La devaluación tendrá como efecto planchar más el consumo

Por Ignacio Iriarte – Analista ganadero

La oferta está muy restringida por la incertidumbre, lo que lleva a mejoras en los valores del consumo y de la exportación. Hasta la semana pasada, la oferta era muy abundante –la más alta desde el 2009– y el mercado estaba más que bien abastecido, con la novedosa aparición de muchos machos –en especial novillos– en la faena. El consumo mejora las cotizaciones sólo por la extrema escasez, pero los valores que se ven hoy en día serán difíciles de convalidar al mostrador: el consumo está muy deprimido.

La exportación es otra cosa: la devaluación en los últimos 12 meses fue del 100 por ciento, y ha licuado el valor de la energía, de los salarios y hasta del novillo, que hoy cotiza en dólares prácticamente a la mitad que en el Uruguay e inclusive por debajo de Brasil. Hay un interesante recorrido potencial para el valor del novillo pesado y sobre todo para la vaca (gorda, manufactura, conserva), categoría que está proporcionando a la industria una rentabilidad excepcional.

El efecto de esta devaluación será planchar aún más el consumo y darle aún más impulso a la exportación, que experimenta hoy un panorama extremadamente favorable. A medida de que la oferta de vacas y novillos decaiga, por cuestiones estacionales, o que se habiliten nuevas plantas para exportar a China, esa “reserva de poder de compra” que hoy tiene la industria exportadora se irá transfiriendo gradualmente al precio del novillo pesado y de la vaca. Argentina hoy tiene una demanda internacional inédita, una razonable oferta de ganado exportable y lo único que le falta para acercarse al millón de toneladas anuales embarcadas es una mayor cantidad de plantas frigoríficas en condiciones de exportar.

“Feedlot”

Según un informe del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva), en base a datos del Senasa, las existencias de ganado vacuno en los feedlots a fines de junio último era de 1,74 millones de cabezas: 19 por ciento menos que a igual fecha del año anterior. A junio último, 37 por ciento de las existencias en los corrales eran vaquillonas y terneras y 48,6 por ciento eran toritos, novillos, novillitos y terneros. Hasta abril, los ingresos a los feedlots eran claramente inferiores a las de los cuatro primeros meses del año pasado, cuando se sentían los efectos de la sequía. Pero en el trimestre mayo-julio aumentaron las entradas, que crecen 11 por ciento con respecto al año pasado. En julio, los ingresos resultaron 20 por ciento más altos que el año pasado, aunque serían datos que habría que tomarlos con cuidado.