Día del Niño y sus derechos: los regalos emocionales que impactan en el futuro

La celebración del Día del Niño se conmemora hoy con múltiples agasajos, pero también es una fecha central para reivindicar el compromiso de promover y defender sus derechos. 

En este sentido, en el marco de las tareas de intervención que realizan desde la Dirección de los Derechos de la Niñez y la Familia (en CDI, Centros de Promoción del Menor y Hogares de Niños), el director de dicha área, Manuel Santamaría, describió cuáles son algunos de los principales “regalos emocionales” que tienen un fuerte impacto en el futuro de los niños, niñas y adolescentes.

En primer lugar, destacó que la primera vulneración con la que se enfrentan es el maltrato, tanto físico como psicológico, que  muchas veces se impone bajo los términos de “disciplinas”. “La disciplina es excelente, pero los límites deben ser claramente establecidos con una o varias conversaciones, donde participe la mayor cantidad posible de integrantes de la familia. Entonces, la mejor sugerencia en este día es que las familias usen más tiempo en conversar con sus niños, porque los límites se deben trazar en momentos de tranquilidad”, expresó Santamaría.

Además, convocó a las familias a despojarse del perfil “adulto/céntrico” para  abrir momentos de diálogo con los pequeños. 

“Hoy los chicos están exigiendo y pidiendo momentos de diálogo y debemos saber que en sus conversaciones ellos reflejan sus intereses y lo que necesitan. Hay que aprovechar esos momentos para transmitir valores, poner ejemplos y trasladarlos a la vida cotidiana”, precisó.

En segundo término, destacó la importante función psicológica de los abrazos. Sobre este punto, el licenciado en Psicología afirmó: “Hoy el niño parece estar más cerca de la televisión, del celular o el video juego y se abandona el abrazo protector. Es mucho más que un gesto porque le imprime en la psiquis la sensación de que está protegido y seguro de que puede salir a jugar con otros niños y enfrentar la vida o la escuela. Además, tiene un fuerte efecto sobre la autoestima porque se sienten queridos”.

“Un tercer punto, no menos importante, es que los niños deben compartir momentos de esparcimiento fuera de la casa. Es decir, salir al parque, a la plaza o a la costanera junto con su mamá, papá, abuela, tío o el adulto que cuide; porque nuestros chicos se vinculan más asiduamente fuera del hogar”, destacó. 

En otras palabras, para estrechar los vínculos de “amistad” es conveniente cambiar de contexto y, al mismo tiempo, de roles. “Es importante también que el niño pueda ver que mamá puede jugar a la pelota, que la abuela puede hacer el asado afuera, que los hermanos también pueden jugar en otro lugar. Eso les ayuda a ampliar las visiones de los roles que tienen los integrantes, les muestra que podemos hacer muchas cosas y les permite aceptar la diversidad”, comentó Santamaría.

Un cuarto ítem, enunciado por el director Derechos de la Niñez y la Familia, fue la opción de regalar un libro y momentos de juegos compartidos con los adultos. “Lamentablemente se está perdiendo la costumbre, pero es importante que desde los 2 o 3 años reciban un libro, si bien no lo van a leer y hasta puede suceder que lo rompan, los dibujos les ayuda a construir historias en su imaginación. También es importante dejarlos jugar con el barro y, en lo posible, disfrutar juntos ese momento de cavar un pozo y formar figuras jugando con la creatividad. Por todo esto, creo que regalarle un juguete y dejarlo solos es lo peor que les podemos dar. Lo ideal es salir juntos a jugar”, sintetizó.