El interés general precisa que no se mate la política, sino que sea mejor y transparente

Releyendo el libro de John Maynard Keynes “Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero”, se aprecia que el sistema teórico de este economista inglés fue lo que los sacó de crac del '29, de la denominada crisis del año 1930 ante el fracaso del liberalismo de resolver el desempleo, la creciente recesión e inflación.

 Esta teoría de shock e intervención inteligente del Estado salvó (con instrumentos y teoría no marxista) al capitalismo y la economía de occidente, si esto fracasaba no existían más instrumentos teóricos conocidos dentro de esa lógica. Es bueno aclarar que la izquierda marxista odia a keynes y al ex presidente Franklin D. Roosevelt, por que ambos confiaron en esa teoría que salvo el sistema.

Este economista se hace conocido ya en 1919, en la post primera guerra mundial, es enviado por Inglaterra a Versalles a la negociación con Alemania, a la capitulación de ese país, con las condiciones económicas que le imponían los vencedores, luego se autoexcluye de las negociaciones porque considera que son injustas, expresa que es  “la semilla de una futura guerra” la que encierran esas condiciones excesivas, y escribe el libro que es una profecía cumplida “las consecuencias económicas de la paz”.

El capitalismo tiene etapas de expansión y va generando su futura recesión, son ciclos que se cumplen y otro elemento que demuestra que puede haber expansión y no necesariamente generar pleno empleo, si a esto le sumamos que la tecnología y la sociedad del conocimiento levanta el techo de productividad y competitividad y en la dinámica misma lleva a la concentración del capital en forma geométrica al 1 % de la población, la contracara es la desigualdad, la exclusión, lo que el Papa denuncia y llama los “descartables e invisibles”. 

Esto completa académicamente el economista Francés Thomas Piketty y sigue vigente la teoría de Raúl Alfonsin en el espacio público “libertad e igualdad” es la batalla cultural que tenemos que debemos realizar.

Hacer política y cuidar el espacio público es clave con ideas y participación, porque o se planifica y humaniza el interés general, o planifican y deciden las corporaciones. Por eso la crítica del poder economico corporativo y sus voceros es “matar la política para decidir sin molestias”. A la política hay que mejorarla, cambiarla, transparentarla, pero no matarla ni deslegitimarla.