Tengo miedo de que me vaya mal

Por Bernardo Stamateas

Colaboración Especial

El vínculo afectivo vendría a ser lo no verbal, lo no dicho. Donde mejor lo podemos ver es al comienzo de la relación cuando la actitud del cuerpo de los dos, que es de profundo interés, coincide con sus dichos. Por ejemplo, expresan “te amo” y lo confirman a nivel físico con demostraciones de afecto. Es decir que la forma de acercarse al otro se sella con palabras y no hay lugar a dudas allí. Ahora, con el tiempo, esta conexión no verbal es afectada por los conflictos que surgen o, directamente, desaparece. Entonces, para que la pareja pueda seguir funcionando, es preciso reconstruirla.

A veces, cuando el vínculo es afectado negativamente, la pareja termina por separarse, lo cual genera dolor, tristeza y reproches; además del miedo a experimentar lo mismo en el futuro. A continuación, quisiera compartir cinco ideas prácticas para superar este temor tan común a una nueva decepción:

1. Que mi elección de una nueva pareja sea porque lo deseo, no porque lo necesito.

La sensación de carencia no es un buen motivador a la hora de elegir a alguien para compartir nuestra vida. En especial, cuando la experiencia anterior terminó conflictivamente. Si yo siento que estoy necesitado/a, esperaré que la otra parte me supla lo que me falta. El deseo, en cambio, nos permite elegir desde el estar bien con nosotros mismos. Solo así es posible compartir la felicidad. 

2. Que mi prioridad sea siempre ser feliz conmigo mismo/a.

Esto es muy importante, pues siempre la primera pareja es con uno mismo. Quien se conoce y se ama con virtudes y defectos, puede respetarse y cuidarse, dar y pedir lo mismo de otro. Esta es la base para relaciones interpersonales sanas. 

3. Que mi nueva relación esté basada en la pasión, no en la obsesión.

Todos tenemos rasgos positivos y negativos; pero, cuando nos relacionamos con alguien, debemos hacerlo siempre desde la pasión, que es un motor de vida, y nunca desde la obsesión. El primer elemento nos une, nos motiva y nos libera; mientras que el segundo es sinónimo de posesión y sufrimiento. 

4. Que decida esforzarme a diario en pos de una comunicación amorosa y efectiva.

En la comunicación de pareja no pueden faltar el respeto y el amor por el otro. Las palabras amorosas son bien recibidas, a diferencia de las que se dicen con ira, rencor o demanda. 

5. Que ambos construyamos el “poder de los dos”.

Una pareja sana es simétrica y no existe el dominio de uno sobre el otro. Ambos opinan y deciden en procura siempre del bien común. No hay lugar para las luchas de poder porque este se halla en los dos, nunca en uno solo.  Una pareja es la construcción diaria del “nosotros” que se sostiene en el tiempo cuando es nutrido con amor incondicional y respeto mutuo. Allí no hay lugar para el fracaso.# Que decida esforzarme a diario en pos de una comunicación amorosa y efectiva

En la comunicación de pareja no pueden faltar el respeto y el amor por el otro. Las palabras amorosas son bien recibidas, a diferencia de las que se dicen con ira, rencor o demanda. 

6. Que ambos construyamos el “poder de los dos”.

Una pareja sana es simétrica y no existe el dominio de uno sobre el otro. Ambos opinan y deciden en procura siempre del bien común. No hay lugar para las luchas de poder porque este se halla en los dos, nunca en uno solo.  Una pareja es la construcción diaria del “nosotros” que se sostiene en el tiempo cuando es nutrido con amor incondicional y respeto mutuo. Allí no hay lugar para el fracaso.