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/Ellitoral.com.ar/ Opinión

Un engaño con riesgo sanitario

Por Ricardo Ferrario *

Publicado en tn.com.ar

El coronavirus se aloja en las vías respiratorias. ¿Qué objetivo tiene, entonces, hacer pasar a una persona por un túnel de sanitización?

La pandemia tomó a toda la humanidad por sorpresa. Nos hemos tenido que adaptar a cambiar profundamente nuestras vidas de la noche a la mañana. Sucede que enfrentamos a un enemigo invisible y desconocido, lo que nos genera ansiedad y necesidad de buscar seguridad en los expertos y en los gobiernos.

En consecuencia, ante tanta paranoia, nos conformamos con la poca información que sabemos: lavándonos las manos, usando tapabocas y rociando superficies sentimos que le ganamos todos los días la batalla al virus, por lo menos en nuestro metro cuadrado.

Pero no todas estas medidas juntas, mezcladas como ensalada, sirven para combatirlo. Hay ciertas prácticas que, mal implementadas, son inútiles y peligrosas y que debemos tener muy presentes. Hace falta aclarar que quienes nos dedicamos a la gestión integral de plagas urbanas -servicio declarado como esencial- hemos tenido, desde marzo, una lluvia de pedidos de desinfección por covid-19.

Lo que les explicamos es que, para que sea efectivo, hace falta realizar tareas de desinfección cada dos horas. Hacerlo una vez por semana o cada quince días no sirve a modo preventivo sino, solamente, como herramienta de choque o ataque, es decir, cuando hay un caso sospechoso.

Si bien estamos acostumbrados a manipular productos químicos a diario, dicho aluvión nos obligó a todos en el rubro a estudiar mucho e interiorizarnos a fondo respecto de los tratamientos preventivos contra el coronavirus. Para nuestra sorpresa, encontramos un nuevo mercado que ofrece, por ejemplo, cámaras desinfectantes para aplicar en una persona o vehículos (como vemos que sucede en el interior del país y en el Conurbano bonaerense). Incluso en provincias como Tucumán se pueden ver cámaras “para desinfectar dengue y covid-19”. Es importante aclarar que el dengue no se desinfecta. 

Este se controla matando al mosquito transmisor con insecticidas, no con desinfectantes sobre las personas o vehículos. Por favor, no engañemos a la gente.

Por otro lado, si bien aún carecemos de información clara referida a cuánto dura el virus en una superficie, lo que sí podemos afirmar es que el coronavirus se aloja en las vías respiratorias, dentro de las personas y no fuera de ellas. Por lo tanto, cabe preguntarse ¿Qué objetivo tiene hacer pasar a una persona por un túnel de sanitización, rociándola con químicos como las soluciones de amonios cuaternarios o soluciones cloradas? Estos productos solo están indicados para desinfectar superficies, no para aplicar sobre la piel humana ni muchos menos aún respirarlo.

Hay numerosas investigaciones que indican que la exposición continua a este tipo de desinfectantes (amonio cuaternario) podría aumentar el riesgo de sufrir Epoc ocasionar quemaduras en la piel y problemas oculares.

Algo similar sucede con las desinfecciones que se realizan mediante la aplicación de productos con equipos motorizados mediante vaporizadores en frío, cosa que también sucedió en países europeos, por ejemplo. 

Estos tratamientos, si bien logran un alcance muy importante, están mal aplicados desde su concepción: son tratamientos de choque, no preventivos, que como dije anteriormente deben aplicarse solamente cuando se detecta un caso positivo, o al menos sospechoso.

Un punto crítico es que los productos utilizados en estas cabinas sanitizantes o en desinfecciones motorizadas no tienen residualidad. Por lo tanto, no solo no sirve el tratamiento, sino que además se pone en riesgo de inhalación a la población al rociar calles o lugares cerrados. 

En los virus respiratorios, son las personas los vehículos de transmisión, y son ellas las que volverán a infectar las zonas “desinfectadas” a medida que ocupen los lugares tratados.

No hay productos químicos inocuos (inofensivos), todo debe usarse en las concentraciones y en las medidas en que sea necesario para tal fin. Por ejemplo, un antibiótico cura a una persona afectada por alguna dolencia si se toma en la dosis correcta y con la frecuencia indicada. Nadie consume un antibiótico todas las mañanas para evitar enfermarse, sino que lo hace luego de que aparece el síntoma.

* Ricardo Ferrario es profesor en el Módulo de Manejo Integrado de Plagas en el posgrado Ceica de la UBA.

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