Impresionante experiencia de un distribuidor de diarios

Por Francisco Villagrán

villagranmail@gmail.com

Especial para El Litoral

Tandil parece ser particularmente sensible a distintos casos de apariciones que se incrementaron en los últimos años en la provincia de Buenos Aires. En el año 2006, más precisamente el 6 de mayo, varias personas aseguran haber visto en seguidas ocasiones extraños objetos volantes en las cercanías de la localidad bonaerense de Tandil. Pero lo interesante del caso es que afirmaron que esta situación se repite frecuentemente en la región y se intensificó en los últimos tiempos.

Uno de los últimos incidentes se registró cuando los lugareños fueron sorprendidos por potentes luces en la zona de la Ruta Nacional 226. Uno de los testigos directos de estos hechos se identificó como Hugo Macías, de 60 años, quien desde 1997 reparte diarios en la zona, viajando continuamente por esa zona, por lo cual conoce a la perfección la ruta. La hora en que realiza la distribución y recorrido también es propicia para este tipo de observaciones, ya que lo hace bien entrada la noche y de madrugada. El señor Macías tuvo esa extraña experiencia luego de dejar el diario, como lo hace habitualmente, en dependencias de la Gendarmería Nacional, cerca de las grandes antenas terrenales donde están los receptores de señales satelitales.

Importante testimonio

Macías contó que, luego de recorrer más de seis mil metros por ese camino, “sentí un ruido extraño, algo que se acercó por detrás y me sentí como ‘entubado’, porque era una luz muy potente que cubría un diámetro como de unos cincuenta metros y que entraba por todos lados en mi vehículo, atravesando todo, la chapa y el techo; no me asusté, pero me llamó la atención lo que me pasaba. Además, en ese preciso momento la radio se apagó y se detuvo el motor y se apagaron los faros. No estoy muy seguro por qué en ese momento era tanta la luz de afuera que no pude percibir si las luces estaban prendidas, aunque seguramente sí, dada la hora. Esa luz me transportó unos seiscientos metros y de golpe se cortó, desapareció. Allí volvió a funcionar todo y me di cuenta que estaba en una noche oscura, pero estrellada. Veo en el cielo, a unos mil metros de distancia más o menos, una fuerte luz blanca que va hacia una sierra y en determinado momento se apagó”. En declaraciones a los medios de prensa locales, el hombre indicó que su experiencia con estos supuestos ovnis duró poco, unos 15-20 segundos, pero a él se le hizo más largo, como es lógico. Asimismo descartó la posibilidad de que fuera un reflejo de luz de la ruta, ya que no había ningún vehículo en ese momento en el camino.

Otros testigos

Al día siguiente del avistaje, Macías se acercó al puesto de Gendarmería de Planta Terrena para ver si el encargado de la guardia que estaba esa noche había visto algo. No se encontraba en el lugar, pero quien lo reemplazaba le contó que en esa zona, en cinco o seis oportunidades, habían visto cosas parecidas. Es más, le dijeron que en verano habían encontrado en la zona una forma circular sobre el pasto quemado, como si algo muy caliente lo hubiera hecho. Al regresar a Tandil, al otro día, Macías se encontró con un conocido suyo perteneciente al Ejército, que le mostró una nota publicada en un matutino local sobre un avistamiento. El mismo día, con media hora de diferencia, habían observado sobre Tandil una luz muy parecida. Pero este señor del comando regional comentaba también que los guardias que se encontraban esa misma noche que le pasó eso a Macías, había sido observada una luz extraña, muy similar a la que envolvió al distribuidor de diarios y que habría descendido atrás del Cerro Leones.

Al analizar su experiencia, Macías la calificó como “hermosa”, porque, dijo, lo que fue miedo en un principio se trocó en la satisfacción de haber sido contactado por algo que muchos estudiosos del tema desearían tener y no han tenido. Consideró que lo que vio “no fue algo de la Tierra”, ya que, según su opinión, el poder de esa luz no era producido por cualquier artefacto de origen humano que se conozca. “Nunca me había pasado algo similar —señaló— ni me imaginé que me podría llegar a ocurrir. Soy una persona feliz por haber tenido la suerte de haber vivido un contacto de esta naturaleza”, concluyó.

Por cierto una experiencia poco común, por la intimidad del contacto con la nave que debía producir esa luz. El testigo no comentó haber sentido nada anormal ni físico ni síquico, solamente que le quedó esa sensación de satisfacción por haber tenido la oportunidad de vivir directamente esa experiencia. El titular de la Red Argentina de Ovnilogía (RAO) y director de la Comisión  Investigadora de Ovnis de Mar del Plata, Carlos Ferguson, anticipó que el grupo ya está investigando este caso y señaló que esto pasó hace rato en la base de Puerto Belgrano, Quequén y Necochea, lugares en los que hubo varias observaciones de este tipo.

Detalles sorprendentes

También indicó que tanto en la Gendarmería como en el Ejército tienen orden de no hablar de estos temas, porque complicaría la cosa. Saben como se maneja la Nasa y evitan entrar en el tema. Ellos tienen la posibilidad de mandar un avión con seis científicos a cualquier parte del mundo y transportan un vehículo en el que después se desplazan para inspeccionar lugares y no les gusta que nadie los controle. Por el contrario, las fuerzas de seguridad de los países a los que van a investigar estos casos, los protegen y escoltan en todo momento por todo el territorio, evitando que alguien se acerque a ellos. Finalmente, sobre su extraordinaria experiencia, Macías aclaró: “En ese momento no sentí absolutamente nada con respecto a la parte física. Pero durante unos tres días anduve con dolor de cabeza, afonía y otras cosas. Es la primera vez que me pasó algo así”.