Sabado 20de Abril de 2024CORRIENTES18°Pronóstico Extendido

Dolar Compra:$850,0

Dolar Venta:$890,0

Sabado 20de Abril de 2024CORRIENTES18°Pronóstico Extendido

Dolar Compra:$850,0

Dolar Venta:$890,0

/Ellitoral.com.ar/ Especiales

Pa’delante

Ubicados en marcha constante, caminando sin mirar atrás.  Mucho más cerca de adónde queremos llegar.

Por Adalberto Balduino

Especial para El Litoral.

Los latinoamericanos, especialmente los cubanos, tienen una forma particular de vocalizar cada palabra, aspirándola, lo cual le confiere un sonido especial,  transformándolo en síntesis de una oración, que se convierten en memorables fraseos que quedan e identifican una acción. “Pa’delante”, utilizada en el dicho popular así como en canciones, que remarcan la importancia de empujar y direccionar para adelante, denota las garras que le imponen a una acción que es consigna generalizada estableciendo una idea fuerza inobjetable: pa’adelante. No quedarse, sino avanzar sorteando todos los sacrificios, pero haciéndola realidad. “Pa’delante”, de ahora y para el frente sin aflojar.

En una entrevista, la gran actriz inglesa Angela Lansbury dijo que siempre fue las de hacer, no detenerse, que sin pensarlo como virtud natural de su vida, siempre fue como “ponerse los zapatos y avanzar siempre hacia adelante”.

Su vida, nacida en Londres, siempre estuvo rodeada de gran trabajo artístico, haciendo todos los papeles para teatro, cine y televisión. Angela Lansbury se consagró como gran trabajadora que asumía todas las historias en todos los géneros que se los proponían. Hoy, tiene 91 años, y siempre para adelante, como cuando descolló en televisión con su papel de escritora en la celebrada tira “Reportera del crimen”, a través de su personaje Jessica Beatrice Fletcher, que se emitió del año 1984 a 1996 cubriendo la totalidad de 264 episodios. Cabe recordar que esa natural forma de ser le permitió nutrirse de grandes premios -Oscar, Globos de Oro-, muchísimas nominaciones y la crítica siempre excelente de la prensa especializada en cada uno de sus protagónicos. 

Tengo un amigo, locutor y abogado, que al final de sus cotidianos correos electrónicos, se despide con: “Estoy”. “Siempre adelante”. Yo, también lo comprobé, es casi una palabra mágica que logra poder alcanzar la mayoría de nuestros cometidos, pero haciendo, luchando, poniendo el esfuerzo personal sin bajar los brazos, o bien dándonos la entereza para enfrentar las vicisitudes. 

En este mundo asolado por pandemia, todo se ha acortado porque mucho ha cambiado. Las consecuencias, amén de las económicas, males que siempre han estado pero hoy proyectados hasta límites increíbles: la depresión, el estrés, la ansiedad. Elsa Punset, escritora e investigadora española, autora de los libros “Fuertes, libres y nómadas”, y “Con la C, de cambio”, afirma que “El optimismo no es una emoción, es una actitud”. Y de allí, tomarla podríamos prescindir o, por lo menos, atemperar la angustia de la desesperación. Más preciso resulta Antonio Ortí que dejó sentado sobre el particular, en un artículo publicado en el diario La Vanguardia de España. Allí recuerda, al teólogo Reinhold Niebuhr, que escribió en 1943, como una forma de contribuir con la gente ante el pánico de la Segunda Guerra Mundial, para combatir y paliar la ansiedad que provocaba dicha actitud bélica: “Dios, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que no puedo cambiar y la sabiduría para conocer la diferencia”.

Otros aconsejan eliminar la expectativa del mañana procurando ocupar todo nuestro tiempo en el hoy que lo estamos llevando a cabo desde que comenzó el día. Todos los esfuerzos son válidos para establecernos un estado natural de lo no natural. Es que todo cambió por irrupción de casi un nuevo orden, que logró trastornarnos porque de la noche a la mañana muchas cosas han perdido sentido práctico. Ha sido una transformación de tamaña violencia.

Es notable cómo las personas tenemos capacidades calladas que no han perdido potencia, uno se encuentra por ejemplo en el arte que sustenta la cultura con puestas remotas que son ejemplos de obras artísticas, con la moraleja ejemplar de redituarles ayuda pecuniaria sin abandonar sus vetas vocacionales. Son producciones titánicas que se realizan a pesar del estrés, la depresión y la ansiedad, destinadas a llevar calma, pero más que nada esperanza.

El ser humano, imbuido de talento, que es una forma natural de concretar lo imposible, nos sorprende a cada rato. Por eso creo firmemente en la búsqueda, que es el camino inicial de todo proyecto. Partiendo hacia adelante sin mirar atrás. Esa visión retrospectiva nos debe servir para tener una idea de dónde estamos parados, para que nuestra partida, esa de ponernos el zapato y emprender hacia adelante, no sea balbuceante sino con la seguridad y el empeño de conocer de antemano tiempo y espacio.

La imaginación, que idealiza el sueño para hacerlo realidad, es una virtud  que vehiculiza y trasciende nuestros deseos en un mar embravecido donde no todas son positivas, sino generalmente pruebas durísimas. La búsqueda es esencial, porque permite agotar todas las posibilidades trazándonos un camino impensado, pero que nos puede llevar hacia terreno firme y concreto. Más al final, tal vez nos está aguardando ese cometido que buscamos afanosamente y por el cual direccionamos nuestras vidas. La perseverancia es otra fuente que nos recuerda permanentemente que si buscamos algo bueno, no detengamos nuestros afanes por la simplicidad de un descanso reparador que en definitiva es solo eso: descanso mucho antes del logro perseguido.

Aprender a ver e imaginar cómo los poetas que trazan nuevas coordenadas y logran sus fines en la idealización de sus cometidos, porque están convencidos de ello y luchan por ello.

Por ejemplo, el poeta mendocino Armando Tejada Gómez creaba filigranas que eran bases por donde dirigirse para transitar y establecer un destino; no solo estaba convencido sino que transmitía imaginando certezas que no defraudaron la búsqueda : “Sobre el viento de agosto / pasa un río. / Arriba de la tarde, es un sonido verde / el infinito. / Hay que mirar al cielo / para verle / el velamen celeste, / el desafío / con que embiste eucaliptus; / el oleaje, / borracho de paisaje, / de mis pinos. / Pasa un cauce de aromas, / un capricho / de los ríos del cielo / y un bullicio / de pájaros que van / hacia setiembre, / escalando / su música imposible. / Aquí abajo, / en mi vino laborioso, / esta palabra / piensa en su destino. / Inventa ríos / que en el viento pasan / encielando los álamos / furtivos. / Mi casa, ese navío, / ahora duerme, / rolando sobre el sueño / de mi hijo. / He descubierto ríos / en el cielo. / La paz en el otoño / es otro río”. / “Pa’delante” no es retroceder. Es ir siempre de frente rumbo hacia el continente de nuestros desvelos. El mañana con futuro. Donde anidan los sueños. El país seriamente construido, saludablemente afectivo.

¿Te gustó la nota?

Ocurrió un error