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Apareció en su oficina mientras la sepultaban 

El caso de las apariciones post mortem de recientes fallecidos es considerado casi normal para algunos investigadores, sobre todo en casos de muerte trágica. Es lo que ocurrió en Los Angeles, California, en el mes de mayo de 1995, cuando una chica que trabajaba en una oficina sufrió un accidente y falleció inesperadamente. 

Por Francisco Villagrán

villagranmail@gmail.com

Especial para El Litoral

Cuando una persona muere en forma trágica e inesperada, sobre todo si es joven, tiene todavía mucha energía ya que no era su momento de morir. Afirman quienes estudian estos fenómenos parapsicológicos que quienes mueren jóvenes y en estas circunstancias, se aparecen varias veces a seres queridos y amigos, como manifestándose y mostrándose para que sepan que están bien, antes de partir definitivamente en su viaje final. Este caso dio mucho que hablar en su momento.

Psíquicos y expertos, parapsicólogos de todo el mundo, coinciden en afirmar que no es tan poco común, como muchos piensan, que los fantasmas de las personas que fallecen en forma violenta y trágica deambulen un tiempo por los lugares en que se hallaban a gusto en este mundo, como queriendo ver todo lo que amaban en este plano físico, dando una especie de recorrida final antes de partir definitivamente. Al respecto, los especialistas sostienen que “en algunas ocasiones los fallecidos ni se han dado cuenta de que están muertos. Sin embargo, en muchos casos ha ocurrido que ellos regresan simplemente para decir adiós, despedirse y contarles a sus familiares y amigos más queridos que están bien en el lugar al que fueron”. 

Esto es presumiblemente lo que le ocurrió a Donna Barnes, el caso que nos ocupa hoy, una joven y bella secretaria de una importante empresa en Los Angeles, California, Estados Unidos. En el momento causó gran conmoción entre todos sus compañeros, ya que ella se presentó a trabajar normalmente por la mañana, cuando justo en ese mismo momento ¡la estaban sepultando! Es como si ella no se hubiera enterado de que había muerto.  

  

Qué sucedió en realidad… 

Donna Barnes murió trágicamente en un accidente automovilístico, pero lo insólito fue que, cuanto menos, fueron 20 las personas que la vieron entrar a su oficina por la puerta principal y dirigirse hacia su escritorio. Guardias de seguridad, personal de maestranza, controladores y compañeros, fueron los asombrados testigos de este sorprendente hecho, que a todos dejó sin aliento, ya que estaban en conocimiento del trágico desenlace que había tenido su vida, 

La chica se veía perfectamente bien, como siempre, e incluso deleitó a todos con su acostumbrada sonrisa cautivadora y simpática, solo que, en esta ocasión, en lugar de sentirse halagados, tuvieron una reacción de susto e incredulidad. El gerente de la compañía, Tom Davis, tuvo finalmente el valor de acercarse a la chica y preguntarle: “Cómo es posible que estés aquí? Pensamos que habías muerto hace dos días…”. La sonrisa de Donna desapareció súbitamente y junto con ella su cuerpo físico, que se desvaneció ante la mirada atónita de todos. 

Todos sus compañeros coincidieron en afirmar que su fantasma no sabía bien lo que ocurría ni suponía que ella no podía estar allí. Sin embargo, el cuestionamiento que le hizo Tom Davis, el gerente, hizo que el espíritu aceptara su destino y tomara el rumbo que, en algún lugar del tiempo y espacio, le corresponde a las almas de las personas que mueren. Barbara Collins, quien fuera la mejor amiga y compañera de la difunta, comentaba: “Estoy asombrada por lo que pasó, pero a la vez agradecida de que otras personas hayan visto lo mismo que yo, porque de otra manera me hubieran mandado derechito al manicomio”. “Cuando después fuimos al sepelio -agregó- nos quedamos más estupefactos que antes, ya que, efectivamente, el cuerpo llevaba puesta la misma ropa que lucía cuando se apareció en la oficina, un vestido a cuadros, largo y cerrado”. 

“Antes de esto -explicó Barbara- jamás creí en fantasmas ni nada que se parezca, pero gracias a Donna, no me queda otro remedio que aceptar con seguridad que los fantasmas sí existen. Ella murió el viernes por la noche, cuando volvía del trabajo a su casa y luego, el lunes por la mañana, se apareció su fantasma en la oficina, como si nada hubiera ocurrido. Fue algo triste pero dulce a la vez, ya que nos dio la certeza de que se encuentra bien en el lugar al que fue. La muerte de Donna fue tan repentina que ha dejado un gran vacío en mi corazón. Sin embargo, todavía tuvo una última sonrisa para nosotros cuando fue a visitarnos a la oficina. Siempre la recordaré así, amable y sonriente como fue siempre en la oficina. Tuvo un último gesto de amor hacia nosotros sus compañeros, que nunca lo olvidaremos”. 

  

Opiniones valederas 

Investigadores y parapsicólogos, especialmente quienes creen en la reencarnación, coinciden en que, cuando alguien muere en un accidente, la persona ha fallecido antes de su momento asignado de muerte. Esto significa que ha roto el ciclo de su existencia en la Tierra y no puede reencarnar hasta que no haya encontrado el espíritu de una persona que haya muerto de la misma manera, para que tome su lugar. Se cree que durante tres años debe deambular por las fronteras del más allá, es decir, en la zona conocida como bajo astral, pudiendo, como espíritus errantes o almas en pena, recorrer los lugares en los que murieron en forma física, especialmente por la noche, y también se cree que son perfectamente capaces de provocar accidentes similares.  

Los especialistas en este tipo de temas señalan que a algunas almas, no a todas, les es permitido despedirse, por así decirlo, del mundo físico en el cual vivieron durante tantos años. Pueden visitar tres lugares donde fueron felices en su paso terrestre antes de emprender la elevación final hacia distintos niveles espirituales. Pueden manifestarse ante sus seres queridos solo dejándose ver, incluso hablarles para hacerles saber que están bien, pueden dejarse ver simplemente y luego desaparecer, también manifestarse en sueños a sus allegados, cosa que es más común de lo que muchos creen, cuando dormimos, involuntariamente estamos entrando en el astral, donde están los espíritus de las personas recientemente fallecidas y los espíritus de personas que están durmiendo como nosotros. Allí uno puede encontrarse con los espíritus de sus seres queridos recientemente fallecidos e incluso entablar conversación con ellos. Al despertar nos habrá parecido que “tuvimos un sueño”, pero en realidad no fue así, estuvimos allí. Nuestro cuerpo sigue ligado al alma por el famoso “cordón de plata” que se corta definitivamente cuando el cuerpo físico muere en el mundo terrenal y cesan los signos biológicos, se detiene el corazón y el cerebro deja de funcionar, como todos los órganos vitales. Se cree que este proceso de desencarnación dura entre 48 y 72 horas, luego de lo cual el alma emprende vuelo rumbo a regiones celestiales, de acuerdo a los merecimientos de cada uno.

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