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/Ellitoral.com.ar/ Opinión

Camino equivocado para el teletrabajo

La Argentina comenzó a regular el teletrabajo con una ley que tiene media sanción de Diputados y genera sorpresa entre los especialistas debido al trámite tan veloz y la falta de una apertura para consultar a empresarios y trabajadores.

El teletrabajo, o home office, es una modalidad que expande el mercado laboral y crea oportunidades con un nuevo formato que moderniza el mundo laboral incluyendo al domicilio de clientes, centros de entrenamiento, viajes de negocios y centros de coworking como escenarios de la nueva prosperidad.

“Dentro de una misma semana se pueden combinar tres o cuatro de estas circunstancias. No hay una única forma de teletrabajar, hay tantas como acuerdos existen dentro de las células de trabajo de cada empresa e industria. Siendo una práctica tan espontánea y cambiante, requiere que la normativa legal se adecúe a esta realidad y no provoque restricciones con condicionamientos rígidos”, dice en una columna de opinión el  director ejecutivo de Argencon, Luis Galeazzi.

Y añade: “La experiencia indica que la tendencia al teletrabajo será cada día más fuerte, impulsada por dos fuerzas indetenibles: la evolución tecnológica que amplía los medios de conexión remota y el deseo de los trabajadores para disponer de formatos más amplios y amigables, que les permitan armonizar mejor su vida personal y familiar con sus obligaciones laborales”.

“Las empresas socias de Argencon tienen amplia experiencia en este formato laboral, ya que sus más de 30 mil empleados teletrabajan habitualmente desde hace más de una década. Y los resultados que se aprecian son altamente positivos. Por un lado, los empleados evitan viajar cotidianamente a sus oficinas, ahorrando hasta dos y tres horas diarias de sus vidas en viajes innecesarios; además ahorran en gastos de viajes y almuerzos, acuerdan con sus jefes los momentos de la semana en que les conviene quedarse en su casa para atender sus temas personales, y en base a esta disponibilidad organizan mejor sus vidas, con más libertad y mejor aprovechamiento de su tiempo”.

“Esta modalidad también impulsa el trabajo en zonas distantes, de modo que los empleados pueden ser contratados por empresas ubicadas en otras ciudades. Por esta condición, el teletrabajo es muy valorado en muchas provincias ya que permite incluir en el mercado laboral a trabajadores sin necesidad de que se muden, reteniendo la población en sus lugares de origen”.

“Otro colectivo muy beneficiado por el teletrabajo es el de las personas con algún grado de discapacidad, para los cuales el desplazamiento diario a las oficinas le resulta más complicado que al resto. Pueden acondicionar en sus hogares sus puestos de trabajo según el tipo de discapacidad que tienen, facilitando el desarrollo de sus carreras profesionales con normalidad. Para algunos de ellos el teletrabajo es la única forma de poder acceder a estas oportunidades”.

“La demanda del home office es tan activa que muchas empresas se ven en la necesidad de incluir esta modalidad en su oferta laboral para poder atraer y retener a sus profesionales, en una era en la que la creación de talento es fundamental para el éxito de la gestión”.

“Las grandes urbes también se benefician con la aplicación creciente del teletrabajo. Hoy, ingresan y salen de la Ciudad de Buenos Aires tres millones y medio de trabajadores por día, lo que complica gravemente el transporte público, los centros de interconexión, el tráfico urbano, la polución y la calidad de vida de quienes vivimos en la Ciudad. El teletrabajo podría disminuir este volumen de tráfico en valores significativos, ordenando mejor los horarios pico y haciendo ahorrar a los gobiernos cifras millonarias en subsidios e infraestructuras”.

La conclusión a la que lleva una observación tan aguda como la de Galeazzi es que Argentina debe evitar errores como la ley de pasantías. Y hace indispensable garantizar que una modalidad tan valorada por trabajadores y empresas, tan positiva social y económicamente, y tan a favor de las tendencias tecnológicas y la creación de empleo, no se complique con normas equivocadas que malogren el beneficio que puede producir a nuestro país, en un momento en que la reactivación económica debería ser un valor indiscutible.

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