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/Ellitoral.com.ar/ Sociedad

Ángeles busca a su familia biológica y no descarta ser hija de desaparecidos

Luego de la repercusión mediática que tuvo su caso, la Unidad de Derechos Humanos de Corrientes actuó de oficio y le ofreció acompañamiento. Las nuevas pistas indican que su madre podría ser de San Roque o Mantilla. 

María de los Ángeles Chiara nació en Corrientes y hace un tiempo emprendió la búsqueda de sus orígenes. Actualmente, maneja dos hipótesis: o su madre la dio a luz de adolescente y buscó darle un mejor futuro, o es hija de desaparecidos. La Unidad de Derechos Humanos de Corrientes la asiste en la reconstrucción de su verdadera historia.

Hace unas semanas, El Litoral compartió la historia de María de los Ángeles. A los 15 años se enteró de que había sido llevada en tren desde Corrientes a Villa Pueyrredón, Buenos Aires, con solo dos meses de vida, allá por el año 1980. Hoy, con sus 40 años, decidió ir en búsqueda de su verdadera identidad. 

Una de sus primeras limitaciones fue su familia adoptiva, que no deseaba revelarle la verdad sobre su origen. Pero una vez tomada la decisión de emprender la búsqueda, Ángeles reconoció: “No he parado, estoy más firme que nunca en luchar por mi derecho a la identidad”.

El nexo entre sus padres biológicos y los adoptivos es la familia de su madrina. Feliciana Alegre es el nombre de la mujer que la llevó desde Corrientes a Buenos Aires y es la madre de su madrina, Eva Carballo. 

Eva tiene hoy 80 años y luego de la repercusión mediática de su historia accedió a relatarle a Ángeles su versión de los hechos: la madre biológica fue una adolescente de 15 años oriunda de Mantilla que fue a dar a luz a un hospital de San Roque, de donde Feliciana Alegre la buscó. Sin embargo, Ángeles sospecha de que esa sea la versión real. Su intuición, ciertas inconsistencias de la historia y los reparos que Eva tuvo para brindar más detalles le hacen pensar que hay información que todavía falta completar.

El hermetismo que la familia Carballo mantiene sobre los sucesos de esa época y que su padrino, Salvador Chiara, se desempeñaba como odontólogo de la policía federal siembra semillas sobre otra de las conjeturas en torno al origen de Ángeles: que es hija de desaparecidos de la última dictadura cívico-militar.

Ángeles avanzó en su comunicación con la organización Abuelas de Plaza de Mayo y con la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) para próximamente dejar una muestra de su sangre y para que sea cotejada con el Banco Nacional de Datos Genéticos, donde familiares de personas secuestradas y desaparecidas depositan muestras biológicas.  

El siguiente paso en esta búsqueda es la revisión de los documentos del hospital de San Roque en el que presuntamente nació. Ángeles no tiene una partida de nacimiento, sino “solo un certificado” que indica que nació el 11 de septiembre de 1980 y en el que figura como hija legítima de sus padres adoptivos, Carmen Ibañez y Mario Alfonso Chiara.

Para esto ya cuenta con ayuda en territorios correntinos que la asistirán a la distancia. A la semana de que este medio haya dado a conocer su historia y su propósito, recibió un mensaje de la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía General de Corrientes, a cargo de Flavio Ferrini, que se comprometió a actuar de oficio para ayudarla en la restitución de su identidad. 

A pesar de saber hace mucho tiempo que es adoptada, reconoce que tardó muchos años en tomar la decisión de buscar a su familia biológica.

Uno de los momentos clave que la impulsó a conocer sus orígenes fue ayudando a su hijo a hacer la tarea, que consistía en armar el árbol genealógico de la familia: “El del lado de su padre estaba completo, pero el del mío, vacío”, lamenta Ángeles.

Pasó el tiempo y con la fuerza renovada, pese a no tener ayuda de su madre ni de su madrina, reafirma su derecho a conocer su verdadera identidad y así emprendió su búsqueda.

Cuenta con el firme apoyo de su hermana, mayor que ella por tres años, que también fue adoptada de forma irregular y recorrió el mismo camino de contactarse con Abuelas de Plaza de Mayo. 

La fecha en la que estos acontecimientos ocurrieron y la confirmación de la organización que sostiene que las apropiación de bebés fue una práctica muy frecuente en el norte del país le dan a Ángeles más indicios de que la versión que cuenta su familia no es la verdadera.

Si bien Ángeles no niega la posibilidad de que una jovencita sin recursos económicos haya querido darle un mejor futuro, su madrina manifestó mucho temor en darle más información.

“Constantemente me remarcaba que la época de los militares fue muy difícil, que no quería problemas y que era mejor hablar en persona por si el teléfono estaba siendo intervenido”, contó Ángeles. 

“Eva, mi madrina, tiene miedo de que le pase algo a ella o a su familia por haber ayudado a mis padres adoptivos a traerme hasta Buenos Aires, pero yo le expliqué que no busco culpables ni castigar a nadie. Sólo quiero conocer mi verdadera identidad”.             

  (IRB)

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