La rotunda derrota de Boca ante el Santos por 3 a 0 generó gran preocupación en la dirigencia y el departamento de fútbol por la falta de actitud del equipo en un encuentro clave para el objetivo mayor que era ganar la Copa Libertadores 2020.
En ese contexto se piensa en el presente con la final del domingo ante Banfield por la Copa Diego Maradona y también en el futuro, donde ya hace un mes se está trabajando para traer un refuerzo por línea, procurando que sean jugadores de selección.
La falta de actitud sería para los dirigentes xeneizes la mayor deuda que dejaron ayer los dirigidos por Miguel Ángel Russo en la dura caída en Vila Belmiro.
Y la herida se ahonda más al saber que la idea del proyecto futbolístico, más allá del nivel o estilo de juego, era la de tener un plantel con un sentido de pertenencia que este equipo contó en otros partidos, pero que el miércoles estuvo ausente.
También saben que hubo errores en el planteo del técnico y admiten que tendrán que hacer autocrítica por las equivocaciones de la Secretaría de Fútbol, que comanda Juan Román Riquelme, por la no incorporación de refuerzos y algunos malos manejos en la relación con el plantel provocaron alejamientos, cuando la experiencia de los exjugadores que integraban el plantel más se necesitaba.
“Todos sabemos que tenemos que estar unidos y poniendo todo como hasta ahora. Estamos en un momento justo en que podemos hacer historia”, expresó Carlos Tevez una vez finalizado el superclásico del fútbol argentino entre el elenco xeneize y River Plate (2-2), en La Bombonera.
Sin embargo, ante Santos, los futbolistas no estuvieron a tono con las palabras del capitán, quien fue uno de los pocos que se salvó de la “tormenta” y se lo vio molesto y con gestos de reproches ante sus compañeros después de cada error en los tres goles.
El ídolo tiene contrato hasta el 30 de junio, con una cláusula de salida ahora si él lo desea y una extensión a mitad de año por seis meses más.
La idea del Apache sería seguir más allá de la frustración del miércoles, aunque algunos en su entorno piensan que los próximos días serán importantes para ver si sigue manteniendo esa postura.
El otro observado es Miguel Ángel Russo. Sigue con crédito por parte del departamento de fútbol, pero no con la misma firmeza de antes por algunas decisiones tácticas que no convencieron.
“Soy el responsable y me hago cargo de todo. No tengo excusas”, dijo apesadumbrado en la conferencia de prensa pospartido en San Pablo.
El técnico renovó hace pocos días su contrato hasta el 31 de diciembre de este año, tuvo el apoyo permanente de los hinchas a través de las redes sociales, resultados mediante, pero fue en baja en los últimos partidos por algunos planteos que no gustaron y cambios que se consideraron erróneos.
El del miércoles fue el primer golpe duro en lo futbolístico de la conducción que asumió el 20 de diciembre del 2019.
Riquelme sabe que esta vez tiene que estar más frío que nunca y se espera una reunión con el técnico para la semana que viene para diseñar los pasos a seguir.
La idea que comenzó a esbozarse hace un mes es la de traer un refuerzo por línea, apuntándose a un marcador central zurdo, por lo que en febrero es casi segura la incorporación de Marcos Rojo, que no es tenido en cuenta en el Manchester United.
También buscarán un marcador de punta, ya que a mitad de año se vencen los vínculos de Julio Buffarini, Leonardo Jara y Emmanuel Mas.
También se tratará de contratar a un mediocampista con juego y un delantero con capacidad goleadora.
La otra idea será darle más valor a algunos juveniles que fueron incorporados al plantel en los últimos meses, como Gastón Ávila, Alan Varela y Exequiel Zeballos.
Ahora es el turno de Banfield el próximo domingo en San Juan, desde las 22.10, por la final de la Copa Diego Maradona y de perder tendrá que jugar un partido ante el ganador de la Zona Complementación, que para este momento de Boca sería una “pesadilla”.
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