabajan en este emprendimiento textil que funciona en el Centro Integrador Comunitario del barrio. Según destacaron desde la cartera industrial, para algunas de ellas, como Karina, “Irupé” es su primer trabajo.

 Vecina del lugar, la mujer se acercó al emprendimiento por invitación de Contrera y hoy ve en él, la posibilidad de aprendizaje continuo y de superación personal. “Para mí, significó un avance enorme, porque aparte de contar con un sustento económico, es un aprendizaje laboral excelente. El equipo del taller es asombroso, así como la paciencia que tienen todos para enseñar cosas nuevas”, comentó la vecina.

“Irupé” confecciona juegos de sábanas, toallas, remeras de algodón y bolsas de friselina, entre otros productos. Hace tiempo empezó a trabajar con pedidos más grandes como bolsas para el Congreso de Salud Mental.

Finalmente, Contrera destacó que llevar el sello “Hecho en Corrientes” representa “una oportunidad única de progreso y de acompañamiento”.