Descendió la cantidad de demorados pero clausuraron un reconocido bar capitalino

La Municipalidad y la Policía de Corrientes procedieron a clausurar en la madrugada de ayer a un bar gastronómico de la calle Río Juramento y avenida Raúl Alfonsín, por no respetar el protocolo sanitario para locales nocturnos. 

Desde el viernes hasta ayer se registraron 20 personas demoradas en controles viales, lo que significa una baja ante los 80 del fin de semana anterior. 

Todas las personas demoradas corresponden a los controles nocturnos que realizaron los agentes policiales desde la noche del viernes y hasta ayer, y que se intensifican en las calles de Corrientes luego de las 3 de la madrugada.

El bar clausurado es Greenland y, según la secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable que intervino en el procedimiento, en el local había “una gran cantidad de clientes que no respetaban el protocolo sanitario, ni el distanciamiento social, así como tampoco tenían colocado el barbijo o tapabocas”. 

Por su parte, la empresa publicó en sus perfiles en las redes sociales una programación de apertura para este miércoles. 

La intervención se realizó cerca del horario de cierre en la madrugada de ayer. La policía procedió a desalojar el espacio comercial. Además, hubo otras cuatro interrupciones de eventos y reuniones familiares por contener aglomeraciones de más de 10 personas, de acuerdo con la Policía. 

Estas medidas corresponden a las restricciones que rigen desde mitad del mes pasado en la ciudad de Corrientes y que continuarán, al menos, hasta el próximo viernes 21. 

La mismas prohíben las reuniones sociales que superen las 10 personas, así como los espectáculos con público, con el objetivo de contener la cantidad de contagios de coronavirus en el aglomerado urbano. 

También hubo otra clausura a un kiosco 24 horas de la esquina de Caá Guazú y avenida Pujol, por no contar con la habilitación comercial. 

Se trata del cuarto fin de semana en el que rigen estas nuevas disposiciones y que encontró pleno rechazo entre los artistas y trabajadores culturales, que continúan sin poder retomar las actividades presenciales y, por lo tanto, quedan sin sus fuentes de ingresos. 

(IB)