Jueves 25de Abril de 2024CORRIENTES25°Pronóstico Extendido

Dolar Compra:$853,0

Dolar Venta:$893,0

Jueves 25de Abril de 2024CORRIENTES25°Pronóstico Extendido

Dolar Compra:$853,0

Dolar Venta:$893,0

/Ellitoral.com.ar/ Cultura

Crónica de un ensayo

Por Carlos Lezcano

Especial para El Litoral

Hace diez años Mateo repite el rito de parar en la casa de Juan Pedro Zubieta en enero, cuando lo invitan a tocar en la Fiesta del Chamamé. En un clima hogareño se producen los ensayos y las reuniones de amigos.

Aquella primera vez los guitarristas fueron Miguel Guerrero, Hugo Dellamea y Jorge Torres Hidalgo, a los que se sumaron las voces de Piri Araoz y Daniel Osuna. Una noche de ensayo, Daniel Osuna llegó con un puñado de cassettes y enseguida comenzó la ceremonia de escucha. “¿Te acordás de esto?”, fue el hilo de ese encuentro y así aparecieron “Cielo de las palomas” y “Niña del rosal”. “Hay que testimoniar esto”, dijo entusiasmado Mateo. Juan Pedro acercó un vino tinto para sellar el encuentro. El proyecto comenzaba de ese modo porque en seguida se escuchó: “Hoy comienza el disco”. Ese material está reunido en “Terruñero”, para lo cual Piri Araoz acercó un mecenas que colabora hasta hoy. El compromiso se firmó en una etiqueta del tinto que aguarda ser abierto algún día. 

El ensayo

Es miércoles 22 de enero a las 8 de la noche en casa de Juan Pedro. Fueron llegando Daniel Osuna, Pedro del Prado y Piri Araoz. El orden del ensayo es el que repetirían en el escenario de la Fiesta del Chamamé de 2020. 

“Se murió don Garcilazo es una obra de 1985”, dice Mateo. “Cuando era chico, en Curuzú, entre tantos gurises que caían al club Curuzú en donde yo vivía, un día cayó un chico llamado Garcilazo. Garcilazo comenzó a frecuentar el club y a jugar con nosotros como uno más. Esta cosa simple que tanto tiene que ver con cualquier aldea del mundo, ¿no? Pasó el tiempo y mucho después un día me acordé de ese apellido y lo plasmé en un tema, con otra historia”. “Un tema, una canción surge de un recuerdo, uno se entera de algo leyendo un diario, una revista o un libro. Siempre aparece alguna historia o situaciones que tienen que ver con un lugar y el compositor empieza a relacionar esas pequeñas historias de los pueblos chicos”, cuenta Mateo. Es decir que no hay literalidad sino creación en la canción escrita donde el personaje central llamado Garcilazo, es la historia de alguien que muere de viejo en el Chaco. 

“Se murió Don Garcilazo media siesta y viento norte/ se llevó en un abrazo casi un siglo, campo y monte./ Domador allá en el 30, jugador, caña y tabaco/ fue puntal de los hacheros correntinos en el Chaco…/ En invierno se moría don Genaro Garcilazo/ se vistió el rancherío de silencio y de cansancio/ Correntino como tantos, media siesta y viento norte/ se llevó en un abrazo casi un siglo, campo y monte”. 

“Cielo gentil” es un tema compuesto con su amigo Pocholo Airé en 1987. “Un día estando en Buenos Aires me dice Pocholo: tenemos que hacer un tema donde agradezcamos todo lo que nos pasa a los que andamos en la música, tantas cosas recibimos y de alguna forma debemos devolver eso. Después me trajo la música a casa y me pidió que le ponga letra. Lo hice y además le agregué el estribillo. Al tiempo lo vi y le dije: está terminado el tema. Luego hubo un tiempo largo de no vernos porque vino él; se vino a vivir a Corrientes. Yo hice una versión en un disco que se llama ‘Música interior’”, me cuenta entre tema y tema.

“Tiene dos primeras partes, la originaria es la que grabamos con Maura Sebastián; ya viviendo en Corrientes me dice: tendríamos  que modificar un poco la primera parte para que pegue más con el estilo del grupo Reencuentro, porque lo querían grabar. Retocamos el tema y un día como tantos me dice vía telefónica: escuchá. Ya estaba grabada la obra y es la versión hermosa de Reencuentro que tan bien anduvo”. 

“Este chamamé siempre/ quiero dedicar/ a la linda gente buena/ que vive acá/ Cielo azul, paloma blanca/ por este lugar/ se aromó la tierra arada/ de verde cantar/ Hoy estoy aquí/ por andar y andar/ con la mansedumbre/ que da el caminar/ Agradezco a todos/ por lo que me dan, es ancho el camino/ de la libertad/ Este chamamé siempre/ quiero dedicar/ a la linda gente buena que vive acá”.

 “Niña del Rosal” calcula que es de 1982, por ahí, porque Petu Fernandez la grabó en 1984 y Los Tacunau en 1985; tiene mucho que ver con su inolvidable amigo Quique Sorribes. 

“Cuando llega a Corrientes (Capital) muy pocos sabían que Quique era un serenatero de aquellos. Curuzú era serenatera. Siempre digo que Curuzú es el único pueblo donde los músicos ensayábamos para dar serenatas. Era tocar en serio, así que salíamos bien seguros, con arreglos y todo. El tema es también de Pocholo y tiene que ver con la imagen de Quique cantando en una ventana una serenata. El fue el inspirador del tema. Pocholo me trajo la música completa, le puse letra y quedó así, como hoy lo canta tanta gente”. 

“Noches de mi provincia/ porá la luna redonda y limpia/ Llanto por guaina ausente/ que espera en vano a que regrese./ Rejas serenatera/ un canto añoso bosquejo al volver./ Aquel gran amor forma de arlequín/ cuentan que murió caminando abril./ Anda un chamamé por un ventanal recordándola/ niña del rosal”.

“Tiempo nuevo” es de 1980 y Mateo grabó “La guitarra del chamamé” en 1985, primer disco instrumental íntegramente de guitarras, marcando un hito en la historia del género. Un mojón, una marca como hacen los grandes artistas que salen del hábito y crean algo que no había, marcando un camino abierto a múltiples posibilidades. Ese disco es un comienzo, un instante inicial al que no se llega, sino que desde allí se parte. 

¿Qué es finalmente un creador sino aquel que no repite lo hecho, sino que inventa una forma de decir lo vivenciado y lo sitúa en el devenir de la vida de su pueblo? 

Este es un año especial, porque Lucía Troitiño presentó su libro “En tiempo de guitarras. Una mirada sobre los aportes de Mateo Villalba”.

Se trata de un estudio académico de la obra del curuzucuateño, que de ese modo entra a la universidad pública. Un momento alto de ese día fue la interpretación de “Tiempo nuevo” en el Teatro Vera. 

“Me gustó mucho, porque tocaron lo que escribí”, me dijo Mateo en un alto del ensayo. Cuando estaba armando el disco de obras para guitarras “Mbaracá” (de la colección “Guitarras del mundo”) pensó en un tema que encarara la guitarra desde distintos lugares. Así apareció el trío de guitarras para el cual compuso. “Compuse algo donde nunca ninguno de los guitarristas hace lo mismo. Es decir, la primera guitarra no hace lo que hace la segunda y esa guitarra no hace nada de lo que hace la tercera. Van girando alrededor de la primera, que es el canto. No se trata solamente de una guitarra cantando y otra haciendo ritmo, sino que cada instrumento tiene una importancia. Vas trabajando y surgen espontáneamente esas composiciones, vienen, vienen…, hay un grito interior”. 

Incondicionalmente 

Cada tanto vuelve a Corrientes, a la casa de su amigo Juan Pedro. Allí se reúnen los amigos a compartir ensayos unos días antes de cada actuación. Y se repite la ceremonia del asado, del vino compartido, canta un canto que vuela porque su música es parte del aire de esta gran región del Nordeste. Maestro de la guitarra, dueño de saberes antiguos y nuevos, cifra musical de Corrientes. 

Te nombro Mateo y callo para que suene el canto de tu guitarra y tu voz. Unos minutos después de la una de la mañana, Mateo, Daniel, Piri y Pedro suben al escenario y tocan cuatro temas.

¿Te gustó la nota?

Ocurrió un error