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Voces de gran popularidad

Por Adalberto Balduino

Especial para El Litoral

Las comparaciones son odiosas dice el dicho popular. Sin embargo, develar aspectos que las acercan en una coincidencia tal, aun tratándose de dos vocaciones aparentemente diferentes. Los dos se “cantaron” todas con beneplácito jamás igualado. Uno, cantor cantor. El otro locutor y animador, con voz entonada, estentórea, de buen registro, ritmo y cadencia. Uno, nacido en Saavedra, Buenos Aires. Y el otro, procedente de General Villegas, Provincia de Buenos Aires. El primero, llamado Roberto Goyeneche. El que completa el binomio, Antonio Carrizo. Ambos con una popularidad inmensa lograda con capacidad, sensibilidad y conocimiento; virtudes que les labraron antecedentes notables.

Roberto Goyeneche, esa voz del 40, de registro barítono ligero, afirmada y afianzada. En 1944 gana por mérito propio el concurso de voces organizado por el Club Federal Argentino. Por esa misma época, Carrizo, también de registro casi barítono, en su pueblo natal, haciendo publicidad para un famoso analgésico en un autoparlante, tiene la suerte de que los directivos de la firma estuvieran justamente allí, en General Villegas, admirados de su gran profesionalidad le dan el espaldarazo para viajar a Buenos Aires, vistas su gran dicción y convicción para leer textos.

Roberto Goyeneche, muy joven, sus primeras armas las hizo con la orquesta de Raúl Kaplún. Amén, intercalando laburos en busca del mango estable, paralelamente, fue chofer de colectivos urbanos de la línea 19 perteneciente a la Empresa Saavedra. También mecánico de automotor y “tachero”. Mientras que Antonio Carrizo, dueño de un estilo de locución, se impuso iniciándose en Maipú 555, lugar “sagrado” de LR1 Radio El Mundo. 

Los dos, Roberto Goyeneche y Antonio Carrizo, llegaron naturalmente al corazón de la emoción, por eso la gran popularidad espontánea, idéntica, natural que desplegaron por todo el país en cada una de sus expresiones.

Roberto Goyeneche, el famoso “Polaco” que por su cabello rubio brillante apodó el cantor y compañero Angel “Paya” Díaz en la orquesta de Horacio Salgán, que ingresó en reemplazo de Horacio Deval. Ese llamado para actuar en primera ocurre en el año 1952 por propia convocatoria de Salgán, que se constituye en un éxito cantado. Pero su mayor sueño se hace realidad cuando ingresa a la orquesta de Aníbal Troilo en el año 1956, con quien grabó 26 temas, más actuación en radios, teatros y bailes, con la sabiduría aprendida del gran director. Troilo era llamado maestro de orquesta y maestro de cantores, porque no solo dirigía sino que transmitía la importancia de la dicción en lo vocal a sus cantores, de la separación de versos para que la interpretación adquiriera mayor fuerza, pero lo más importante: ponerse en el lugar del protagonista de la poesía para que la versión adquiriera un plus perfecto, sintiéndola en “carne propia”, en rol verdaderamente protagónico.

Igualmente, Antonio Carrizo, dada su interpretación, en cuanto al énfasis, a la claridad de cada palabra, a la simpatía del clima que lograba naturalmente, fue jefe de locutores de Radio El Mundo, animador, y luego las radios como así canales de televisión que lo tuvieron en sus mejores programas. Fanático del tango, de Boca Juniors, el ajedrez y los libros, en sus diversas emisiones, construyendo libro por libro la biblioteca privada más importante del país. También llegó a ser presidente de la Federación Argentina de Ajedrez.

En “La vida y el canto” que emitía por Radio Rivadavia, Antonio Carrizo arrimó la música al periodismo, logrando un programa memorable. Grandes entrevistados, entre ellas justamente a Roberto Goyeneche, porque el tango era la música dominante, que el diario Página 12 logra recopilar en 3 CD, titulados Roberto “Polaco” Goyeneche canta y cuenta su historia. En el año 1981, en un programa titulado “¿Y esto no es cultura?” entrevistó con mucho suceso al escritor Jorge Luis Borges. También recordamos “La primera de la noche” con Magdalena Ruiz Guiñazú. “Polémica en el fútbol”, “Sábados continuados”, “Juntos” con Liliana López Foresi. “Raíz y canto”, “Tangos y libros” en Radio La 2x4, “Los grandes”, “Video show cultural”, “Del pueblo”, “El contra” con Juan Carlos Calabró, etc. Pero recordemos que también participó en películas: en 1955, Luis César Amadori lo dirigió en “El noveno mandamiento”, y en 1963, con la dirección de Enrique Carreras, “Muchachos impacientes”. Como así, en el año 1980 tuvo a su cargo la conducción del famoso evento internacional “Festival OTI de la Canción”.

Roberto Goyeneche grabó con diversas agrupaciones ya como solista, con Armando Cupo-Luis Stazo-Mario Monteleone, Atilio Stampone, etc. Actuó y grabó con Astor Piazzolla, ya que siempre se animó a lo nuevo, específicamente a los poetas como, en particular, Homero Expósito, Horacio Ferrer, Chico Novarro, y los que en su momento forjaron un nuevo decir: Discépolo, Manzi, Cátulo Castillo, Contursi, Le Pera, Gardel, por supuesto, de quien era su incondicional admirador. Cabe mencionar que también cantó en la película de Pino Solanas “Sur”, producida en el año 1987.

Hay un halagüeño comentario formulado por un músico tremendamente exigente como lo fue Astor Piazzolla sobre la figura de Roberto Goyeneche, que nos recuerda el periodista Eduardo Criscuolo, que motiva y emociona muy especialmente a quienes amamos la música y en particular al tango: “El Polaco es único e irreemplazable, un producto de una maduración humana y artística que no le debe nada al plagio, a las copias. Aquí hay nada más que dos cantores de tango: son él y Rivero. Este es más bien un payador, Goyeneche es real y típicamente ciudadano. Es decir, su timbre y el color de su voz reflejan maneras de ser y sentir del habitante de una gran ciudad”.

Ambos fueron ídolos en lo suyo. Se ganaron al gran público. Se nota en las charlas grabadas para el programa “La vida y el canto”, la gran amistad y el respeto mutuo entre Carrizo y Goyeneche. Coincidentes, afectuosos, sienten el tango de idéntica manera, con mucha integridad y fervor.

Roberto Goyeneche, nacido en Saavedra, tenía tremenda pasión por el club de sus amores: Atlético Platense, donde la tribuna popular emplazada en la cancha de Vicente López lleva su nombre.

Por esta igualdad en que lo popular une a Roberto Goyeneche con Antonio Carrizo, a este también su nombre lo anclaron en el club de sus amores: Boca Juniors, justamente la sala de prensa pronuncia desde entonces su nombre: Antonio Carrizo.

Ambos me atan: esa manera tan personal de cantar, con pasión profunda, perfeccionada y enriquecida por Troilo, Roberto Goyeneche ha sido un cantante de gran fuerza interpretativa. Y Antonio Carrizo, que representa para los comunicadores un gran hito. Ambos han sido estilos inimitables, perfectos, siempre llegando al corazón. Dos grandes voces que nutren reafirmando la cultura popular argentina.

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