Maniquíes, desinfectante y sorpresas en el regreso de los teatros en Europa

Luego de tres meses de silencio, los teatros de España volvieron a abrir sus puertas e idearon distintas estrategias para tratar de hacer menos frías las medidas de prevención y distancia social. Así fue que en algunos lugares se optó por contratar músicos para amenizar las largas filas que tienen como estrellas al desinfectante y los controladores de temperatura. Adentro de las salas muy pocas butacas pudieron se utilizadas y hubo quienes utilizaron maniquíes y flores para marcar las  butacas no permitidas.

El Teatro Arriaga de Bilbao recuperó la actividad presencial con un concierto del pianista Joaquín Achúcarro, al que pudieron asistir 305 espectadores, y en la capital el Teatro de la Abadía repusieron “Sea Wall” en su patio para 10 personas y Teatros del Canal reabrieron con “El Amor brujo”, el espectáculo que abre el festival Madrid en Danza.

La reapertura se realizó con todas las garantías para el público. Se permitió sólo un tercio del auditorio y a los que ingresaron se les tomó la temperatura a la entrada (y debían llevar barbijo).

Según los medios de comunicación europeos, se agotó las entradas del Arriaga, la Abadía y Canal en pocas horas. En el caso del Canal, las filas para ingresar fueron amenizadas con un grupo de percusión, otro de violines y una actriz que recordaba “la preceptiva distancia”.

Ya dentro de la sala, debieron tomar asiento guardando la distancia de seguridad y para ayudar a identificar la distancia, se colocaron cientos de maniquíes en las butacas que debían permanecer vacías para su seguridad y flores para los primeros espectadores presenciales que han ocupado filas alternas. 

 (VAE)