La pronunciada bajante que registra el río Paraná y que llega a niveles históricos, encendió la alarma ante el futuro abastecimiento hidrocarburífero en el caso de que no haya un repunte en el caudal de agua y que aumente la alicaída demanda de combustibles en el Nordeste Argentino. Si bien en la actualidad el comercio minorista de naftas y gasoil está atravesando una grave caída de consumo por la pandemia de covid-19, el poco nivel del cauce fluvial podría extenderse hasta noviembre.
Las cámaras de propietarios de estaciones de servicio del NEA manifestaron su preocupación con respecto al futuro del stock de combustibles en el caso de que, una vez que finalice la cuarentena obligatoria por covid-19, la histórica bajante del río Paraná siga y se registre un aumento de demanda hidrocarburífera por encima de la oferta disponible. El 80% de las naftas y gasoil que se consume en el Nordeste Argentino se traslada por vía fluvial, y ante el poco caudal de agua, es reemplazado por el traslado terrestre.
Si bien en la actualidad la demanda hidrocarburífera en Corrientes registra un descenso de 75% desde que inició la cuarentena obligatoria por coronavirus, la alarma se enciende para los próximos meses teniendo en cuenta que los pronósticos especializados señalaron que la bajante del río Paraná se extendería hasta la primavera o verano, lo que generaría complicaciones en el stock regional.
El abastecimiento de combustibles para Corrientes se realiza a través de embarcaciones que llegan a las plantas de distribución de localidades chaqueñas, pero con la bajante histórica del río Paraná y las dificultades de navegación, el transporte viene realizándose por vía terrestre. Asimismo, a raíz de la baja demanda actual por la pandemia de covid-19, en las estaciones de servicio urbana no se registran quiebres de stock o inconvenientes relacionados con el traslado hidrocarburífero minorista.
(FC)
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