¿Médicos vs. Jueces? - Por José Ceschi

¡Buen día! No siempre las decisiones judiciales sobre temas médicos respetan los principios éticos de la medicina. Por ejemplo, obligar a un facultativo a que realice un estudio genético en contra de la voluntad de la persona contradice un principio claro de la medicina: avasalla el derecho a decidir en libertad sobre su propio cuerpo. Es el tema de la autonomía.

Aludiendo a un caso concreto, el Dr. Florentino Sanguinetti (ex director del Hospital de Clínicas de la UBA) reflexionaba:

“El magistrado no ha tenido en cuenta el hecho de que ningún médico o paramédico aceptará extraer sangre o tejidos a una persona sin su consentimiento. Para lograrlo sería necesario maniatar y amordazar a la persona, sostenerla entre varios ayudantes, violentarla en una escena estremecedora que recordaría la barbarie de la tortura. Los médicos sólo actuamos con consentimiento de quienes nos confían su cuerpo y su vida. No violentamos los deseos de otro, a pesar de que un juez nos obligue a hacerlo. Preferimos desobedecer al juez, respetando las normas éticas, que están por encima de las normas jurídicas.

Este caso me trae recuerdos de otro semejante, que ocurrió durante mi gestión como director del Hospital de Clínicas: un juez ordenó la internación de dos presos que realizaban huelga de hambre y envió una resolución intimando a que se los alimentase por sonda gástrica y se los hidratara con suero endovenoso. Yo hablé con el juez por teléfono para expresarle nuestra desobediencia y con cierta ironía le expliqué que los médicos no actuamos por la fuerza en contra de la voluntad de los pacientes. Somos médicos y no torturadores... Finalmente, relato otro episodio de hace unos trece años en el cual un juez internó en el hospital a una mujer deficiente mental embarazada por violación con la orden de practicarle un aborto. La dirección del hospital se negó a tal maniobra, a pesar de las amenazas del juez por el acto de desobediencia. La mujer llegó al parto, tuvo un hijo sano, que fue dado en adopción, y que hoy es un magnífico adolescente...”. Al final de la nota el prestigioso médico recomendaba a los magistrados no apresurarse a dictar órdenes aberrantes.

  ¡Hasta mañana!